Históricamente, el bienestar de los animales de granja era dominio exclusivo de los granjeros, quienes estaban motivados para cuidarlos bien tanto por un vínculo personal con los animales bajo su responsabilidad como por el orgullo profesional que les genera su trabajo. También eran conscientes de que el buen bienestar de sus animales se ve recompensado con una buena producción. La escena comenzó a cambiar cuando, en la época de posguerra se incentivó la producción de abundantes alimentos de bajo precio lo que llevó a un aumento en la escala de las granjas y la adopción de métodos de producción más eficientes que, en la década de 1960, comenzaron a generar preocupación entre el público en general. Estos fueron destacados por la publicación en 1964 del libro de Ruth Harrison "Animal Machines", que hizo del bienestar de los animales de granja un tema político importante en Reino Unido. La respuesta del gobierno del Reino Unido fue establecer un comité parlamentario y, siguiendo su informe, instituir leyes específicas para proteger el bienestar de los animales de granja. Otros países, especialmente en Escandinavia, crearon una legislación al respecto incluso antes, y la preocupación pública en toda Europa siguió creciendo. El consiguiente deseo de armonizar la legislación y evitar los desequilibrios comerciales dio lugar a la primera iniciativa supranacional: la “Convención europea para la protección de los animales en las explotaciones ganaderas” publicada en 1976 por el Consejo de Europa. Si bien este convenio no era legalmente vinculante, la Comunidad Económica Europea y posteriormente la Unión Europea comenzó, a partir de la década de 1990, a emitir progresivamente más Directivas sobre los requisitos mínimos para el bienestar de los animales de granja que todos los estados miembros debían implementar en su legislación nacional.
Opinión pública
Existe una tendencia continua sobre el tema del bienestar animal que está respaldada por la opinión pública. En la encuesta del Eurobarómetro de 2015 sobre las actitudes de los europeos hacia el bienestar animal, el 82% de los encuestados afirmó que el bienestar de los animales de granja debería protegerse mejor que en la actualidad, con un incremento de la importancia de esta opinión respecto a la encuesta anterior, de 2006. La presión para aumentar la legislación se ha mantenido gracias a una fuerte intervención de las ONG dedicadas al bienestar de los animales. La campaña actual encabezada por el Eurogrupo para el Bienestar Animal para "Poner fin a la era de las jaulas", se promulgó a través de una Iniciativa Ciudadana Europea lanzada en 2018 que logró 1,4 millones de firmas de ciudadanos de toda la UE. Esta iniciativa fue adoptada recientemente como resolución por la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo y pasó por un debate parlamentario en junio de 2021. La resolución fue aprobada por 558 votos a favor, 37 en contra y 85 abstenciones. Los eurodiputados pidieron a la Comisión de la UE que presentara propuestas legislativas para prohibir el uso de jaulas en la ganaderia de la UE, posiblemente para 2027, después de un período de transición adecuado y después de que se haya realizado una sólida evaluación científica de su impacto.
En respuesta a esta presión pública y política, la Comisión Europea está llevando a cabo un "control de adecuación" de la legislación de la UE sobre bienestar de los animales de granja para evaluar la necesidad y el impacto potencial de una nueva legislación. La misma tendencia está ocurriendo en América del Norte, con la promoción de iniciativas estatales de EEUU que buscan aumentar la legislación en materia de bienestar animal. El ejemplo actual de más alto perfil es la Proposición 12 respaldada por la Sociedad Protectora de Animales de los Estados Unidos y aprobada por los votantes de California en 2018, que se basó en el éxito de la anterior Proposición 2. Hasta ahora, iniciativas similares en otros estados han tenido un éxito variable en las votaciones electorales, pero han dado lugar a un diálogo cada vez mayor entre las ONG, los políticos y la industria sobre cómo avanzar en esta área.
Enfoques centrados en el mercado
Sin embargo, para una parte importante de la sociedad, la legislación es demasiado lenta para implementar cambios y demasiado conservadora en sus aspiraciones. Con la centralización en aumento de las cadenas de suministro de alimentos y el poder de mercado creciente de un número relativamente pequeño de grandes cadenas de venta minorista de alimentos, un enfoque distinto, centrado en el mercado, ha tenido un éxito notable. Una táctica se centra en las políticas de Responsabilidad Social Corporativa de las principales empresas de la cadena de suministro de alimentos, incluidos los productores y fabricantes de alimentos, los mayoristas, los minoristas y el sector de servicios de la alimentación. Al destacar sus políticas de bienestar animal y su resultado a través de herramientas como el Business Benchmark on Farm Animal Welfare, las ONG buscan lograr un cambio en los estándares de bienestar animal, trasladando esa presión en cascada hacia la cadena de suministro. Un segundo enfoque para aprovechar el poder de las fuerzas del mercado ha sido la introducción del etiquetado del producto con un enfoque específico en el bienestar animal. Este enfoque ha sido adoptado tanto por las ONG como por la propia industria. Desde el lanzamiento en 1994 de una de las primeras iniciativas de ONG a gran escala, el programa "Freedom Food" del Reino Unido, ahora rebautizado como "RSPCA Assured", se han desarrollado varios programas nacionales en asociación con ONG europeas y estadounidenses. Los ejemplos incluyen los esquemas holandés "Beter Leven" y alemán "Für Mehr Tierschutz", los esquemas estadounidense "Certified Humane" y "American Humane Certified" La industria ha respondido aumentando la adopción de estándares de bienestar animal dentro de sus propios Esquemas de Garantía de calidad más amplios, como el esquema 'Red Tractor' del Reino Unido, colaborando en el desarrollo de esquemas de bienestar animal liderados por la industria, como el alemán "Tierwohl", el estadounidense "Global Animal Partnership" y los españoles "Bienestar Animal Certificado- IAWS" y "WelfairTM", o mediante la adopción de Códigos de Prácticas incorporados a la certificación de productos, como el desarrollado por el National Farm Animal Care Council en Canadá.
Varios de los esquemas de etiquetado ahora ofrecen identificación sobre los diferentes niveles de bienestar, con niveles más bajos que reflejan las buenas prácticas de la industria en los sistemas intensivos actuales, mientras que los niveles más altos indican sistemas de producción más extensivos con características como el acceso al aire libre. Este enfoque también se ha adoptado recientemente como una herramienta de política gubernamental; en 2017, el gobierno danés lanzó la etiqueta 'Bedre Dyrevelfærd' con 3 niveles de bienestar indicados por el número de corazones verdes en la etiqueta, lo que permite a los consumidores hacer una elección personalizada considerando el equilibrio entre bienestar y coste. Debido a la posible confusión asociada con tantas etiquetas diferentes, la Comisión Europea ha anunciado como parte de su actual Estrategia de la granja a la mesa que considerará opciones para el futuro etiquetado sobre bienestar animal en toda la UE, un enfoque ya adoptado en relación con la certificación de alimentos orgánicos. El éxito de estos esquemas de etiquetado se basa en la capacidad de los consumidores para comprender y confiar en las etiquetas, y su disposición a pagar más por un producto de alto bienestar. En la encuesta del Eurobarómetro de 2015:
También debe reconocerse que estas respuestas a la encuesta no siempre reflejan el comportamiento de compra real de los encuestados, lo que significa que la mayoría de las etiquetas de bienestar más altas siguen quedando como oportunidades para un cierto nicho del mercado.
Mirando hacia el futuro, el panorama es que podemos esperar más legislación que establezca los estándares mínimos aceptables para el bienestar de los animales de granja, junto con sellos de calidad gestionados por la industria que brindan una supervisión realizada por terceros de las buenas prácticas comerciales en un amplio sector de la población ganadera asi como diversos tipos de etiquetado de productos, lo que proporciona a los consumidores la oportunidad de apoyar iniciativas de mayor bienestar a través de sus opciones de compra. Este enfoque multifacético para la mejora del bienestar coincide con los deseos de los ciudadanos de la UE; en la encuesta del Eurobarómetro de 2015, el 43% dijo que el bienestar de los animales de granja debería manejarse conjuntamente entre las empresas y las autoridades, mientras que el 40% creía que era un asunto de todos los ciudadanos que debería ser regulado por las autoridades públicas y solo el 12% creía que debería dejarse en manos de las fuerzas del mercado.