Dosis pequeñas de virus pueden causar peste porcina africana

Grzegorz Wozniakowski
16-nov-2020 (hace 4 años 5 días)

Tener un mejor conocimiento del virus de la peste porcina africana (PPA) ayudará a su control y diagnóstico temprano. El jefe de un equipo de investigación, el catedrático Grzegorz Wozniakowsk, está ayudando a entender esta enfermedad. Su trabajo (Walczak et al. 2020) intenta indicar el riesgo relacionado con la carga y la diseminación vírica y presentar las posibles dificultades en el reconocimiento adecuado de la enfermedad a nivel de granja.

Trabajando con 3 dosis distintas, 1000-500-5 unidades de hemaglutinación (HAU, una unidad de cuantificación de virus) de una cepa muy virulenta, su experimento proporciona información valiosa con implicaciones prácticas importantes en la prevención y el diagnóstico precoz. Vamos a resumir los principales hallazgos.

La infección de los cerdos es posible con solo cinco unidades del virus de la PPA: el hecho de que el título necesario para producir una infección pueda ser realmente tan bajo, indica a los veterinarios y a los ganaderos que la posible introducción de la PPA en una granja puede implicar una dosis muy pequeña virus.

¿Cuál es la principal implicación práctica de una dosis infecciosa tan baja?

Para nosotros, la verdadera sorpresa fue que tan solo cinco unidades del virus fueron suficientes para reproducir el curso clínico de la enfermedad. Creo que para Polonia y los países vecinos, este es el mensaje más importante. Influye en cómo prevenir la posible propagación de la PPA a los cerdos domésticos a partir de una población de jabalíes infectados. A veces es difícil convencer a la gente de la importancia crucial de ciertos procedimientos, relacionados con la bioseguridad y otras actividades, en la prevención de la propagación del virus a las explotaciones porcinas. Al final, creo que el punto clave es la concienciación. Estamos haciendo todo lo posible para organizar campañas para presentar los resultados de nuestros ensayos con animales, para crear conciencia sobre la potencial infectividad del virus y el peligro de la PPA, que puede ocurrir en casi cualquier explotación porcina.

¿Explicaría la dosis una diferencia en las formas clínicas? En otras palabras, ¿cinco unidades producirían un efecto clínico menor que una dosis más alta?

No, observamos el mismo curso clínico, independientemente de la dosis primaria o el título del virus en la infección.

Pensando en las vías de infección para una dosis infecciosa tan baja, ¿depende de si la infección es intranasal, por contacto directo o aerosol?

Hemos observado que sí que es posible infectar al cerdo por vía intranasal; la vía intranasal es importante para la diseminación de la PPA. El transporte por el aire o por aerosoles todavía están siendo analizados, pero tenemos evidencias de que puede haber otras posibilidades. Hay que tener en cuenta que otros autores ya han demostrado las vías de infección por aerosoles o contacto directo.

Teniendo en cuenta que la cepa de PPA utilizada en el experimento era muy virulenta, ¿vieron diferencias en la presentación clínica?

Durante este experimento, la enfermedad se presentó en al menos tres formas de PPA (aguda, subaguda y crónica). Algunos estudios previos sugieren que la forma de la enfermedad puede depender de la virulencia del aislado vírico (es decir, las cepas poco virulentas producirán una forma crónica, las cepas moderadamente virulentas una forma subaguda, etc). Otros estudios han revelado que el curso clínico de la PPA puede depender no sólo de la virulencia del aislado sino que también puede estar relacionado con la dosis, rutas de infección y predisposición individual de los animales. Sin embargo, nuestro estudio probó que un mismo aislado vírico puede causar las distintas formas clínicas de la enfermedad.<p>Figura 1. Forma cr&oacute;nica de la peste porcina africana (PPA). La flecha se&ntilde;ala las articulaciones hinchadas. Fuente: Walczak et al. Pathogens, 2020,9, 237</p>

¿Y los signos clínicos? ¿Visteis diferencias?

Durante el experimento, vimos signos clínicos normales, típicos de la PPA, pero no específicos, como fiebre, palidez corporal, apatía y reducción de la ingesta de pienso. Pero hay que tener en cuenta que algunos animales virémicos presentaron fiebre tardía; en algunos casos, la fiebre ni siquiera era detectable. Un animal virémico con fiebre alta todavía estaba interesado en el pienso.

También observamos un fenómeno interesante: un cerdo infectado con forma crónica, que sobrevivió hasta el día 32 del experimento y mostró el curso clínico clásico de la PPA. Esto muestra que, en algunas condiciones, los cerdos o los jabalíes pueden sobrevivir a la infección.

¿Visteis diferencias en el período de incubación?

El período de incubación más corto se estimó en 5 días. Los cerdos con la forma crónica de la enfermedad (supervivientes) presentaron periodos de incubación más largos (12 y 20 días) pero, por otro lado, varios cerdos con la forma subaguda también presentaron periodos de incubación más largos (16 y 17 días) por lo tanto, el período de incubación no se pudo asociar claramente con la forma de la enfermedad.

¿Cuáles son las implicaciones prácticas del estudio respecto al diagnóstico y al seguimiento en la explotación?

El diagnóstico veterinario puede ser difícil y el resultado final siempre debe basarse en investigaciones de laboratorio. Los signos clínicos pueden ser inespecíficos y variables. Algunos signos observados en la práctica podrían sugerir una enfermedad que se puede curar con antibióticos, por ejemplo, la erisipela. Pero el virus de la PPA se transmite lentamente de un cerdo a otro. A veces, un solo cerdo con temperatura alta, de más de 41,5 ºC, puede ser el primer signo clínico del comienzo de un brote de PPA.

Las granjas de cerdos, especialmente las ubicadas en áreas de riesgo, deben diagnosticar inmediatamente cada caso de muerte inexplicable de animales, y el cadáver (y el material contaminado con una carga viral más alta) debe eliminarse según los procedimientos de bioseguridad.

El personal de la granja y los veterinarios son los primeros que pueden entrar en contacto con los animales afectados. Su conocimiento sobre los procedimientos adecuados de diagnóstico, manejo y eliminación de animales sospechosos, así como el conocimiento de la epidemiología real, pueden jugar un papel clave en la prevención y minimización de las consecuencias de un posible brote.