¿Qué sabemos de la infección por Salmonella en lechones lactantes?

Raúl C. Mainar Jaime
26-may-2020 (hace 4 años 6 meses 26 días)

Aunque se han hecho numerosos estudios de infecciones experimentales con Salmonella en lechones, la realidad es que hay pocos estudios de campo que hayan evaluado la prevalencia y dinámica de esta infección durante el periodo de lactación. Esto es fácilmente comprensible porque, para determinar de forma adecuada los niveles de infección en una población de lechones, se requeriría el sacrificio de un gran número de animales, pues es necesario investigar la colonización de la bacteria en órganos diana como amígdalas y nódulos linfáticos ileocecales y mesentéricos. En muchos países, el sacrificio de animales tan jóvenes para valorar este aspecto sería poco ético, además de bastante costoso. Por ello, los pocos estudios publicados hasta el momento se basan exclusivamente en el análisis de la prevalencia de excreción, es decir, de la presencia de Salmonella en heces.

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Estos estudios sugieren que la proporción de lechones lactantes que excretan Salmonella es, en general, baja (entre 0%-10%), lo que generalmente se asocia con altos niveles de inmunoglobulinas maternales (calostro) protectoras frente a la infección y mayores niveles de bioseguridad en las granjas de madres. Ello contribuye a que la salmonelosis no se considere como una patología de importancia en este periodo productivo y sus implicaciones en la infección en etapas posteriores (transición y engorde) haya sido poco estudiada.

Sin embargo, todos estos trabajos se basan mayoritariamente en el análisis de una pequeña cantidad de materia fecal obtenida mediante hisopos rectales. Es bien conocido que la sensibilidad de la bacteriología sobre muestras fecales de animales asintomáticos está directamente relacionada con la cantidad de heces utilizadas, por lo que es muy probable que estos estudios hayan subestimado la verdadera prevalencia de excreción de Salmonella en estos animales. Además, la ausencia de excreción no demuestra necesariamente que un animal no esté infectado, ya que la excreción intermitente en cerdos infectados es un fenómeno claramente demostrado.

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La disponibilidad en España de mataderos especializados en el sacrificio de lechones para consumo humano ofrece una gran oportunidad para estudiar con detalle la infección por Salmonella en lechones destetados, sin los inconvenientes éticos y el coste económico que comentábamos anteriormente. Así, nuestro equipo investigó la prevalencia de infección y excreción de Salmonella en una población de 495 lechones recién destetados (aproximadamente 4 semanas de vida) procedentes de 5 explotaciones de abuelas serológicamente positivas a Salmonella. Y los resultados fueron sorprendentes…

Estudio sobre Salmonella

El 36% de los lechones estaba infectado (colonización de nódulos linfáticos mesentéricos) y un porcentaje similar (35%) excretaban la bacteria. Los principales excretores eran, evidentemente, los lechones infectados (70%). Esto no es de extrañar ya que, dada la edad de los lechones, era de esperar que se tratara de primo infecciones, y es en este caso cuando es más fácil detectar la excreción. Estos resultados, junto con el hecho de que no mostraran signos clínicos de enfermedad, ponía de relieve el papel activo que los lechones estaban desempeñando en el mantenimiento de la infección en esas granjas.

Los principales serotipos encontrados en los lechones incluyeron la variante monofásica de S. Typhimurium (35,4%), S. Rissen (17,1%), S. Derby (10,9%) y S. Bovismorbificans (10,3%). En la mayoría de los animales infectados (72,8%) se encontró el mismo serotipo en los nódulos linfáticos mesentéricos y en las heces. Estos serotipos coincidían con los excretados por cerdas presentes en la explotación al mismo tiempo que los lechones. De hecho, el 89% de los serotipos identificados en las cerdas estaban presentes en los lechones. Un análisis genético posterior mediante electroforesis en gel de campo pulsado (PFGE) de las cepas de Salmonella aisladas tanto de lechones como de cerdas determinó que en el 75% de las comparaciones existían una alta correlación genética (>90%), sugiriendo la circulación de cepas de Salmonella entre las cerdas de la explotación y los lechones.

Se analizó también el jugo de carne de los lechones para cuantificar los niveles de anticuerpos específicos frente a Salmonella. El principal hallazgo encontrado fue que los valores de ELISA (medidos como porcentaje de densidad óptica -%DO-) fueron significativamente más altos en muestras de lechones no infectados que en los infectados (mediana de %DO de 17,3 y 12,0; respectivamente; P=0,002). Teniendo en cuenta que a esa edad los únicos anticuerpos presentes en el lechón son de origen maternal, este resultado sugería un posible efecto protector del calostro de la cerda. Por lo tanto, asegurar una ingesta adecuada de calostro en las primeras horas de vida podría ser una estrategia básica para prevenir la infección por Salmonella durante la lactancia. El aumento de la calidad del calostro (es decir, la cantidad de inmunoglobulinas) mediante vacunación de las cerdas antes del parto también debería valorarse como otra posible estrategia, aunque se requerirán estudios que lo confirmen.

En resumen, los resultados de este trabajo sugieren que la prevalencia de infección por Salmonella en lechones lactantes procedentes de explotaciones seropositivas es, seguramente, mucho más alta de lo esperado. Ello podría tener un impacto en la fase de transición, especialmente ahora que se han eliminado los tratamientos preventivos con antibióticos a los que Salmonella era altamente sensible (p. ej. colistina). Garantizar un buen encalostramiento de los lechones, junto con estrategias que ayuden a reducir la excreción en las cerdas (p. ej. uso de ciertos aditivos alimentarios como ácidos orgánicos, prebióticos, etc. o la vacunación de madres) posiblemente redunden en un mayor control de la infección por Salmonella en las granjas de producción. Pero será necesario realizar más investigaciones.