Alimentación en gestación: ¿la hora importa?

Josep GasaJosep Casanovas
16-dic-2019 (hace 4 años 11 meses 5 días)

Artículo comentado

Hayford M., Lee, S.H., Ren, P., Pangeni, D., Yang, X. and S. K. Baidoo. 2019. Effects of time of feeding during gestation on sow’s performance. J. Anim. Sci. 2019.97:1234–1241, doi: 10.1093/jas/skz006

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Comentario

Durante la gestación las cerdas se alimentan restringidas siguiendo una curva de alimentación que puede tener distintas formas. En la práctica, para una misma ingestión total de pienso en el global de la gestación, hay granjas que utilizan una curva plana o casi plana (las cerdas reciben diariamente la misma cantidad de pienso) mientras otras utilizan una curva clásica con un nivel alto durante la primeras semanas, se reduce considerablemente en la parte central para aumentar de nuevo el último mes. La cantidad global de pienso a administrar y el tipo de curva dependerá de la línea genética, del ritmo de crecimiento de la cerda joven o la cantidad de reservas a recuperar de la cerda adulta, y también de la instalación de gestación confirmada y de la logística utilizada para confeccionar los grupos de cerdas tras el primer mes de gestación. La literatura consultada sugiere que en condiciones normales la cantidad total de pienso administrado a lo largo de todo el periodo resulta más importante que la forma de la curva utilizada. Por otra parte, alimentar una sola vez al día al principio de la jornada hace que los animales coman y queden tranquilos. En los sistemas que se ofrece pienso dos veces diarias, a partir de mitad de mañana los animales están intranquilos y piden la otra mitad de ración cada vez que notan la presencia de un operario.

Los resultados muestran pocas significaciones estadísticas, de hecho la hora de oferta del pienso no modificó la evolución del PV de las cerdas (p>0,8) a lo largo del ensayo. Sin embargo, entre los días 30 y 109 de gestación, las cerdas alimentadas por la tarde (15:30h) aumentaron más el EGD (3,69 vs 2,12, p<0,04) y perdieron más EGD durante la lactación (-0,70 vs 0,17, p=0,17) que las cerdas que comían de buena mañana. Además las alimentadas por la tarde parieron un lechón vivo más (13,00 vs 12,02, p=0,25) y, partiendo del mismo número de lechones a las 24 horas del parto, destetaron medio lechón más (10,87 vs 10,33, p=0,09) con un mismo peso vivo medio del lechón al destete (5,99 vs 6,00, p=0,90). Los autores atribuyen las mayores reservas grasas (EGD) a un nivel más alto de triglicéridos circulantes en plasma observado en humanos que consumen buena parte de su ración durante la tarde-noche. Contrariamente no aportan explicación por el medio lechón destetado de más y tan solo sugieren que puede estar mediado por la mayor producción de leche y calostro de las cerdas que inician la lactación con mayor EGD.

Los resultados muestran aparentemente que una medida de manejo tan simple como es ofrecer el pienso por la tarde a las cerdas gestantes puede mejorar el rendimiento productivo del rebaño. Sin embargo, dado que en este ensayo las cerdas fueron mantenidas en jaulas individuales durante toda la gestación, los resultados no son extrapolables a condiciones comerciales donde las cerdas se mantienen en grupo a partir del primer mes. De hecho, con cerdas en grupo el momento de alimentarse puede generar un estrés potencial elevado, en especial cuando están racionadas. Por otra parte, con sistemas de alimentación con máquinas el acceso al pienso puede ser prácticamente durante todo el día. Ofrecer la posibilidad de alimentarse en las horas más tranquilas del día da la posibilidad a los animales más vulnerables de poder acceder al alimento cuando las demás están descansando. Con todo, en la práctica, algunas granjas que disponen de máquinas inician el ciclo diario de alimentación por la tarde.

Resumen del artículo comentado

Hayford M., Lee, S.H., Ren, P., Pangeni, D., Yang, X. and S. K. Baidoo. 2019. Effects of time of feeding during gestation on sow’s performance. J. Anim. Sci. 2019.97:1234–1241, doi: 10.1093/jas/skz006

Métodos: El objetivo de este estudio fue investigar el efecto, sobre el rendimiento de la cerda, de distintos horarios de alimentación usando una dieta con una energía similar por kg de peso metabólico (PV0,75). Ciento setenta y cuatro cerdas [Landrace × Large White, Topigs USA; con 3,81 ± 0,16 partos; peso vivo inicial = 211,57 ± 3,34 kg; grasa dorsal 13,70 ± 0,42 mm] se agruparon por paridad y fecha de parto, fueron equilibradas respecto al PV y asignadas aleatoriamente a 1 de 3 tratamientos en un diseño de bloques completos al azar. Los tratamientos incluyeron una dieta a base de harina de maíz y soja suministrada una vez a las [07:30 (control, T1), 11:30 (T2) o 15:30 h (T3)], manteniendo la cantidad diaria en 1,25× energía de mantenimiento [100 × (PV)0,75] kcal EM/d. Las cerdas recibieron 6.758, 7.434 y 8.110 kcal EM/d durante los días 30-60, 61-90 o 91-109 de gestación, respectivamente. La dieta de gestación se formuló para contener 3.379 kcal de EM/kg, 0,70% Ca, 0,61% de P total, 0,58% Lys DIE, 0,26% Met DIE, 0,45% Thr DIE, 0,12% Trp DIE y 0,48% Met+Cys DIE. El peso corporal y la grasa dorsal se registraron a los 30, 60, 90 y 109 días de gestación, 24 h tras el parto y tras el destete.

Resultados: Los resultados mostraron que las horas de alimentación evaluadas no alteraron la ganancia de PV entre los días 30-109 de gestación (P = 0,81) o desde el día 30 al destete (P = 0,87). Del mismo modo, la alimentación diaria de las cerdas a las 11:30 h no alteró la ganancia de grasa dorsal ni el rendimiento reproductivo en relación a las cerdas control (P > 0,10). Las cerdas alimentadas a las 15:30 h ganaron más grasa dorsal en comparación con las control (3,69 ± 0,47 vs. 2,12 ± 0,50 mm, P = 0,04) entre los días 30-109 de gestación. Desde el día 30 de gestación hasta el destete, los tratamientos no modificaron la ganancia de grasa dorsal (P = 0,24). La alimentación diaria a las 15:30 h tuvo tendencia a aumentar (P = 0,09) el número de lechones destetados en 0,54 al compararlo con las camadas de las cerdas control.

Conclusión: En conclusión, el presente estudio demuestra que alimentar a las cerdas gestantes a las 15:30 h alteró el metabolismo energético y de nutrientes, mejorando su ganancia de grasa dorsal y mostrando un potencial para aumentar el número de lechones destetados en comparación con una pauta convencional.