La peste porcina africana (PPA) es una enfermedad infecciosa reemergente que afecta únicamente a la especie porcina. Es una enfermedad de declaración obligatoria a la OIE con graves implicaciones para el comercio.
Debido a que no hay una vacuna efectiva disponible contra la PPA, las medidas de cuarentena y sacrificio sanitario son las únicas alternativas para las granjas que son diagnosticadas positivas a PPA. En el desafortunado caso de la introducción de PPA en una granja, la detección temprana y la eliminación de la fuente infecciosa es imprescindible para evitar la propagación del virus a otras granjas.
¿Estamos preparados para detectar el virus antes de que sea demasiado tarde para evitar su propagación a otras granjas?
Caso clínico de PPA
En mi experiencia personal con PPA en Rusia, la enfermedad se presentó en una forma subclínica, con una lenta progresión y transmisión de la enfermedad. La explotación afectada era una granja de engorde con 16 salas y un total de 30.000 cerdos. Hubo un aumento lento de mortalidad en una sala específica de la granja. Los cerdos afectados empezaron a mostrar inapetencia, fiebre y diarrea con sangre. El aumento de la mortalidad fue lento pero constante hasta que alcanzó el 7% de bajas en un período de 10 días tras las primeras observaciones de la enfermedad. Los cerdos afectados no respondieron al tratamiento con antibióticos inyectables y la severidad de los signos clínicos aumentó lo suficiente como para generar preocupación en el personal de la granja. La presencia de PPA fue confirmada más tarde mediante pruebas de laboratorio.
Durante este período de 10 días hubo un movimiento de futuras reproductoras, que eran asintomáticas, desde una sala que no presentaba signos clínicos a una granja de recría de reproductoras. Estas primerizas habían sido analizadas por PCR antes de la carga con resultado negativo y no había signos clínicos en la sala. Después de la llegada a la granja de destino, los animales comenzaron a mostrar signos clínicos similares a los que habían aparecido en la granja de engorde pero con una progresión de la enfermedad más rápida, alcanzando un 10% de bajas en sólo 3 días. La recría dio positivo frente al virus de la PPA 3 días después de la llegada de los cerditas procedentes de la granja de engorde infectada.
Todos los animales en la granja infectada fueron sacrificados en un período de 5 semanas después de la detección de PPA. Doce de las 16 salas permanecieron negativas a PPA durante esas 5 semanas y la mayor mortalidad observada en las salas infectadas fue del 15%.
Mi experiencia es similar a otros informes donde se reporta que la PPA puede causar signos clínicos leves, con bajas tasas de mortalidad en las primeras etapas de la enfermedad. Sin embargo, hay una amplia variabilidad en la severidad de los signos clínicos descritos en los países afectados. Hay informes de países del sudeste asiático donde la enfermedad se presenta en forma aguda con altas mortalidades que alcanzan el 90% en un corto período de tiempo.
Presentaciones de la Peste Porcina Africana
Dependiendo de la virulencia de la cepa y la ruta de exposición, el período de incubación variará de 4 a 19 días y la enfermedad puede tener cuatro presentaciones diferentes:
Detección temprana de Peste Porcina Africana
La detección precoz de la enfermedad puede ser difícil debido a la falta de signos clínicos específicos para la PPA. La gravedad y la variedad de los signos clínicos variarán en función de la virulencia de la cepa de virus de la PPA y de la posible existencia de otros agentes infecciosos presentes.
El diagnóstico diferencial es complicado ya que los signos clínicos y las lesiones macroscópicas pueden parecerse a los observados en otras enfermedades porcinas como Mal Rojo, Salmonella, Peste Porcina Clásica, PRRS altamente patógeno, PDNS o disentería hemorrágica.
La enfermedad puede no detectarse durante varios días hasta que los signos clínicos y el aumento de la mortalidad sean lo suficientemente elevados cómo para desencadenar una investigación. Además, las enfermedades existentes en la granja pueden retrasar el diagnóstico de PPA, ya que el aumento de la mortalidad y los signos clínicos que se observan inicialmente, pueden atribuirse a otras enfermedades presentes en la explotación. Esto facilita la propagación del virus a otras granjas mediante el movimiento de cerdos asintomáticos infectados en las primeras etapas del brote.
Los signos clínicos observados en casos de PPA son:
Lesiones macroscópicas encontradas habitualmente en los casos de PPA
Estos son los signos clínicos más comúnmente descritos en múltiples brotes en diferentes países. Sin embargo, no todos los signos clínicos estarán presentes durante el transcurso de un brote. Durante un brote de PPA no todos los cerdos se infectarán al mismo tiempo, por lo tanto, debemos esperar ver variabilidad en la severidad de los signos clínicos entre animales.
Diagnóstico laboratorial
Debido a esta amplia variedad de signos clínicos y a la falta de lesiones específicas de la PPA, es imperativo confiar en las pruebas de laboratorio para el diagnóstico. Hay varias pruebas validadas disponibles para la detección del virus y de anticuerpos frente a la PPA. La PCR es la prueba de uso común para la detección del virus en las primeras etapas de la enfermedad. Las muestras de elección para la detección de virus son la sangre entera, el bazo, los riñones y los ganglios linfáticos. Se ha descrito una excreción intermitente en la forma crónica de la enfermedad, por lo que es importante realizar pruebas serológicas para la detección de anticuerpos, además de realizar la PCR.
En los países donde las infraestructuras laboratoriales son inexistentes o limitadas, el diagnóstico de la Peste Porcina Africana en la etapa temprana de la enfermedad puede resultar un problema, lo que complica aún más el diagnóstico y la detección precoz de la enfermedad.
Observaciones principales