Introducción
El virus Influenza A (virus de la gripe) es un virus ARN que infecta muchas especies animales (aves, porcino, equino, canino, felino, mamíferos marinos, murciélagos) y a humanos. La estacionalidad del virus en porcino en el hemisferio norte se centra en primavera y otoño, mientras que en las personas va desde el otoño a la primavera (épocas frías). Hay una gran diversidad de virus H1N1 y H1N2 de porcino en todo el mundo, coexistiendo también muchos tipos de H3N2 y H1N1, tanto en cerdos como en humanos (clúster IVB, IVA y estacionales humanos - www.fludb.org).
Un elevado porcentaje de granjas de porcino en los principales países productores de todo el mundo se consideran positivas a gripe, lo que no significa que presenten clínica en ninguna de las fases de producción, ni provoquen pérdidas económicas cuantificables. La seroprevalencia en EEUU, Canadá y Europa (Bélgica, Holanda, Francia, Italia, Alemania, España, etc. ) está entre el 85 y 90 % de reproductoras tanto en granjas vacunadas como no vacunadas y granjas con o sin clínica. A nivel del cerdo como individuo, las infecciones por el virus de la gripe tienen una duración media de 5-7 días, y en la población pueden prevalecer desde semanas a años. Así, las infecciones y dinámicas de transmisión en grandes poblaciones pueden diferir mucho a las observadas en grupos pequeños de animales (grandes diferencias según tamaño de granjas y tipo de producción – en fases o de ciclo completo).
Las pérdidas por el virus de la gripe en diferentes estudios se estiman en unos 3 €/cerdo, pudiendo incrementarse en casos de co-infecciones hasta los 10 €/cerdo. Las principales causas de transmisión del virus intra-granja (y del mantenimiento endémico en las granjas) son la introducción de cerditas de reposición positivas a otras cepas del virus y la infección persistente en lechones destetados. Los lechones destetados son los responsables de mantener, diversificar y transmitir el virus de la gripe a otras granjas.
La dinámica de las infecciones por el virus de la gripe es significativamente diferente a nivel de prevalencia en lechones destetados entre granjas y dentro de la misma granja. En granjas de alta y media prevalencia, la prevalencia variará durante las 4-6 semanas post-destete, mientras que en las granjas de baja prevalencia, en estas 4-6 semanas post- destete la prevalencia apenas va a cambiar. En varios trabajos no se detectan diferencias significativas entre el grado de prevalencia y la incidencia sobre el crecimiento e índice de toses, por lo que son necesarios más estudios para que seamos capaces de poder valorar el impacto económico real según la prevalencia en el momento del destete. En varios estudios con análisis de multivariables se demostró que no hay asociación entre el peso del lechón al nacimiento o al destete, las técnicas de adopciones y cesiones, y el número de partos de las cerdas con la viremia al destete, aunque sí con la edad al destete.
Vacunación
Las pautas de vacunación ensayadas son numerosas y han mostrado resultados variables. Incluyen la aplicación de la vacuna a las futuras reproductoras, la vacunación en masa combinada con vacunación en preparto tanto con vacunas comerciales como autógenas y la vacunación de lechones. El uso de vacunas reduce el ratio de detección del virus en los lechones al destete sin haber diferencias significativas entre vacunas. El tiempo medio de infección post-destete es de 1,5 semanas y la duración de la infección de 1,6 semanas, lo que determina unos niveles bajos de anticuerpos maternales en el momento del destete en lechones de madres vacunadas, existiendo dudas sobre la interferencia con los anticuerpos maternales. La vacunación no previene la infección, pudiendo reducir los signos clínicos, las lesiones pulmonares y la excreción viral una vez contagiados.
El virus es capaz de evadir al sistema inmune, incluyendo las defensas creadas por las vacunas comerciales. Así, las vacunas tienen una eficacia limitada, siendo preciso seleccionar las cepas adecuadas en cada caso, permitiendo reducir la excreción y la diseminación del virus en la granja. Los cambios en sus proteínas de membrana afectan a la transmisión, virulencia y capacidad inmunitaria del virus. Este virus acumula errores en su replicación que, junto al elevado número de mutaciones, han dado lugar a un gran número de cepas nuevas durante los últimos 20 años. Esta gran diversidad en su genoma hace que el desarrollo de vacunas sea difícil. A esto se añade que dicha variación también sea tanto a nivel local como regional y nacional. El concepto de vacunación de refuerzo principal (prime boost) consiste en presentar diferentes antígenos para aumentar la magnitud de la respuesta inmune heteróloga que no solo induce una elevada respuesta de anticuerpos sino que activa la respuesta de las células T CD4. La eficacia de dichas vacunas inactivadas o vivas atenuadas multivalentes frente a infecciones por virus de la gripe H1 y H3 aún es poco clara.
La gripe tiene serias implicaciones para la población humana. Un objetivo prioritario de la Organización Mundial de la Salud y de la Comisión Europea, es aumentar en humana el porcentaje de vacunación frente al virus de la gripe en los mayores de 65 años, personal sanitario (médicos, veterinarios, enfermeros, farmacéuticos, biólogos, etc.) y grupos de riesgo, incluyendo en la campaña 2018/19 a trabajadores de granjas avícolas y porcinas según recomendó la Comisión de Salud Pública el pasado 20 de septiembre, con el fin de evitar infecciones concomitantes de los tres virus de la gripe (humano, aviar y porcino), y así reducir la capacidad de recombinación entre dichos virus. La epidemiología del virus de la gripe es compleja lo que hace difícil establecer medidas de control eficientes en nuestras granjas comerciales.
Las infecciones secundarias bacterianas son frecuentes en cerdos con gripe, y es importante considerar la vacunación en aquellas granjas donde el virus está involucrado en problemas respiratorios o reproductivos concomitantes con:
Las muestras más adecuadas para el diagnóstico por PCR son el tejido pulmonar, exudados nasales y fluidos orales.
La detección de anticuerpos por ELISA no tiene ninguna significación clínica.
Para mejorar la sensibilidad de las técnicas es importante tomar muestras de lechones infectados de forma aguda. El tiempo de almacenamiento de las muestras y el método de transporte al laboratorio pueden influir en la sensibilidad de la técnica (degradación ácido nucleico viral = falsos negativos). La técnica de inhibición de la hemoaglutinación (HAI) se usa para comparar la homología en la secuencia del virus.
Preguntas
Personalmente me surgen muchas dudas sobre la eficacia de las medidas de control, por lo que a la hora de actuar a nivel práctico en nuestras granjas, me parece oportuno lanzar varias preguntas, como son:
La tasa de vacunación en granjas porcinas alrededor del mundo es muy variable, siendo elevada en EEUU frente a América del Sur, Europa, Rusia o Asia, donde es bastante baja. No es menos cierto que la mayoría de las vacunas utilizadas en EEUU son autógenas.
Es una larga lista de preguntas para un virus ARN que se identificó hace justo 100 años con los primeros brotes en Europa occidental en 1976 y detectado en porcino en España por primera vez en 1982 por el Dr. Plana y colaboradores y que presenta distribución mundial.