Medidas de bioseguridad para prevenir la transmisión indirecta del PEDV

18-sep-2017 (hace 7 años 3 meses 4 días)

Artículo

Y Kim, M Yang, S M Goyal, M C-J Cheeran and M Torremorell. Evaluation of biosecurity measures to prevent indirect transmission of porcine epidemic diarrhea virus. BMC Veterinary Research. 2017, 13:89, DOI 10.1186/s12917-017-1017-4

¿Qué se estudia?

El virus de la Diarrea Epidémica Porcina (DEPv) causa una enfermedad entérica devastadora que se propaga por vía directa (fecal-oral con otros cerdos) e indirecta (fómites contaminados, camiones, pienso e ingredientes del pienso). Muchas granjas y sistemas solicitan orientación sobre el valor de las medidas de bioseguridad. Los investigadores estudiaron distintos protocolos de bioseguridad para controlar la propagación del DEPv, que incluían el movimiento del personal entre distintas secciones, sanidad e higiene personal y cambio de ropa.

¿Cómo se estudia?

Se llevaron a cabo dos pruebas por separado. Se infectaron cerdos con DEPv y mediante rtPCR se detectó que excretaban virus entre los días 1 y 19 post inoculación. Se incluyeron controles negativos para descartar otras rutas de transmisión. Bajo condiciones de laboratorio se asignaron grupos de cerdos de 3 semanas de vida a un grupo con un protocolo de bioseguridad baja, media o alta. En el grupo de bioseguridad baja los operarios se trasladaban directamente desde los corrales contaminados por pasillos sucios y no se cambiaban la ropa ni se lavaban; los de bioseguridad media se lavaban las manos y la cara y se cambiaban de ropa y calzado, los de bioseguridad alta incluían una ducha y un cambio completo de ropa. El personal pasó 45 minutos en contacto con los cerdos infectados que estaban excretando DEPv en heces, antes de trasladarse donde se alojaban los cerdos centinela no expuestos. Los movimientos eran de una sala infectada a las salas con los distintos niveles de bioseguridad. La transmisión se medía indirectamente mediante hisopos rectales y de fómites.

¿Cuáles son los resultados?

En el estudio se realizaron las siguientes observaciones:

  1. Todos los cerdos infectados experimentalmente empezaron a excretar RNA de PEDv desde el día 1 post inoculación. Se detectaron hisopos rectales positivos durante 12 días.
  2. En el grupo de bioseguridad baja se detectó DEPv en cerdos 3 días post-infección.
  3. Los hisopos del equipo de protección personal fueron rtPCR positivos durante 3 días tras el contacto con cerdos infectados.
  4. No se detectó DEPv en los cerdos centinela en los grupos de bioseguridad media ni en los de alta tras 12 dpi, pese a 2 hisopos de fómites positivos en el grupo de bioseguridad media, tomados antes de entrar en los corrales.

¿Qué conclusiones se extraen de este trabajo?

Este estudio refuerza la importancia de la bioseguridad en el control y la prevención de la entrada de DEP en la granja. Confirma la rápida diseminación indirecta de DEPv (24 horas). También muestra que el uso de ropa de protección, el lavado de las zonas expuestas de la piel, o la ducha más cambio de ropa completa, son efectivos en la reducción de la transmisión de DEPv entre grupos de cerdos.

Enric MarcoLa visión desde el campo por Enric Marco

La DEP ha causado numerosas pérdidas y continúa ocasionándolas cada año. Coincidiendo con la época fría tenemos rebrotes de la enfermedad que afectan más o menos a las granjas. En los peores casos, la enfermedad permanece endémica circulando en transiciones y produciendo diarrea en todos los lotes de lechones destetados. La prevención de la enfermedad depende exclusivamente de la implantación de correctas medidas de bioseguridad que necesariamente deben contemplar el transporte. A estas alturas, tenemos muy claro el papel que un transporte contaminado ha jugado en la difusión de la infección en nuestras explotaciones y sabemos cómo evitarlo, aunque no siempre sea fácil.

Cuando una explotación se infecta por el virus de la DEP sabemos que los daños se mitigan si se hace circular rápidamente el virus por las gestaciones, retrasando al máximo la contaminación de las maternidades. Con ello, se evita la infección de los lechones más jóvenes y se reducen las pérdidas, al ser ellos precisamente los más sensibles a la enfermedad. Detener la circulación del virus dentro de la granja, no sólo interesa en casos de infecciones nuevas, sino que además es interesante conseguirlo entre lotes de lechones al destete para evitar que la infección se establezca de forma endémica; y entre lotes de primerizas, de tal modo que lleguemos a cortar el ciclo de infección entre distintos grupos de cerdas de reposición. Pero ¿cómo hacerlo?

El presente artículo nos ayuda a establecer cuáles son las mínimas medidas de bioseguridad que deberíamos establecer a nivel interno para conseguirlo. Cuando los animales excretan el virus en forma masiva (primeros días post infección) el virus se encuentra contaminando la ropa, manos, piel, pelo y calzado del personal que maneja los animales. Por lo tanto, el cambio de ropa, cambio de calzado, así como el lavado de manos y cara aparecen como medidas efectivas para evitar que el personal se convierta en el diseminador de la enfermedad.

No obstante, no podemos olvidar que las pruebas descritas en el artículo se llevaron a cabo en instalaciones experimentales donde no se dan algunas de las circunstancias que son comunes en las granjas: lechones retrasados que se cambian de grupo, roedores que van de sala en sala sin pasar por un túnel de lavado o material que se usa en distintas salas indistintamente.

El primer paso para mejorar la bioseguridad interna es conocer cuáles son los puntos críticos, pero para que la mejora sea una realidad hay que llevarlos a la práctica de modo consistente en el tiempo, lo que a veces es muy difícil en explotaciones comerciales donde el diseño no siempre acompaña.