En anteriores ocasiones hemos hablado en esta sección sobre la prevalencia de cojeras en las granjas. Tanto de su clasificación y causas de origen como en qué grado puede llegar a afectar a los datos productivos bajo la causa de eliminación de cerdas registradas como "cojera". Este efecto es claro y está ha sido demostrado en varias ocasiones (Anil et al. 2009; Ehlorsson et al. 2009; Pluym et al. 2013).
Pero… ¿qué pasa con los datos de pérdidas productivas de una u otra clase que están clasificadas como "desconocido", "otros" o nombres poco concretos como "problemas reproductivos"?
La mayor parte de las ocasiones, los operarios de granja, que son los que diagnostican las causas y anotan estos fallos al dar de baja la cerda, no son capaces de identificar claramente el origen del problema que los provocadando lugar a una gran cantidad de registros inespecíficos de diferentes tipos de los que no se puede extraer ninguna información útil para el responsable de producción.
En la base de datos de la que disponemos (más de 330.000 cerdas de capa blanca) existen múltiples, hasta demasiadas, causas inespecíficas anotadas en la venta de cerdas a matadero.
Gráfico 1. Porcentajes de las diferentes causas de envío de cerdas a matadero, año 2015.
Tal y como muestra el Gráfico 1, casi la mitad de los envíos a matadero son debidos a la edad, el otro 55% no está relacionado con ello. Tenemos por ejemplo que en el año 2015 casi 68000 envíos a matadero, más de un 20% de las cerdas, fueron eliminadas con causa "otros" o "desconocida". Más de 25% de las cerdas son eliminadas por razones reproductivas más o menos específicas como "baja productividad", "falta de celo", "encontrada vacía al parto", "celos débiles" y un largo etcétera.
Aparentemente, los problemas de cojeras apenas representan el 5% de las causas de envío a matadero.
Las cojeras normalmente se diagnostican cuando el pronóstico de curación está comprometido normalmente la cerda ya ha claudicado, no come, ha abortado o la marcha se ve muy afectada. Sin embargo, prácticamente en ninguna granja se revisan por rutina las lesiones en pezuñas o pequeñas alteraciones en la marcha en cerdas que están teniendo problemas, y mucho menos en cerdas que no los tienen.
Durante los últimos 10 meses, hemos recorrido diferentes granjas, con o sin sospecha de problemas de cojeras, recopilando datos de forma objetiva sobre la incidencia de lesiones en pezuñas con el objetivo de dibujar un mapa de la situación real en nuestro país para, finalmente, relacionarlo con los registros de envío a matadero con causa inespecífica de los que disponemos (más de 30.000 al año).
En este artículo se muestran las primeras tendencias que se pueden observar a partir de los datos de las primeras 550 cerdas valoradas, datos aún sin relacionar con datos reproductivos.
La metodología de recogida de datos está establecida de forma numérica para evitar en la medida de lo posible la subjetividad. Para unificar el criterio, la misma persona forma a los veterinarios colaboradores en la red y hace las primeras valoraciones con ellos. Posteriormente, estos colaboradores van enviando datos de sus granjas para añadirlos a la base de datos.
Se recogen en un formulario cerrado las lesiones, todas ellas valoradas desde el grado 1 al grado 3. Si la cerda no tiene lesión, se registra, pero no se les da valor alguno.
Las lesiones revisadas son:
A su vez, se registra el nº de parto de la cerda, el estado fisiológico en el que se encuentra (lactante, nulípara, gestante…), localización y otras observaciones libres que se puedan realizar: no come, mal parto…o cualquier otra incidencia reseñable.
En cada granja se revisan el 10% de las cerdas, existan sospechas de daños en pezuñas o no. El registro es totalmente aleatorio y siempre está distribuido en función de la estructura censal presente: si la explotación tiene un 23% de primerizas, el 23% de las cerdas revisadas serán de primer parto (Gráfico 2), pero escogidas al azar.
Gráfico 2. Censo ideal de una granja.