El papel de los vehículos de transporte en la transmisión del PRRSV

16-abr-2015 (hace 9 años 8 meses 6 días)

Artículo

An experimental model to evaluate the role of transport vehicles as a source of transmission of porcine reproductive and respiratory syndrome virus to susceptible pigs. Scott A. Dee, John Deen, Satoshi Otake, and Carlos Pijoan. Can J Vet Res. Apr 2004; 68(2): 128–133

 

Resumen del artículo

¿Qué se estudia?

Debido a que una de las vías potenciales de transmisión de PRRSV son los vehículos de transporte contaminados, se realizó un estudio para evaluar el papel de dichos vehículos en la transmisión del PRRSV. En concreto:

  1. Definir la concentración de PRRSV que tiene que haber en el vehículo para infectar a los cerdos,
  2. Certificar que la reproducción de un remolque utilizada en el estudio podía transmitir PRRSV a los cerdos,
  3. Evaluar un protocolo de desinfección del vehículo para evitar la transmisión de PRRSV.

 

¿Cómo se estudia?

Utilizaron cerdos no expuestos a PRRSV entre16 y 18 días y la unidad era un remolque de cerdos testedados. El modelo era una réplica de un remolque completamente cargado de cerdos destetados y se construyó a una escala 1:150.

Objetivo 1: Se prepararon diluciones de PRRSV (101, 102, 103 y 104 TCID50/ml) en alícuotas que se pulverizaron en el interior del camión, entonces se introdujeron los cerdos centinela no expuestos a PRRSV durante 2 h.

Objetivo 2: Se infectaron 4 cerdos no expuestos a PRRSV con 2 ml de PRRSV y se introdujeron en el modelo de remolque durante 2 h. Tras este periodo de contaminación, se sacaron los cerdos "diseminadores" y se introdujeron 2 cerdos centinela no expuestos a PRRSV durante 2 h.

Objetivo 3: Se estudiaron 4 protocolos diferentes de limpieza y, tras una periodo de contaminación de 2 h, los remolques se asignaron a uno de los 4 tratamientos. Se llevaron a cabo 10 réplicas.

Tratamiento 1-Sólo rascado: El interior del remolque se rascó manualmente con una rasqueta manual de plástico, para eliminar la cama de virutas antes de colocar a los 2 cerdos centinela.

Tratamiento 2-Lavar y desinfectar: Se eliminó la cama y se lavó y desinfectó el remolque antes de colocar a los 2 cerdos centinela.

Tratamiento 3-Lavar, desinfectar, congelar y descongelar: Se eliminó la cama y se lavó y desinfectó el remolque como se describe en el tratamiento 2. Además se pusieron los remolques en una cámara a -20ºC durante toda la noche y luego se dejaron descongelar antes de colocar a los 2 cerdos centinela.

Tratamiento 4-Lavar, desinfectar y secar: Se eliminó la cama y se lavó y desinfectó el remolque como se describe en los tratamientos 2 y 3. Entonces se dejaron secar los remolques durante 12 h a temperatura ambiente (20°C) antes de colocar a los 2 cerdos centinela.

Tras cada tratamiento se alojaban 2 cerdos centinela no expuestos a PRRSV durante 2 h, se sacaban y se mantenían aislados durante 7 días. Durante el periodo de incubación, se realizaron análisis de sangre a todos los cerdos centinela en los días 3 y 7 tras la exposición.

 

¿Cuáles son los resultados?

Los cerdos expuestos a los remolques contaminados con 103 TCID50/mL o 104 TCID50/mL fueron seropositivos mediante PCR a los días 3 y 7 tras la exposición.

Además, como mínimo 1 cerdo centinela se infectó en los remolques tras su contaminación por otros cerdos.

Sólo el tratamiento de lavado/desinfección/secado redujo el número de hisopos positivos mediante PCR del interior de los remolques y previno la infección de los cerdos centinelas.

 

¿Qué conclusiones se extraen de este trabajo?

Esto confirma que "todos los camiones, remolques y otros vehículos utilizados para el transporte de animales, derivados de animales, pienso, despojos y equipos contaminados, son un riesgo potencial para la diseminación de enfermedades". A menos que el interior del vehículo esté completamente seco tras el lavado y la desinfección, la contaminación es posible.

 

Enric MarcoLa visión desde el campo por Enric Marco

Por desgracia, es común que aquellas explotaciones situadas en zonas de alta densidad porcina culpen de su bajo nivel sanitario a su localización geográfica, y aquellas que se encuentran en zonas de menor densidad, al origen de sus animales, a los camiones de pienso, a la recogida de cadáveres, al viento, al invierno o a su mala suerte. Pocas veces consideramos al transporte de animales como un posible vehiculador de enfermedades, y cuando lo hacemos, pensamos que es su exterior lo peligroso. De ahí que se instalen vados de desinfección para las ruedas o arcos de desinfección. Una vez que el camión está desinfectado (por fuera) ya parece que el peligro ha pasado. Sin embargo, cuando se habla de la posibilidad de que el interior de la caja de carga esté contaminada siempre se encuentran excusas para exculparla: mis trabajadores no contactan con el transporte, los cerdos no retroceden, mi transporte siempre llega limpio, o tenemos muelles de carga. Pero, ¿realmente los camiones llegan siempre limpios? ¿Nunca se contacta con el transportista? ¿Los cerdos nunca pisan el elevador y retroceden?

El artículo pone en evidencia lo fácil que resulta infectar cerdos con el virus PRRS cuando éstos contactan con un transporte contaminado (donde se hayan transportado cerdos virémicos), incluso cuando éste se ha lavado y desinfectado (y lavado con agua a 80°C, como es el caso del artículo). Es cierto que no deja de ser un diseño experimental, pero en condiciones de campo los escenarios que plantea el trabajo son norma habitual: El diseño de la caja de carga de un camión no es el mejor para lavarla y desinfectarla correctamente, la caja está llena de ángulos, bisagras, cierres, lo que la hace especialmente complicada; pero además, en la práctica, es frecuente que sea el propio transportista el encargado de la limpieza del camión y que la limpieza se realice en un lavadero donde no hay agua caliente, donde la entrada y la salida se producen por el mismo punto, y donde no hay definición de zona limpia y sucia; cuando el clima es frío es habitual que los camiones no lleguen nunca a estar secos en el momento de la carga; o que el transportista nunca lave los guantes o el instrumental que pueda usar durante la carga, por no hablar de las botas. Teniendo en cuanta todo esto ¿Cómo podemos decir que un transporte está limpio tan solo echándole un vistazo?

Una granja no existiría sin un transporte que le permita enviar cerdos a matadero, transportarlos al cebo o introducir reposición. Pero ¿cómo podemos minimizar el riesgo que éste puede suponer?

Hay algunas medidas que se pueden tomar:

1. Tratar de reducir las cargas a lo mínimo indispensable. Es común, que se priorice la reducción de los días perdidos por cerda realizando cargas semanales a matadero en lugar de reducir la frecuencia, aunque esto implique un coste superior.

2. En los casos en que sea posible, asegurar que los camiones se secan correctamente. Los períodos de descanso antes visitar núcleos genéticos o entre transportes de matadero y vida son cruciales en la reducción del riesgo. Otra vez incrementan el coste pero mejoran la bioseguridad.

3. Aunque se apliquen los puntos anteriores, lo más seguro es considerar siempre el camión de transporte de animales sucio. Si lo hacemos así, tomaremos todas las precauciones posibles para evitar que haya contacto directo entre la granja y el camión. El contacto debería producirse siempre a través de un muelle de carga que defina perfectamente cuál es la zona limpia y la sucia (zona donde deberá permanecer el transportista), se evite la reentrada de líquidos, animales y que pueda lavarse y desinfectarse inmediatamente después de cada uso (siempre desde la zona limpia). Lo ideal, es que el muelle de carga se encuentre alejado de las naves y que disponga de corrales de espera.


Muelle de carga
 

4. No dejar que el transportista utilice su material. Proveerle desde el exterior de la granja de calzado, guantes etc.

Por muy bueno que sea nuestro control del PRRS en la granja, si no controlamos las nuevas introducciones de virus, la explotación sufrirá la enfermedad con cierta frecuencia y ésta será inversamente proporcional al nivel de bioseguridad en el transporte de animales.