Verde, que te quiero verde

Jordi Beascoechea i Pina

3 de abril de 2013

15-abr-2013 (hace 11 años 7 meses 1 días)

De los brotes verdes, que decía el señor Zapatero, no he visto ninguno. En cuanto al color verde esperanza que augura el final de la crisis según los señores del gobierno, a mi parecer a día de hoy, es un verde más bien mustio. Ahora bien, del verde de los campos si puedo dar fe. Hablemos de la nueva cosecha, que a día de hoy se asoma excelente en toda España, y me aventuraría a decir que en toda Europa. Si bien es cierto que no se puede dar nada por sentado todavía, por lo menos en España, también es cierto que una buena siembra garantiza un 50% de la cosecha. Yo diría, aun asumiendo el riesgo a equivocarme, que yendo la cosa muy mal lograríamos una cosecha como la del año pasado. A día de hoy, y siendo prudentes se habla de 5,5 millones de toneladas de trigo, de 8-8,5 millones de toneladas de cebada y por si esto fuera poco los pantanos están llenos, por lo que la cosecha de maíz está garantizada (ya se habla de 5 millones de toneladas de maíz). En general los números este año, a día de hoy, parecen muy generosos. Por todo ello creo que podremos ver unos precios para el segundo semestre bastante parecidos a los del año pasado. También podemos decir lo mismo para la proteína, viendo la cosecha a nivel mundial podemos aventurar precios significativamente más baratos que el año pasado. Esperemos que el panorama no se estropee.

En lo que se refiere a cosecha nueva no ha habido cambio significativo de precios, antes del informe del USDA las cotizaciones eran más o menos las mismas: el maíz continúa alrededor de 200 €/Tm, el trigo alrededor de 220 €/Tm y la soja alrededor de 390 €/Tm (para una posición de junio-diciembre). Es una hipótesis pero me parece que, delante estos precios, los consumos se decantarán por el trigo aunque no tanto como la campaña pasada, después por el maíz y en tercer lugar cebada. Con todo, el mercado sigue pensando que el diferencial entre el trigo y el maíz es demasiado grande y por ello sigue sin tomar posiciones en trigo. En general se espera a la presión de cosecha en el Mar Negro que haga ceder los precios provocando que el diferencial entre trigo y maíz se reduzca.

Por último echemos un vistazo a la proteína. Ésta sigue su curso, vemos que los tiempos de espera para cargar la soja de nueva cosecha en Brasil siguen siendo considerables (alrededor de 60 días), por lo que los precios no tienen visos de bajar hasta que los barcos lleguen de manera generalizada a los puertos del país. Viendo el diferencial existente entre vieja y nueva, debemos esperar un escenario más o menos complicado hasta mediados de mayo (fecha en la que se estima empiecen a llegar barcos).

Todo esto es teoría. ¿Y el día a día qué? Parecía que repetíamos la historia de cada año, y tal como manda la tradición allá por el 20 de marzo los precios repuntaban al alza. Parecía que los precios se iban a mantener en una situación al alza hasta la llegada de cosecha. Digo parecía porque el jueves por la tarde, el departamento de Agricultura de Estados Unidos publicó su informe sobre superficie de siembra y stocks trimestrales que provocó un tsunami que tiñó de rojo todos los mercados, bajadas que continuaron el lunes de Pascua (no olvidemos que es un día festivo en muchos países Europeos). En espera de ver como van a afectar estas bajadas a los precios de las materias primas me atrevo a aventurar que se trasladarán de forma más significativa a la cosecha nueva. En lo que a cosecha vieja se refiere, el empalme de campaña sigue siendo complicado para el trigo y la cebada por lo que me sorprendería ver grandes bajadas de precios en estas posiciones.