Se puede lograr la protección de los lechones frente a la rinitis atrófica mediante la vacunación de sus madres. Esta transmisión de inmunidad se efectuará gracias al calostro, un verdadero concentrado de anticuerpos y de células inmunitarias. Sin embargo, hay una carrera contra el tiempo, porque:
El nivel de anticuerpos transmitidos de la cerda al lechón depende de 4 factores principales:
A lo largo de este capítulo se tratarán los principales factores de variación de estos cuatro factores, y las posibles medidas que pueden influir sobre ellos en los sistemas modernos de producción.
Variaciones del calostro relacionadas con la cerda:
Hay algunos factores que están ligados de modo intrínseco a la cerda y no pueden modificarse. Así, la cantidad de calostro producido es específica para cada cerda, y, en términos globales, las primíparas producen menor cantidad que las cerdas adultas: una cerda produce como media 3,5 kg de calostro, oscilando entre 1,9 kg a 5,3 kg por cerda.
No obstante, hay algunos factores de producción que pueden también influir sobre la cantidad de calostro producida:
Por el contrario, se puede influir sobre la calidad del calostro mediante los métodos de producción:
Figura 1 : Disminución de las tasas de anticuerpos en el calostro desde el parto
(Koblasa y Butler, 1987)
El lechón y la toma de calostro: ¡no es tan sencillo!
Si se aúnan todos los factores de éxito para una buena respuesta vacunal de la cerda y una producción de calostro óptima, tampoco hay una garantía total de éxito, ya que desde el momento de su nacimiento, el lechón en sí desempeña un papel determinante.
De hecho, se ha visto anteriormente que la calidad del calostro disminuye rápidamente a lo largo del proceso del parto: el orden que ocupa el lechón al nacer influirá sobre la cantidad de calostro a su disposición. ¡Es mejor nacer de los primeros que de los últimos!
Hay además otros factores que intervienen sobre la cantidad de calostro ingerido:
Tabla 1: Características de los lechones en función de su consumo de calostro entre el nacimiento y 24 horas después del nacimiento del primer lechón (según Devillers N., 2004). Obsérvense las altas tasas de lechones splay-leg, con rotura de cordón o con dificultades respiratorias entre las clases que consumen poca cantidad de calostro, así como una tasa mayor de mortalidad.
Consumo de calostro al T24h (g) | |||||||
0-100 | 100-200 | 200-300 | 300-400 | 400-500 | >500 | ||
Peso al nacimiento (kg) | 1.10 ± 0.05a |
1.14 ± 0.03a |
1.29 ± 0.02b |
1.41 ± 0.02c |
1.62 ± 0.02d |
1.71 ± 0.04e |
|
Vitalidad | Splay-leg | 26.9 %a | 20.7 %a | 8.2 %b | 7.2 % b | 5.1 % b | 2.4 % b |
Rotura de cordón | 18.5 % ab | 26.9 %ab | 24.6 %a | 8 %c | 8.9 % bc | 7.3 % bc | |
Dificultades respiratorias | 13.0 %a | 3.6 % b | 1.6 %b | 1.4 %b | 1.3 %b | 0 %b | |
Tasa de mortalidad al destete (%) | 63 %a | 34 %b | 11 %c | 8.0 %cd | 2.5 %d | 4.8 %cd | |
IgG a las 24h (mg/ml) | 11.2 ± 1.6a |
17.8 ± 1.7b |
23.0 ± 0.8c |
24.7 ± 0.7cd |
27.0 ± 1.0d |
25.6 ± 1.1cd |
Las letras diferentes en una misma fila indican una diferencia estadísticamente significativa (p<0.05)
Tabla 2 : Distribución de la ganancia de peso durante las primeras 24 horas de vida en función del peso al nacimiento (según Le Cozler Y. y Le Dividitch J., 2005).
Grupo de ganancia de peso 0-24h | n | Ganancia de peso 0-24h (g) |
Peso al nacimiento (g) | Mortalidad (%) |
< 0 | 122 | - 81 +/- 71 | 1249 +/- 386 | 41 |
0 – 100g | 147 | 52 +/- 29 | 1357 +/- 315 | 18 |
100g – 200g | 153 | 151 +/- 69 | 1547 +/- 263 | 3 |
> 200g | 75 | 263 +/- 63 | 1683 +/- 234 | 1 |
Tabla 3: Concentración de IgG en el calostro (mg/ml) en función de la posición de la mama en la cadena mamaria y la hora de la toma de muestras (Bland I. y Rooke J.A., 1998 - a y b: diferencia significativa entre las filas (p<0.05).
Hora | Mamas anteriores | Mamas centrales | Mamas posteriores | Media | s |
0-6 | 44.8 | 36.5 | 32.1 | 37.8 a | 2.28 |
9-15 | 24.1 | 31.9 | 25.4 | 27.3 ab | 3.76 |
18-24 | 29.8 | 27.9 | 21.8 | 26.3 b | 3.02 |
Se presentan algunas cifras a modo de resumen:
El desarrollo correcto del parto y la supervisión del primer amamantado son factores claves para la supervivencia del lechón y para el éxito de la vacunación contra la rinitis atrófica. |