Introducción
La preocupación de los consumidores en Europa por el bienestar de todos los animales, incluidos los de producción, ha llevado a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) a realizar diferentes estudios y publicar directivas concretas que hacen referencia a la castración en porcino (EFSA, 2004, 2011), quedando patente por la Directiva 120/2008/CE del Consejo, así como por los RD 1135/2002 y 1221/2009, que la castración quirúrgica de las hembras está prohibida en toda la Unión Europea. En el caso de productos de calidad específica como es el cerdo ibérico, en el 2010 se hizo una Declaración Europea de alternativas a la castración quirúrgica, reconociendo que la castración es un requisito del mercado, y no una decisión de los productores, en aras de la calidad del producto final (Cámara, 2009). Debemos considerar que el peso al sacrificio de estas cerdas está en los 145-155 kilos de peso vivo, superando el mismo el momento de la pubertad.
Las hembras ibéricas enteras se caracterizan productivamente por:
Las cerdas ibéricas castradas quirúrgicamente a nivel económico frente a las enteras nos determinan ciertos hechos diferenciales sumados a los anteriores, como son:
Resultados
En los trabajos publicados de resultados de castración inmunológica de hembras ibéricas frente a las hembras castradas quirúrgicamente y hembras enteras, dentro de los cuales hemos participado en dos de tres, (Fernández Moya y col, 2011 – Martínez de Paz y col, 2010 – Gómez Izquierdo y col, IPVS 2012) concluyen en lo siguiente:
Las cerdas inmunocastradas tienen mayores consumo diario de pienso (> 20 %), ganancia media diaria (19-22 %) e índice de conversión (1 - 2 %) que la hembras enteras.
Las cerdas inmunocastradas tienen un mayor consumo diario (12-13 %) mejor ganancia media diaria (22,0-22,4) e índice de conversión (7,6-10 %) que las cerdas castradas quirúrgicamente.
Desde el prisma nutricional dos aspectos fundamentales, como son:
Nuestras primeras experiencias de inmunocastración en cerdos ibéricos datan del año 2008, donde partimos de edades a matadero de 41-43 semanas de vida. Realizamos diferentes ensayos inicialmente con 2 y 3 dosis en diferentes edades, para concluir en base a resultados a aplicar dos dosis de Improvac subcutáneo a las semanas 19 y 31 de vida. La segunda dosis la ponemos entre 10 ± 2 semanas previas al sacrificio para optimizar su efecto. Nuestras pruebas de campo están realizadas sobre animales que ya disponen de una curva de consumo estandarizada y múltiples piensos definidos previamente en base a controles anteriores tanto de pesos, consumos y crecimiento durante la fase de engorde tomando como objetivos la calidad de carne, con el mejor índice de conversión ajustado a una ganancia media diaria de peso adaptada a la edad del sacrificio. Hasta la fecha disponemos de datos de más de 30.000 cerdas ibéricas inmunocastradas, permitiéndome reflejar a continuación las principales conclusiones de nuestra experiencia.
Después de la segunda dosis de Improvac, tanto la actividad sexual de los hembras como su comportamiento de montas desaparece. En nuestra experiencia la atrofia de ovarios y útero (cuerpo y cuernos) en las cerdas vacunadas con Improvac es muy marcada con respecto a las enteras.
Ovarios de cerdas ibéricas enteras e Improvac
Útero cerda Improvac | Útero cerda ibérica entera |
A continuación exponemos algunos resultados productivos comparativos entre hembras enteras, castradas quirúrgicamente y las inmunocastradas:
Ganancia media diaria (g) | Índice de conversión | Aumento de peso periodo, Kg | |
Hembras enteras | 696 | 4,30 | 83 |
Hembras quirúrgicas | 735 | 4,57 | 86 |
Hembras improvac | 801 | 4,15 | 92 |
Nuestras primeras reflexiones sobre inmunocastración con sistemas de alimentación racionada en cerdas ibéricas son: