¿Subestimamos las cojeras en las cerdas? (II)

Elena VizcaínoM.A. de AndrésJosé Alberto Murillo MurilloCarlos PiñeiroMaría Aparicio Arnay
13-sep-2011 (hace 13 años 3 meses 9 días)

En el anterior artículo (¿Subestimamos las cojeras en las cerdas?), se efectuó una primera aproximación al problema que representan los problemas locomotores (normalmente registrados como “cojeras”), en las explotaciones. En este segundo artículo, se van a analizar las causas de dichos problemas locomotores, y los tratamientos para evitarlas o minimizar sus efectos.

Los problemas locomotores pueden ser debidos a múltiples causas, que nos permiten distinguir entre cojeras no infecciosas y cojeras infecciosas.

Cojeras no infecciosas.- Tienen un origen multifactorial, ya que pueden ser debidas a defectos de manejo (peleas, manejo agresivo), problemas en las instalaciones (slats defectuosos, pisos resbaladizos, etc.), edad, genética (líneas genéticas más o menos sensibles), o nutrición (dietas desequilibradas o no suficientes). Los tipos de problemas locomotores no infecciosos, son:

Osteocondrosis.- Son cambios anormales en el cartílago articular y en las placas de crecimiento de los huesos; son cerdas que “andan a tres patas” o quedan sentadas tipo perro. Se suele dar en primerizas que han crecido demasiado deprisa, por suelos resbaladizos o en cerdas hiperprolíficas tras el destete. No tienen tratamiento específico y no se consideran recuperables.

Apofisiolisis.- Es la rotura de la tuberosidad isquiática del hueso coxal. Las extremidades posteriores quedan flexionadas parcialmente. Existe predisposición genética, apareciendo más en algunas líneas, así como un factor nutricional de peso, ya que niveles adecuados de fósforo y Vit D3 tienden a reducir su aparición.

Cerda con apofisiolisis

Figura 1.- Cerda con apofisiolisis.

Problemas de aplomos.- Es uno de los principales factores de eliminación durante los primeros ciclos de las cerdas. La causa fundamental es una mala selección de las cerdas que se van a utilizar como futuras reproductoras, por tanto para evitarlas, la selección debe atender aspectos como:

Esquema de las pezuñas

Figura 2.- Corte posterior y longitudinal de la pezuña del cerdo.

Lesiones en las pezuñas.- Son la causa fundamental de las cojeras propiamente dichas en las cerdas, y tienen tres orígenes principales:

- Sobrecrecimiento del talón.- Por sobrecarga crónica, que produce la hiperqueratinización de la epidermis del talón. La causa suele ser genética (formación anómala de las extremidades), y se puede tratar recortando el casco excesivo.

Sobrecrecimiento del talón

Figura 3.- Sobrecrecimiento del talón.

- Lesión de la línea blanca, que es la unión natural entre el talón y la pared más rígida. Esta lesión puede ser por traumas, inflamación o causas mecánicas, y su tratamiento incluye el recorte del casco y el tratamiento de la grieta infectada antes de que se agrave.

Desprendimiento del dígito auxiliar

Figura 4.- Desprendimiento del dígito auxiliar.

- Grietas en la pared lateral.- Esta grieta pueden ser vertical u oblicua, y provoca dolor cuando es tan profunda que alcanza el corion, o cuando se infecta. Por tanto, hay que tratar la grieta cuanto antes, y revisar los piensos, ya que puede ser debido a un defecto nutricional.

- Sobrecrecimiento de las pezuñas o dígitos auxiliares.- Las pezuñas pueden sobrecrecer por un mal suelo, que no provoque el natural desgaste de la pezuña (p.ej. suelo de plástico). Estas pezuñas dificultan la locomoción, además de que pueden desprenderse por engancharse al enrejillado. Por tanto, se debe recortar el casco.

Cojeras infecciosas.- Pueden ser debidas a:

Mal rojo.- La forma crónica artrítica del mal rojo, aparece cuando el mal rojo cutáneo no se ha tratado correctamente; las cerdas presentan cojeras muy pronunciadas de uno o más miembros, incluso parálisis. Se previene mediante vacunación y el tratamiento es a base de antibióticos betalactámicos (p.e amoxicilina)

Mycoplasmosis.- Causada por M. hyosynoviae. El animal afectado cojea súbitamente, presentando el tarso inflamado. Los síntomas suelen durar de 5-10 días. Se previene medicando el pienso con macrólidos (tiamulina, tilosina).

Brucelosis.- Además de abortos, la brucelosis puede provocar cojeras, parálisis o dorso arqueado si la bacteria se sitúa en las articulaciones.

Artritis purulenta.- Provocada por bacterias piógenas (estreptococos, estafilococos). Penetran en el cuerpo por heridas, y se establecen en las articulaciones provocando inflamaciones purulentas. Se tratan con antibióticos, aunque la recuperación de los animales es difícil si el proceso se encuentra en fase media o avanzada.

Inflamación purulenta de la articulación del tarso

Figura 5.- Inflamación purulenta de la articulación del tarso.

En estos dos artículos hemos revisado la situación general respecto de las cojeras en las granjas, así como sus causas principales. Para poder corregir los problemas derivados de su aparición y que muchas veces desembocan en la pérdida prematura del animal conviene hacer un esfuerzo en su identificación todo lo temprana posible y en el registro adecuado. Solo así podremos primero conocer qué tipo de cojeras tenemos, cómo nos están influyendo en la producción y cómo podemos corregirlas.