David Burch, Veterinario, Octagon Services, Reino Unido
18-mar-2009 (hace 15 años 9 meses 1 días)
El control de las infecciones por PCV2 pasa cada vez más por la vacunación de lechones ahora que la disponibilidad de las mismas está aumentando. Las vacunas para lechones han demostrado su efectividad tanto en la reducción de la mortalidad temprana como de la tardía (como parece ser el caso de la situación española). Acostumbran a dar un buen ROI (retorno a la inversión).
En un reciente artículo canadiense, con una mortalidad tardía entre 17-21 semanas (Cardinal, 2008), la mortalidad fue de 10,4 % en el grupo control no vacunado y de 10,7 % en los cerdos de camadas cuyas madres habían sido vacunadas con Circovac® (ver tabla 1), por lo que no hubo efecto en esta fase.
Tabla1. Comparación de mortalidad en engorde tras vacunación de las madres y lechones en Canadá.
Cerdas no vacunadas | Cerdas vacunadas | |
Control | 10.4 | 10.7 |
Circumvent (1 dosis) | 7.0 | - |
Circumvent (2 dosis) | 3.9 | 3.8* |
CircoFLEX (1 dosis) | 3.1 | 3.4* |
*Más del 72-89 % de los lechones son de cerdas que también han sido vacunadas.
Por el contrario los lechones vacunados con 1 ó 2 dosis de Circumvent® PCV a 3 y 7 semanas ó con Ingelvac CircoFLEX® tuvieron una mortalidad de 7,0; 3,9 y 3,1 % respectivamente, en comparación con los lechones de cerdas no vacunadas. Cuando los lechones de cerdas vacunadas también se vacunaban con Circumvent (2 dosis) y CircoFLEX (1 dosis) la mortalidad también se reducía a 3,8 y 3,4 % respectivamente. Los anticuerpos maternales no parecen interferir con las vacunas.
Figura 2. Mortalidad en engorde tras vacunación en madres y lechones.
La edad de la vacunación de los lechones no parece ser crítica, siempre que sea por lo menos dos semanas antes del inicio de la viremia, para que el sistema inmune pueda desarrollar inmunidad ante el desafío.
En un estudio en EEUU Cline et al (2008) vacunaron cerdos de 3 ó 6 semanas con CircoFLEX y los compararon con controles no vacunados. La explotación trabajaba con un sistema de producción en 3 sitios. El destete era a las 3 semanas y a las 10 pasaban al engorde. La granja era libre de de PRRSV y Mycoplasma hyopneumoniae pero desde hacía varios meses había sufrido pérdidas por PCV2 en el engorde.
La mortalidad en la transición fue similar en los tres grupos, asociada a infecciones distintas de PCV2, como Streptococcus suis y Haemophilus parasuis. Los signos clásicos de desmedro y la mortalidad empezaron en el engorde en los cerdos no vacunados, alrededor de las 11 semanas de edad (ver tabla 2). Esto coincidió con un dramático aumento en la viremia de PCV2 observada en los cerdos no vacunados.
Tabla 2. Mortalidad, tasa de sacrificio y peso final en cerdos vacunados y no vacunados
Vacunados a 3 semanas |
Vacunados a 6 semanas |
Controles no vacunados |
|
Tasa de sacrificio* (%) | 1.68** | 0.86** | 6.31 |
Mortalidad (%) | 1.92** | 2.25** | 7.76 |
Tasa de sacrificio + mortalidad (%) | 3,60 | 3,11 | 14,07 |
Peso (kg) | 115.0** | 115.2** | 109.0 |
*sacrificio=cerdos de menos de 82 kg
**diferencia significativa p = <0.0001
La mortalidad en el engorde se redujo en la vacunación a 3 y a 6 semanas en 5,84 y 5,51 %, respectivamente. El número de cerdos sacrificados se redujo en 4,63 y 5,45 % (ver figura 3). Estos cerdos más pequeños están muy emaciados y son penalizados, obteniendo sólo el 44% del valor de un animal normal. La ventaja media sobre el PV de los animales control fue de 6,0 y de 6,2 kg en los vacunados a 3 y 6 semanas, respectivamente.
Figura 3. Comparación de mortalidad y tasa de sacrificio entre los controles no vacunados y los vacunados a las 3 o 6 semanas (la emaciación empezó a las 11 semanas).
A grandes rasgos, hubo poca diferencia entre los dos protocolos de vacunación. Los anticuerpos maternales no parecieron interferir en el grupo vacunado a las 3 semanas y la protección duró todo el engorde; en los vacunados a las 6 semanas hubo tiempo suficiente para desarrollar la inmunidad antes del inicio de la viremia, cuando los cerdos se movieron al engorde, a las 10 semanas de edad.
El análisis económico del experimento (conversión 2,5; precio PV 1,10$/kg; precio sacrificados 0,48$/kg; precio pienso 176$/Tm) resultó en 9,85$/cerdo a favor de los vacunados.
La clave para manejar la mortalidad asociada a PCV2 en el engorde parece ser identificar de la edad a la que empieza la mortalidad y programar una vacunación que asegure que los animales están protegidos 3-4 semanas antes de la infección. La vacunación temprana, a edades tan precoces como las 2 semanas, o el destete, proporciona protección durante toda la transición. La vacunación parece ser muy rentable y se amortiza con una simple reducción de la mortalidad del 1%.