Caso clínico: Intoxicación por H2S

06-oct-2008 (hace 16 años 1 meses 18 días)

Aparición del caso

El caso se inicia en una explotación de engorde de 400 plazas situada en Francia, cuando el ganadero avisa al veterinario (no el habitual de la explotación) tras la presencia de muertes repentinas en una sala de engorde, con 30 cerdos muertos de 50 kg de peso aproximadamente, constatadas hacia el mediodía. Durante la llamada telefónica el ganadero le comenta al veterinario que:

  • hubo un problema en el sistema de distribución de la alimentación, lo que comportó que entre 500 kg y una tonelada de pienso cayeran en la fosa,
  • ambiente muy cargado al entrar en la sala
  • mayor parte del resto de animales de la sala con angustia respiratoria, trasladados a otra sala
  • el ventilador no dejó de funcionar

El día anterior, el veterinario habitual de la explotación había pasado a realizar la profilaxis frente al Aujeszky, sin detectar problema alguno. Por otro lado, el técnico que visita regularmente la explotación informa al veterinario encargado del caso que el ganadero cuenta también con una explotación de vacas de leche así como tierras de cultivo.

Hipótesis antes de la visita

El veterinario, teniendo en cuenta que no posee un conocimiento previo de la explotación de engorde, ni de la de nacimiento, se plantea diferentes posibles causas del problema:

  • Muerte por sofoco: esta es la primera hipótesis, si bien el hecho de que el ventilador no haya dejado de funcionar deja perplejo al veterinario ante esta posibilidad, ¿es posible que el ventilador se hubiera parado de forma momentánea sin que el ganadero se diera cuenta? En vis de esta hipótesis, la visita tendrá por objeto esencialmente comprobar el sistema de ventilación, en particular:
    • altura del purín bajo el slat
    • superficies de entrada de aire
    • los ajustes del ventilador
    • montaje del ventilador (¿es posible que funcione a la inversa?)
  • Intoxicación:
    • Por gas, en particular debida a sulfuro de hidrógeno (H2S): la caída de pienso en la fosa podría conducir a una mezcla con el purín líquido y una posterior intoxicación, incluso con el ventilador funcionando.
    • Por sal (por privación de agua): en principio parece una hipótesis poco plausible en la medida en que los cerdos supervivientes presentan síntomas respiratorios.
    • Por pesticidas/herbicidas en pienso, en particular la posible contaminación del circuito de agua por pesticidas o herbicidas inducida por un efecto "sifón" en el momento en el que el ganadero cargaba el pulverizador.
    • Por rodenticidas.
    • Por ingesta de pienso contaminado: si bien en principio debería descartarse esta hipótesis ya que todos los cerdos de la explotación consumen el mismo alimento y el problema parece confinado a una única sala. Además, no se observó ningún otro caso parecido en ninguna de las explotaciones suministradas por la fábrica de piensos que suministra de forma regular a esta explotación.
  • Infecciones posibles:
    • Actinobacilosis
    • Influenza
    • Salmonelosis


Visita a la explotación

La nave de engorde se divide en 4 salas con 4 corrales cada una y 25 cerdos por corral. Los suelos son de slat total. La ventilación se realiza por depresión con extracción alta. El esquema de la sala 4 es el siguiente:


Las 30 muertes en la sala de engorde nº 4, situada al final de la nave, se reparten de la siguiente forma:

- 17 muertos en el primer corral, próximo a la puerta,
- 12 muertos en el segundo corral,
- ningún animal muerto en el tercer corral, que se encuentra bajo el ventilador,
- y finalmente 1 animal muerto en el cuarto corral, situado al fondo de la sala.

Los animales vivos de la sala afectada se trasladan a otra sala. En el momento de la vista, aproximadamente 4 horas después de detectar los hechos, no se observa ningún síntoma clínico remarcable en los cerdos, a excepción de cerdos apáticos.

Se constata que el sistema de distribución del alimento se ha roto justo en la división entre el corral 2 y 3. Sin embargo, es difícil evaluar la cantidad de pienso que ha caído bajo la fosa.

Respecto al sistema de ventilación, el examen realizado no muestra ningún tipo de fallo visible, observando una correcta extracción del aire, así como una regulación del panel de control y unas superficies de entrada de aire dentro de la sala suficientes.

Se mide la altura purín-slat, que es de 45 cm.

Examen de los animales

Aspecto exterior de los animales muertos:

  • La posición de los animales muertos (algunos sobre el vientre) y la ausencia de lesiones cutáneas, (generalmente observadas cuando los congéneres se encarnizan sobre un cerdo enfermo) son inusuales y hacen suponer una muerte súbita (foto1).
  • Se observa presencia de congestión sanguínea, de forma marcada en la cabeza (foto 2).
  • Marcas del slat claramente visibles sobre la piel (foto 3).
  • La mayoría de animales presentan espuma sanguinolenta a nivel del hocico (foto 4).

Foto 1 : posición poco habitual de los animales muertos
Foto 2: congestión sanguínea, marcada en la cabeza
Foto 3:marcas visibles del slat
Foto 4: espuma sanguinolenta en el hocico

Necropsia:

Se necropsian 3 animales observando:

Cavidad torácica

  • Hidropericarditis constatada en los 3 animales
  • Presencia de filamentos de fibrina en tórax y abdomen.
Pulmones
  • Edema interlobular marcado en los 3 animales, en particular en los lóbulos apicales y cardíacos.
  • Zonas congestionadas a nivel de los lóbulos diafragmáticos.

Abdomen

  • Marcada congestión del intestino delgado.
  • Contenido intestinal normal
  • Numerosas trazas de migración larvaria en uno de los hígados.

Conclusión de las necropsias

Las lesiones observadas parecen compatibles con un sofocamiento o una intoxicación por gases.

No obstante, la presencia de fibrina en el tórax y el abdomen en uno de los cerdos necropsiados indica la presencia de una posible infección bacteriana, si bien las lesiones observadas no parecen compatibles con una actinobacilosis o una salmonelosis.

Por precaución el veterinario decide tomar dos muestras de agua y de pienso y dejar una muestra al ganadero para posibles temas relacionados con un eventual proceso contencioso. Se toman también como muestras dos pulmones que serán conservados en fresco durante la noche.

El veterinario redacta un informe destinado al experto de la aseguradora mencionando las lesiones observadas durante la autopsia y las hipótesis de diagnóstico de sofocamiento a intoxicación por H2S.

Evolución del caso

Al día siguiente el ganadero informa de la muerte de otro cerdo del grupo de apáticos observados el día anterior, si bien los demás cerdos de este grupo no presentan signos clínicos anormales. El veterinario no ve, pues, la necesidad de realizar análisis complementarios.

El experto de la aseguradora concluye también como muertes debidas a intoxicación por gas, siendo la caída del pienso en la fosa y mezcla con el purín el origen. Este experto ya había visto este tipo de accidentes en otras explotaciones.


Conclusión del caso

Definitivamente se concluye que los animales han muerto por intoxicación por gas H2S debido a la caída de alimento en la fosa de purines.

El sulfuro de hidrógeno H2S es el más tóxico y probablemente el responsable de las mortalidades. Este gas se produce por la degradación de las proteínas por parte de las bacterias anaerobias presentes en el purín. En ausencia de mezclas, el gas permanece en el purín.

Comentarios

Tras la aparición de 30 cerdos muertos de forma repentina en una sala de engorde, el ganadero se pone en contacto con el veterinario

El caso describe una intoxicación por sulfuro de hidrógeno (H2S) tras la mezcla del purín, debido a la caída de una cantidad importante de pienso en la fosa debajo del slat.

El hombre es capaz de detectar este gas en el aire a bajas concentraciones (0,025ppm). Para estas concentraciones existe poco o ningún efecto nocivo sobre la salud humana. Esta detección permite a los hombres percatarse de su presencia y buscar un ambiente menos contaminado. Por contra, y de forma asombrosa, a concentraciones muchos mayores, del orden de 200 ppm, el sulfuro de hidrógeno lleva a una especie de parálisis del sistema olfativo de forma que muchas veces el personal de las explotaciones que constatan este tipo de accidentes en los animales pueden ser fácilmente víctimas de esta intoxicación. Es necesario, pues, tener siempre en cuenta el peligro existente y no quedarse en la sala sin haber tomada antes las medidas necesarias como airear la sala durante un largo periodo de tiempo y sobretodo, no entrar solos en la sala.

En este caso concreto, el ganadero tuvo la buena idea de airear la sala antes de desplazar a los animales supervivientes.