Diagnóstico de enfermedades cutáneas I: anomalías morfológicas y enfermedades sistémicas

Stan Done
20-nov-2007 (hace 17 años 4 días)

La enfermedad cutánea es uno de los aspectos más difíciles de evaluar clínicamente y en patología general.

Tenga siempre presente que ante la presencia de vesículas, pústulas y úlceras típicas de la fiebre aftosa (fig. 1) y de otras enfermedades vesiculares se debe informar a las autoridades y esperar.


Figura 1 – Lesiones de FMD en el hocico

Recuerde siempre que el edema bajo la mandíbula, especialmente si va acompañado de cianosis y ganglios linfáticos ulcerados y una línea de inflamación, puede ser ántrax. En este caso se recomienda realizar una extensión en un frotis y tinción.

Los testículos hinchados y la piel del escroto ulcerada pueden indicar brucelosis o infección por clamidias.

En primer lugar, todas las anomalías de conformación del cuerpo del cerdo se observan sobre la piel o a través de ella. De modo que podemos observar debilitamiento, acumulación de grasa, quistes, anomalías musculares, articulares, de ligamentos y tendones, así como malformaciones de todo el cuerpo como la atrofia de la musculatura caudal del muslo, necrosis de los músculos del dorso, músculos acuosos pálidos o músculos secos pálidos. Otros síndromes como la debilidad de las patas se observan a través de la piel.

Figura 2 – Anomalía congénita de “cerdo Dumbo” con orejas agrandadas y edema periorbital”

Tenemos que descartar las anomalías congénitas y las malformaciones neonatales, como enfermedades de articulaciones, del ombligo, o abscesos o aplastamiento por la cerda. Se pueden observar anomalías extraordinarias (véase la fig. 2), y patologías más frecuentes, como la anemia del lechón, que pueden aparecer en explotaciones al aire libre en las que alguien se ha olvidado de abrir el acceso a la zona de tierra (sin tierra, hierro o inyección de hierro suplementarios).

La deshidratación, el aplastamiento y la inanición (fallo del aporte de leche materna: una camada demasiado grande y mala exposición simultánea de las dos filas de pezones o pezones ocultos, o mala nutrición) de los lechones neonatos pertenecen a estas categorías.

La Epitheliogenesis imperfecta y la Dermatosis vegetans, ambas poco frecuentes, son anomalías cutáneas específicas que afectan a los lechones. En cerdos de esta edad también se observa con frecuencia trombocitopenia y púrpura.

El segundo grupo de enfermedades cutáneas se refiere a aquellas manifestaciones que son provocadas por una enfermedad sistémica. Éstas afectan a menudo a los vasos sistémicos y por lo tanto provocan cambios en el sistema circulatorio provocando hemorragias (petequias, equimosis o hemorragia patente), edema en todos los tejidos blandos, especialmente las partes dependientes, y cambios en el flujo sanguíneo como congestión o hiperemia que provocan cambios de color en la piel.

La más frecuente de ellas y muchas veces desatendida es la erisipela. Las causas de muerte súbita también deben considerarse como algo diferencial (Antrax, H. parasuis (véase la fig. 3), electrocución, peste porcina clásica, peste porcina africana, salmonelosis (véase la fig. 4) etc.). El mal rojo, puede aparecer como un caso agudo con los típicos rombos pero es más frecuente que no sean los rombos clásicos. A menudo las orejas púrpura son una característica importante. Se pueden aislar fácilmente las bacterias de la sangre y ver las lesiones en el examen post-mortem. Los casos crónicos pueden ser más difíciles de diagnosticar y pueden necesitar examen post-morten para buscar lesiones en las articulaciones y en las válvulas cardíacas.

Figura 3 Figura 4

Figura 5– PRRS - “Oreja azul”

Este segundo grupo podría incluir también los cambios de color a azul oscuro / púrpura que se observan en el ántrax, salmonelosis, PRRS (véase la fig. 5), septicemias por P. multocida / Actinobacillus pleuropneumoniae / H. parasuis y en particular las dos principales diátesis hemorrágicas, la fiebre porcina clásica y la africana. También se confunden actualmente con la dermatitis porcina y el síndrome de nefropatía (PDNS) que parece presentarse de forma aguda así como formar parte del más común síndrome de desmedro (PMWS). Ésta es la mayor preocupación en los países exentos de peste porcina clásica y peste porcina africana, en que los veterinarios no reconocen la aparición potencial de estas enfermedades porque se están concentrando en el PDNS. Ésto es precisamente lo que ocurrió en el Reino Unido en 2000 y todavía sigue siendo posible.

La palidez (anemia) está asociada con deficiencia de hierro en el neonato o bien con infección por M. haemosuis (Eperythrozoon) en el cerdo de más edad.

La ictericia era rara en el cerdo hasta hace poco en que se ha hecho más frecuente como consecuencia de la infección de PCV2 que provoca hepatitis y enfermedad hepática.

El examen post-mortem no será de ayuda en el diagnóstico diferencial de las pestes y la forma hemorrágica del PDNS. Cuanto más se haga, más se convencerá de las dificultades prácticas para distinguir las tres patologías, el diagnóstico de laboratorio es el único método para distinguirlas.

A menudo, el PDNS es la única opción una vez que las demás pruebas y la bacteriología para salmonelosis han resultado negativas. Sólo en un porcentaje de los casos de PDNS se demostrará la presencia del virus PCV2, ya que para cuando se produce el PDNS, a menudo en edades superiores a las 16 semanas, el virus ya ha desaparecido.