Alimentación de la cerda en gestación

Miquel Collell
13-nov-2007 (hace 17 años 1 meses 9 días)

La cerda de hoy no es la de ayer…

Einstein ya habla de la relatividad del tiempo en su famosa teoría. La dimensión del paso del tiempo no es una cosa ajena a las cerdas. Por mucho que nos empeñemos no podemos manejar de la misma manera a la cerda “moderna” como lo hacíamos un tiempo atrás.

La cerda con la que trabajamos hoy nada tiene que ver con la que teníamos hace 30 años. J Boyd en 1999 ya indicó algunas diferencias clave entre estas dos cerdas.

Hace 25 años Hoy
% Magro 45 55-60
% Grasa canal 27 15-18
P2 (mm) 1er servicio 30-35 18-20
Ganancia media diaria (g/d) 200 340
Peso vivo al 1er parto 195 250
J Boyd, 1999

El avance genético en los últimos años ha sido espectacular. Hemos avanzado para tener cerdas que cada vez son mejores, son más prolíficas, destetan más lechones… pero por desgracia el avance genético no ha tenido en consideración del mismo modo características como el nivel de grasa del animal o su capacidad de recuperación después del parto. Esto nos ha llevado a tener cerdas cada vez más magras, con menor cobertura grasa y, por lo tanto, más delicadas en su manejo. Es por esta razón que si no sabemos valorar la alimentación como un elemento clave fracasamos estrepitosamente al manejar a estas cerdas.

Tener a cerdas más prolíficas supondrá tener animales con requerimientos superiores a nivel nutricional y por lo tanto más exigentes, no es lo mismo mantener una gestación de 11 fetos que una de 18. Los requerimientos energéticos, proteicos o las necesidades de pienso finales serán muy diferentes.

11 lechones 18 lechones diferencia
Peso fetos (kg) 16,5 kg 25,2 kg + 8,7
Requerimientos en energía (EM) 80,85 MJ 123,48 MJ + 42,63
kg de alimento (3.000 Kcal ED) 6,71 10,24 + 3,53
kg de alimento/día gestación 60 g/d 90 g/d + 30 g/d
Requerimientos en proteína 2.475 g 3.780 g 1.305 g
Requerimientos de alimento (14% MAT) 17,68 kg 27 kg 9,32 kg
Alimento/día de gestación 160 g/d 240 g/d + 80 g/d
Yannig Le Treut, 2006

No haremos hincapié en los requerimientos específicos nutricionales de esta fase, lo haremos sólo en aquellos aspectos prácticos que nos ayudarán a mejorar en el manejo en cubrición.

El control como base de la alimentación

Aplicar el sentido común no es siempre una tarea fácil en el día a día de una granja; en este caso tenemos que aplicarlo en el control de la alimentación para controlar la condición corporal de las cerdas. Conocer la condición corporal será básico si queremos evitar tener cerdas demasiado grasas o demasiado flacas, ajustar la cantidad del pienso y conseguir su máximo potencial genético.

El control de la condición corporal ofrece, entre otros, los siguientes beneficios:

- Menos tasa de remplazo.
- Menor mortalidad de cerdas.
- Dar a cada cerda lo que necesita (eficacia).
- Menos días de intervalo destete-servico.
- Más nacidos totales y vivos.
- Menos días no productivos.

Ahora ya no tenemos ninguna duda de la importancia de este control, pero ¿como podemos hacerlo?

Sistemas de control de la condición corporal

En principio para controlar la condición corporal podemos hacerlo visualmente, puntuando, con un medidor de grasa dorsal, pesando o con cinta métrica.

Visualmente: se trata de método rápido pero poco fiable.

Puntuando: una evolución de la valoración puramente visual. Se suele valorar como ya hemos visto anteriormente en una escala que puede ir de 1 a 5 ó de 1 a 4.


Peso: pesar a la cerda y ver el aumento o disminución del mismo.

Medidor de grasa dorsal: un aparato que mide, mediante ultrasonidos, el espesor de la grasa dorsal, el punto P2 (a la altura de la última costilla, a 6,5 cm de la línea mediana del lomo).

Medición de grasa dorsal en P2 Medición entre flancos

Cinta métrica: medir la longitud que tiene la cerda de flanco a flanco (existe una correlación longitud-peso)

Correlación longitud – peso
Flanco a flanco, cm Peso estimado, kg
83 a 90 115 a 150
91a 97 150 a 180
98 a104 180 a 215
105 a 112 215 a 250
113 a 127 250 a 300

Discernir cual es el mejor método es harto difícil, pues todos los métodos tienen ventajas e inconvenientes, lo vemos en la siguiente tabla:

Comparación de sistemas
Tiempo empleado Precisión
Control visual
Puntuación ♦♦ ♦♦
Peso ♦♦♦♦♦♦ ♦♦♦♦♦
Grasa dorsal ♦♦♦ ♦♦♦
Medición cinta métrica ♦♦ ♦♦♦♦

Actualmente en muchas granjas se regula el nivel de alimentación en función del grosor de grasa a nivel de P2 (ultrasonidos). Evidentemente valorar la condición mediante ultrasonidos es mejor que nada pero no podemos afirmar que sea el mejor método de control.

Puesto que el mantenimiento se lleva el 80 % de los requerimientos energéticos y a su vez depende del peso de la cerda, cualquier sistema que ignore el peso de la cerda está destinado al fracaso.

No existirá un método perfecto para controlar el estado corporal de la cerda, una combinación de dos métodos será posiblemente la mejor opción. En este sentido alimentar a las cerdas en base a la medición con cinta métrica y ultrasonidos nos puede ser de gran ayuda.

Nivel de alimentación de 0 a 101 días, kg/día
Flanco a flanco, cm Peso estimado, kg Mm de grasa a nivel de P2
< 12 12 a 14,9 15 a 18 > 18
83 a 90 115 a 150 2,4 2,2 1,9 1,7
91a 97 150 a 180 2,7 2,4 2,2 1,9
98 a 104 180 a 215 2,9 2,6 2,4 2,1
105 a 112 215 a 250 3,1 2,9 2,6 2,4
113 a 127 250 a 300 3,3 3,1 2,8 2,6
F. Aherne

- Asume dietas con 3,0 Mcal ME/kg
- Todas las cerdas reciben adicionalmente 1 kg/d desde el día 102 al 115
- Cerdas mantenidas alrededor o ligeramente debajo de 20°C

El objetivo es situar a las cerdas en una de las cinco categorías expuestas en la tabla y variar su nivel en función del peso (medición cinta métrica) y del nivel de grasa (ultrasonidos). Vemos entonces que para cerdas con un mismo nivel de cobertura grasa, en función de su peso, su nivel de alimentación será superior.