Escribe V Rueda nuvirunu@lugo.usc.es
07-mar-2007 (hace 17 años 8 meses 15 días)En los actuales sistemas de producción porcina, cuando la leche materna
deja de ser el alimento base, los lechones no están fisiológicamente
preparados para asimilar una dieta no láctea. El principal inconveniente
que presenta el alimento seco es su capacidad tampón que neutraliza una
incipiente acidez del estómago que puede durar hasta las 12 semanas de
edad. Esta situación desencadena dos efectos indeseables: la barrera
gástrica natural pierde su efectividad contra las bacterias patógenas
del alimento, y las proteínas no lácteas y no digeridas reducen
la eficiencia del alimento y son una buena fuente de nutrientes para microorganismos
patógenos digestivos.
Mientras el lechón mama, las bacterias dominantes en el estómago
e intestino delgado suelen ser lactobacilos y estreptococos adaptados al sustrato
lácteo. Después del destete se reducen los lactobacilos y proliferan
bacterias Gram- como
E. coli,
Salmonella y
Brachyspira.
Esta alteración en la composición y estabilidad de la población
microbiana aumenta la susceptibilidad de los lechones a diarreas de etiología
nutricional provocadas por el suministro de alimento sólido y extraño
como hidratos de carbono y proteínas complejas no lácteas.
La proteína de la leche, la caseína, solamente necesita que el
estómago del lechón tenga un pH de 4 para coagularse, precipitar
y alcanzar una digestibilidad del 98 %. Sin embargo las proteínas vegetales
y las del pescado necesitan pepsina para hidrolizarse y prepararse para su posterior
digestión enzimática en intestino. Esa proteasa presenta su máxima
actividad a pH 2 – 3,5 y este grado de acidez se puede conseguir mediante
la inclusión de ácidos orgánicos en el pienso.
Por sus múltiples efectos a nivel celular y fisiológico los ácidos
orgánicos funcionan como antimicrobianos, modificadores de la flora intestinal,
reductores de pH, estimulantes de la secreción pancreática y del
crecimiento de las microvellosidades intestinales, mejoradores de la flora gástrica
e intestinal, inhibidores de la producción de amoniaco y de otros metabolitos
depresores del crecimiento, y energéticos.
Los ácidos orgánicos antimicrobianos son los monocarboxílicos
de cadena corta como fórmico, acético, propiónico, butírico,
sórbico y fumárico, y los que tienen un grupo hidroxilo como láctico,
málico, tartárico y cítrico. En las dietas de cerdos se
utilizan aquellos que mantienen un 50 % sin disociar a pH entre 3 y 5, porque
su efecto antimicrobiano es dependiente del pH, y aumenta con la presencia de
formas no disociadas, de tal manera que cada ácido tiene su espectro
de actividad antimicrobiana. La acidez de la digesta aumenta la concentración
de las formas no disociadas lipofílicas del ácido orgánico,
y se difunden a través de la membrana celular bacteriana, donde se disocian.
El resultado es la reducción del pH del contenido celular, la alteración
de su sistema enzimático y del sistema de transporte de nutrientes.
La cantidad de ácido orgánico que hay que añadir para
acidificar la digesta depende de la capacidad tampón del alimento. Fuentes
proteicas como harina de soja tienen mayor capacidad tampón que los cereales.
Los minerales juegan un importante papel, sobre todo el carbonato cálcico,
así un 5% de tasa mineral en la dieta bloquea todo el ácido gástrico
sobre todo en cerdos jóvenes y estresados.
A los niveles utilizados habitualmente podemos observar mejoras en el índice
de conversión:
|
Fórmico
|
Propiónico
|
Fumárico
|
Cítrico |
Rango
de niveles del ácido
(% en pienso) |
0,3 – 1,8
|
0,5
– 2, 5
|
0,6
– 2,5
|
0,5
– 2,5 |
Mejora
en el índice de conversión (%) |
|
|
|
|
|
-
lechones
- cerdos cebo |
4
12 |
-
11
|
6
8
|
7
- |
Se comercializan sales ácidas con un ácido parcialmente neutralizado
que puede liberarse en solución acuosa. Así combinan los beneficios
de los ácidos libres con la seguridad de las sales. Especial interés
tienen las sales de citrato cálcico, pues pueden sustituir a parte del
calcio del alimento, se digieren bien y no tienen la indeseable capacidad tampón
de las fuentes de calcio normales. Pero si lo que la industria quiere es añadir
al alimento un antimicrobiano que lo sea también en intestino, estimulante
de secreciones pancreáticas, activo después del peletizado y cuya
presentación sea pulverulenta, lo mejor sería una mezcla de fórmico,
acético y propiónico sobre una base de citrato cálcico, que
mejoraría el aumento de peso y el índice de conversión del
alimento.
En conclusión, necesitamos encontrar soluciones que palien los riesgos
derivados de la prohibición de los antibióticos promotores de crecimiento
en cuanto a rendimientos productivos y al incremento de infecciones subclínicas
causadas por
E. coli,
Salmonella y
Brachyspira. Los
ácidos orgánicos son una buena alternativa para desarrollar un nuevo
concepto de alimentación y dietas mejor balanceadas.