Alimentación y nutrición de la cerda gestante I

Yannig Le Treut. Lallemand Animal Nutrition. Francia

18-jul-2006 (hace 18 años 4 meses 5 días)
La gestación, pese a tener una duración de más de 113 días, es una fase fisiológica frecuentemente olvidada por los productores y nutricionistas que consideran, sin ningún motivo, que es un período en que no pasan demasiadas cosas. La gestación ocurre en un momento crucial, entre la recuperación tras la intensa demanda de la lactación y la preparación del siguiente parto. Los cambios genéticos, las nuevas normativas y sus consecuencias (cerdas alojadas en grupo y bienestar animal) son parámetros que han modificado las condiciones para obtener una gestación con buenos resultados- como revertir las importantes pérdidas energéticas después de la pérdida de tejido graso debida a la lactación (a veces hasta 10 mm de grasa dorsal!) pero también, y sobre todo, la recuperación de la masa muscular tras una situación de déficit proteico. Cuando la cerda en lactación no dispone de la cantidad necesaria de aminoácidos esenciales los moviliza de la masa muscular y puede perder hasta 15 mm de espesor de músculo dorsal, que deben reconstituirse lo antes posible si no queremos tener problemas posteriores.

- Recuperación del nivel de minerales (en particular el fósforo) y de oligoelementos.

- Preparación para la ovulación: calidad de los óvulos y condiciones para la implantación de los óvulos fecundados...elementos cruciales para obtener una camada numerosa y homogénea.

- Obtención de un buen peso de la camada al nacimiento: el criterio mejor correlacionado con la edad al sacrificio es el peso del lechón al nacimiento.

- Mantenimiento de una flora digestiva equilibrada, un tránsito digestivo armonioso, garantías de un parto tónico y eficaz (pocos nacidos muertos), de una producción importante de calostro y de buena calidad y, sobre todo, ausencia de patologías como el síndrome MMA, vinculado a E. coli y el PFAS (Síndrome de agalaxia postparto) vinculado a Clostridium.

- Prevención de las patologías neonatales: “splay leg” y diarreas.

La importancia de este periodo justifica que se preste más atención a la alimentación y a la nutrición de la cerda gestante.

11 lechones 18 lechones diferencia
Peso fetos (kg) 16,5 kg 25,2 kg +8,7
Requerimientos en energía (EM) 80,85 MJ 123,48 MJ +42,63
kg de alimento (3.000 Kcal ED) 6,71 10,24 +3,53
kg de alimento/día gestación 60 g/d 90 g/d +30 g/d
Requerimientos en proteína 2.475 g 3.780 g 1.305 g
Requerimientos de alimento (14% MAT) 17,68 kg 27 kg 9,32 kg
Alimento/día de gestación 160 g/d 240 g/d +80 g/d


Plan general

1. Nutrición de la cerda gestante

1.1. Las necesidades energéticas: durante la gestación el factor que condiciona principalmente las necesidades energéticas es el mantenimiento siendo el peso vivo de la cerda, la temperatura ambiental y el tipo de alojamiento, entre otros, factores cruciales a tener en cuenta: no se alimenta de la misma manera a cerdas de 250 kg alojadas en grupo durante pleno verano, que a cerdas de 300 kg, en jaulas con sarna y en edificios mal aislados durante el invierno.

Temperatura ºC En grupo (ED* Kcal/d) En jaula (ED* Kcal/d)
5 6290 7800
10 5780 6950
15 5380 6080
20 5380 5380
*A título indicativo
Guegen (1984) y Noblet (1988)

A una cerda alojada en jaula a 15ºC es necesario proporcionarle 750 Kcal ED/d, alrededor de 270 g de pienso más que a la misma cerda alojada en grupo y a 20°C! Paradójicamente, esta necesidad energética está poco relacionada con el tamaño de la camada: una camada con un peso global al nacimiento de 25 kg necesitaría unos 30 g suplementarios de alimento por día de gestación en comparación con una camada con un peso de 16,5 kg al nacimiento aunque reducido a la última quincena de la gestación esto representaría más de 700 g de pienso.

Peso vivo de la cerda (en kg) Necesidades de mantenimiento en ED* (Kcal/d)
110 3.700
140 4.450
170 5.150
200 5.800
230 6.460
*A título indicativo
Noble y Etienne (1985)

Tampoco se debe olvidar la necesidad de energía vinculada a la recuperación precoz de las reservas de tejido graso o las necesidades de energía de las primerizas en crecimiento ya que puede representar más de un cuarto de la necesidad total de energía.


Necesidades alimentarias de la cerda gestante: datos generales sobre la gestación




1.2. Necesidades en proteína: las necesidades de nitrógeno para el mantenimiento son bajas, menos de 600 g de proteína durante toda la gestación mientras que las necesidades para el crecimiento fetal son 5 veces superiores y son necesarias sobretodo durante el final de la gestación cuando la camada tiene un mayor aumento de peso. La recuperación de la pérdida muscular tras la lactación debe realizarse de forma rápida durante el primer mes para beneficiarse del estatus hormonal favorable y en consecuencia del anabolismo gravídico. El aporte de proteínas no diferenciadas estará bien cubierto utilizando piensos formulados con un 13-13,5% de proteína bruta. El equilibrio en aminoácidos y el perfil de proteína ideal varía según la fase de gestación y el número de parto: la recuperación muscular junto al crecimiento de la camada al final de la gestación conllevan un aumento de los requerimientos de lisina mientras que, a mitad de la gestación es esencialmente el mantenimiento el que cuenta; los requerimientos de treonina, muy importantes en el mantenimiento, aumentan con los de lisina.


En la práctica, y tras la recuperación muscular, la necesidad diaria de lisina total se encuentra aproximadamente en 14 g, lo que representa alrededor del 0,55% del aporte de alimento. Según los últimos trabajos de JY Dourmad (INIA) sobre las necesidades diarias de lisina digestible, serían de 27 mg/kg peso vivo metabólico y 36 mg para la treonina. Sin embargo, si se tiene en cuenta la heterogeneidad de las cerdas y la necesidad para el crecimiento (que a menudo se alarga hasta el quinto parto), la formulación debe tener un margen de seguridad del 0,60 al 0,65%. Debe tenerse en cuenta que la formulación en AA digestibles es bastante virtual ya que existen pocos estudios que comparen la digestibilidad de los AA entre cerdos en crecimiento y cerdas gestantes.

1.3. Necesidades de fósforo y calcio: los aportes en P y Ca raramente son limitantes una vez reconstituido el tejido óseo movilizado durante la lactación. En concreto para el P, se hace complicado cubrir sus requerimientos, al tener que cumplir las normativas medioambientales en P total, lo que ha comportado el uso de fitasas exógenas. Las necesidades estrictas durante la gestación son bajas y se encuentran entre los 270 a 300 g de P digestible-Pdig a los cuales conviene añadir la pérdida en lactación: una cerda que consuma unos 5,5 kg de pienso de lactación formulado al 0,32% Pdig y con una GMD de la camada de 3000 g/d tendrá unas necesidades de Pdig de unos 610 g; el proporcionar sólo 260 g a través de la alimentación conllevará un déficit en lactación de 350 g que será necesario compensar en gestación. La necesidad total será entonces de 270 + 350 = 620 g o 5,5 g/d. Si la ración media es de 2,5 kg/d conviene formular como mínimo al 0,22% Pdig. En relación con las necesidades en Ca éstas serán ampliamente cubiertas respetando una relación Ca/P comprendida entre 1,7 y 1,8 en particular en presencia de fitasas (o sea, de 0,75 a 0,85% Ca total).

1.4. Gestación y micronutrición: más allá de los aportes clásicos en vitaminas (A, D, E...) conviene pensar en las necesidades particulares de las cerdas al principio de gestación: ácido fólico, vitamina C y selenio (ciclo de los antioxidantes) y biotina. Al final de la gestación cobra relevancia el papel de los "cócteles" antioxidantes sobre la inmunidad de la cerda, la calidad del calostro, el vigor de los lechones y la prevención del “splay leg”, particularmente asociados a las lecitinas que mejorarían su absorción. En este último caso, un aporte de 500 mg de colina ha dado buenos resultados en Dinamarca. Debe tenerse en cuenta también la vitamina B12, cuyas necesidades están muy subestimadas por el NRC y que está completamente ausente en las raciones vegetales (0,5 mg/kg).