El uso de oligosacáridos en nutrición porcina
Escriben MS Kerley y GL Allee kerleym@missouri.edu
11-jul-2006 (hace 18 años 4 meses 12 días)Se reconoce ampliamente la importancia del concepto de salud intestinal sobre
el estado sanitario y productividad de los cerdos. El aparato digestivo es responsable
de un porcentaje significativo de los requerimientos energéticos de mantenimiento
y es el segundo órgano endocrino mayor del cuerpo. Por lo tanto, la pérdida
de un estado de salud óptimo de este órgano afectará sustancialmente
el gasto energético y los resultados productivos del animal. Si bien
se comprende la importancia de la salud intestinal, la formulación de
dietas para promoverla, excepto el uso sub-terapéutico de antibióticos,
es limitada o inexistente. Esta constatación, junto con la disponibilidad
actual oligosacáridos, aumenta el potencial de los nutrólogos
para formular dietas que promuevan la salud intestinal. Este hecho es particularmente
importante al considerar la presión legislativa y social para retirar
de los antibióticos de la alimentación animal. Las preguntas son
¿cuál es el valor de los oligosacáridos para la producción
porcina?, y ¿cuáles son los más beneficiosos?.
Los oligosacáridos típicamente disponibles para el uso en dietas
de porcino tienen la característica en común de que los glucósidos
están unidos por enlaces tipo β. Esto es importante puesto que
asegura que los carbohidratos estén disponibles para la fermentación
por parte de la microflora intestinal. Los oligosacáridos difieren sustancialmente
en su composición en monosacáridos y grado de polimerización.
Los oligosacáridos funcionan como prebióticos. Los prebióticos
son compuestos que influyen sobre las especies dominantes de la población
microbiana intestinal. Típicamente, los prebióticos funcionan
proporcionando un sustrato que permite el predominio de determinadas especie(s)
de bacterias, que confieren ventajas sobre la salud intestinal del animal. La
propiedad especie-específica de los oligosacáridos hace de vital
importancia su composición en monosacáridos y grado de polimerización.
La longitud del polímero y la composición en monosacáridos
deben ser reconocibles por el organismo que se pretende seleccionar.
Nuestro modelo de investigación para cerdos se ha basado en un fructo-oligosacárido
de cadena corta (scFOS). Se seleccionó este compuesto porque fue identificado
en la leche humana y de la cerda, y se han descrito efectos beneficiosos en bebés
y en la recuperación de pacientes con anastomosis intestinal. Se cree que
sus beneficios sobre la salud se producen vía efecto trófico de
los scFOS sobre la población de bifidobacterias. Las bifidobacterias se
asocian a la mucosa intestinal, y se considera que estimulan la producción
de mucina por parte del epitelio intestinal, y sintetizan compuestos antimicrobianos
aparentemente específicos contra varias especies bacterianas patógenas.
Nuestra investigación demostró que la inclusión de scFOS
en la dieta incrementó el área de la superficie del intestino grueso
y delgado, sin aumentar la zona proliferativa del epitelio. Adicionalmente también
mejoró la digestibilidad de la proteína y el crecimiento de los
cerdos. En un experimento con Escherichia coli patógeno, los scFOS
previnieron la infección de los lechones neonatos. Asimismo, en un experimento
con Clostridium difficile patógeno, los scFOS previnieron la infección
en hámsteres. Repetidamente hemos observado una reducción en la
población fecal de bacterias patógenas procedentes del alimento.
La adición de scFOS también redujo la concentración de compuestos
aromáticos en heces, y por tanto el mal olor asociado a la excreta. La
reducción en el escatol también puede mejorar la calidad de la carne
al reducir el principal compuesto asociado al olor a verraco.
El efecto prebiótico puede ocurrir por un efecto directo sobre los microorganismos
patógenos o estimulando el crecimiento de la microflora beneficiosa que
consecuentemente reducirá el potencial de desarrollo de la microflora patógena.
El primer paso en la evaluación de los oligosacáridos es determinar
su modo acción como prebióticos y su especificidad. En el modelo
de scFOS que hemos utilizado, los scFOS se seleccionaron por su especificidad
para estimular el crecimiento de bifidobacterias. Las bifidobacterias son únicas
en la síntesis de β-galactosidasas con una alta especificidad para
los galactósidos de cadena corta. Así, el suministro de scFOS proporciona
un substrato en la zona intestinal que promueve el crecimiento de bifidobacterias.
De igual importancia, los scFOS no son utilizados, o muy poco, por otras especies
bacterianas, en particular especies potencialmente patógenas como Escherichia
coli o Salmonella. Los oligosacáridos deben caracterizarse
por su influencia directa e indirecta sobre las especies microbianas del tracto
intestinal. La especificidad de los oligosacáridos puede determinarse por
su composición en monosacáridos, grado de polimerización
y disposición espacial de los oligosacáridos.
Finalmente, los oligosacáridos también deben caracterizarse según
sus propiedades fermentativas. Las especies bacterianas seleccionadas por los
oligosacáridos influenciarán en el tipo de productos finales de
la fermentación. El incremento en la producción de ácido
butírico es potencialmente beneficioso, dado su efecto sobre el crecimiento
de la mucosa intestinal. El ritmo de fermentación de los oligosacáridos
puede influenciar sobre la zona del tracto intestinal en la que ésta se
produce. Los oligosacáridos de fermentación rápida probablemente
tienen una mayor influencia sobre el yeyuno, ciego y colon proximal, mientras
que los oligosacáridos con fermentaciones más moderadas ejercerán
su influencia más distalmente. Aunque se requiere mayor investigación
para apoyar esta hipótesis, los mayores efectos beneficiosos se obtendrían
al formular dietas que potencien las fermentaciones a lo largo de todas las regiones
del tracto gastrointestinal.