Abstracts - Nutrición

Después de una infección experimental, la administración de carbohidratos de alta y rápida fermentabilidad reduce considerablemente la carga parasitaria intestinal.

El guisante, convenientemente suplementado con aminoácidos sintéticos, pudo incorporarse en dietas de cebo hasta un 36% sin afectar negativamente los rendimientos productivos.

La adición de ambos prebióticos estimuló el crecimiento de levaduras en el tracto gastrointestinal, en especial en ciego y colon.

La utilización de esta zeolita no modificó los rendimientos productivos ni provocó aumentos significativos de plomo en sangre o tejidos.

El silicato con cobre mejoró el crecimiento y los parámetros de salud intestinal comparado con el control, el silicato sin cobre o el sulfato de cobre.

Los contaminantes naturales de la soja, en las cantidades habitualmente presentes, no suelen afectar la calidad de la canal y de la carne.

Con independencia de los resultados in vitro, más de la mitad de los oligosacáridos aparentemente se degradan en el intestino delgado.

El ácido aminolevulínico mejoró algunos parámetros séricos pero solo mejoró los rendimientos productivos cuando se asoció a antibióticos.

El magnesio orgánico preservó mejor la oxidación de la carne mientras el inorgánico determinó una mayor acumulación de glucógeno muscular

La avena experimental comparada con una normal ofreció mejores resultados productivos y digestibilidades de la ración sin afectar negativamente las características de la canal y de la carne.

Los resultados sugieren que L-glutamina y L-glicina pueden convertirse en esenciales en dietas maíz soja con elevados niveles de L-lisina.

Un aporte único de vitamina A incrementó la concentración de vitamina en la camada que, además, fue independiente de la dosis.

El descascarillado mejoró la digestibilidad de la materia orgánica y de los aminoácidos pero también aumentó el contenido en algunos factores antinutritivos (FAN).

La harina de matadero de aves no sustituye la harina de pescado en dietas postdestete.

El tipo de suplemento y el nivel de calcio de la ración modificó el pH gástrico y afectó el rendimiento de los lechones.

El ácido linoleico conjugado no afectó el rendimiento productivo y composición de la canal y sólo tuvo un efecto negativo sobre la deposición de grasa en los animales más grasos.

Para lechones de 7 a 17 kg la proporción óptima de aminoácidos azufrados en relación a la lisura fue de entre 57,7 y 62,6%.

La digestibilidad del fósforo fue superior en animales jóvenes que en adultos y mayor en lactación que en gestación. Las fitasa mejoraron los coeficientes ileales y fecales.

La suplementación con aceite de girasol (rico en oleico) potenció ligeramente el sabor de la carne en comparación con el aceite de soja sin afectar los rendimientos productivos.

La incorporación de polisacáridos no amiláceos a la dieta incrementó el crecimiento bacteriano en el tracto digestivo y redujo la digestibilidad del pienso.

El hierro proporcionado en exceso no afectó los rendimientos productivos ni el hematocrito ni la concentración sanguínea de hemoglobina.

La glutamina evitó la atrofia de las vellosidades intestinales y redujo los efectos negativos de la infección sobre el crecimiento.

Con independencia de la dieta basal, la inclusión de un 5% de salvado de trigo mejoró los rendimientos productivos.

Los ácidos grasos poliinsaturados protegidos mejoraron el número de nacidos vivos, el peso vivo medio del lechón y no afectaron la proporción de lechones de bajo peso.