Nutrición mineral en cerdas reproductoras – Parte II

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La elección de fuentes de minerales traza es clave para la salud porcina: su pureza, estabilidad y biodisponibilidad aseguran una suplementación efectiva y segura.

Autora: Paola López, nutricionista en cerdos para Trouw Nutrition

La importancia de las fuentes de minerales traza

La cerda tiene necesidades para diferentes elementos inorgánicos (Ca, P, Cl, Cr, Cu, I, Fe, Mg, Mn, K, Se, Na, S, Zn, Co) (NRC, 2012). No obstante, cualquier molécula no servirá, sino que la forma en que se suplementan permitirá que estos estén más o menos disponibles para el animal. A la hora de seleccionar una fuente mineral hay que considerar: (1) su pureza, costo y disponibilidad; (2) facilidad de manejo y mezclado, sin producir polvo; (3) libre de impurezas tóxicas para el animal y para la persona encargada de manipularlo; y (4) compatibilidad con otros ingredientes y nutrientes de la dieta, evitando su interacción y pérdida, como la de las vitaminas (Suttle, 2010). De hecho, dentro de los minerales traza, muchos son elementos metales, y en este sentido, el costo puede no ser tan significativo si se compara con la disponibilidad y la seguridad de sus fuentes, puesto que tradicionalmente se han abastecido a los animales con cantidades excesivas sin necesidad de que sea rentable o beneficioso para el animal o el medioambiente.

En la actualidad, se busca optimizar la suplementación de los minerales traza de manera efectiva y con el menor impacto, para evitar errores comunes hasta hoy en día como el uso de niveles más elevados por la inseguridad generada de la fuente y de su calidad y/o por riesgo de un mal mezclado. Primero, las fuentes de óxido (ej., de Zn, Cu o Mn) resultaban económicas y además contenían altos niveles del metal, no obstante, eran de baja biodisponibilidad y muy reactivas con el alimento y el tracto gastrointestinal de los animales. Luego se popularizó el uso de sulfatos, menos costosos. Sin embargo, actualmente se sabe que también son muy solubles y reactivos y, en contacto con la humedad, son muy higroscópicos y se liberan rápidamente, interaccionando con antagonistas de la dieta como los fitatos, aminoácidos, Ca, P, afectando el contenido de otros nutrientes como vitaminas y el del propio mineral. Para compensar estos inconvenientes, se desarrollaron los minerales traza orgánicos introducidos en los años 70’, con una unión firme del mineral a una molécula orgánica como proteínas, aminoácidos, polisacáridos o ácidos orgánicos (Byrne y Murphy, 2022). Se trata de una alternativa más costosa y con el mineral menos concentrado, pero presentan una mayor palatabilidad y estabilidad y una menor reactividad con otros componentes de la dieta, y, en definitiva, una mejor liberación del metal en el sitio de absorción. Sus efectos se pueden observar tanto a nivel de la misma cerda como a nivel de la progenie, gracias a la mejora en la calidad del calostro y de la leche (Villagómez-Estrada et al., 2021). Por otro lado, los hidroxicloruros son la tecnología más novedosa, que pese a ser del grupo de minerales inorgánicos, la unión del mineral con los hidróxidos y los cloruros es muy firme y permite mejorar la disponibilidad de este y reducir su reactividad (Lu et al., 2010). Además, se trata de una alternativa con el mineral más concentrado y que resulta más económica. Finalmente, existe la posibilidad de sumar los dos tipos de fuentes y/o sustituir parcialmente las fuentes inorgánicas con orgánicas con el fin de potenciar un efecto sinérgico, sin repercutir tan acusadamente en el precio y destacando, sobre todo, por ser la opción con mejor retorno de inversión.

Con relación a ello, desde Trouw Nutrition se ha llevado a cabo investigación evidenciando las bondades de estas estrategias en las diversas etapas de la cerda reproductora. Por un lado, se ha visto cómo la sustitución de fuentes inorgánicas de Zn, Mn y Cu (óxidos y sulfatos) por un 25% de fuentes orgánicas Optimin® permite acelerar el desarrollo de la cerda de reemplazo, acompañándose de un crecimiento más rápido y de una reducción en los días necesarios para mostrar el 1er celo (Figura 1).

                

Figura 1. Ganancia media diaria (a) y días hasta 1er celo (b) de cerdas de reemplazo con 105 días de edad suplementadas con óxido de Zn (120 ppm) y Mn (60 ppm) y sulfato Cu (24 ppm) (Control) frente a cerdas con una sustitución parcial del 25% con minerales traza orgánicos Optimin® (Optimin) (R+D Trouw Nutrition, 1997).

De la misma manera, la sustitución parcial con fuentes orgánicas de Zn, Cu y Mn ha demostrado mejoras tanto en la cerda como en su camada. Como se muestra en la Figura 2, con el reemplazo parcial de estos minerales traza con un 30% de fuentes orgánicas Optimin® en las dietas de cerdas gestantes se detectaron mayores concentraciones de los minerales en sangre y también en el calostro. De hecho, esta respuesta se vio incluso cuando los niveles de las fuentes inorgánicas se suplementaron a la mitad de la dosis. En el mismo estudio, además, los lechones más pequeños se vieron beneficiados con la suplementación de las madres reforzando sus defensas al nacimiento (Villagómez-Estrada et al., 2021).

                  

Figura 2. Comparación de la concentración de minerales traza en suero a final de gestación (a) y en calostro (b) en función de las fuentes minerales suplementadas a las cerdas, siendo inorgánicas como sulfato de Zn (80 ppm) y Cu (15 ppm) y óxido de Mn (60 ppm) (MT inorgánicos), sustituyéndose parcialmente en un 30% con minerales traza orgánicos Optimin® (S30% Optimin) o sustituyéndose parcialmente y reduciéndose al 50% las fuentes inorgánicas (1/2MTI+S30% Optimin) (Villagómez-Estrada et al., 2021). *Mn: ng/L.

Por otro lado, los hidroximinerales Intellibond® también se han mostrado como una fuente inorgánica ventajosa y competitiva comparado con el uso de sulfatos como lo demuestran estudios propios. Por ejemplo, en cerdas de reemplazo suplementadas con Intellibond® Zn, Cu y Mn, se ha visto cómo estas consiguen eliminar más rápidamente el virus de la diarrea epidémica porcina (vDEP) ante un desafío, asociándose a una mejor respuesta inmune (Haberl et al., 2018). Además, estas fuentes también han demostrado ser seguras incluso cuando se aplican a altas dosis y a largo plazo. Este hecho se ha evidenciado con el trabajo de Lu (2018), quien usó dosis de Intellibond C® a 20, 120 y 220 ppm en dietas de reproductoras durante varios ciclos consecutivos, hasta el 4º parto, sin mostrarse efectos adversos. Es más, bajo este esquema, las cerdas suplementadas parieron a lechones más pesados y sus crecimientos y pesos al destete fueron superiores al compararse con los de cerdas suplementadas con sulfato de Cu (Figura 3), asociado a una producción de leche más rica en proteína y grasa (Lu, 2018).

                                 

Figura 3. Peso al destete de lechones cuyas madres recibieron como fuente de Cu durante todo su ciclo productivo (gestación y lactación) sulfatos (Sulfato Cu) o hidroxicloruro Intellibond C® (IBC) a diferentes concentraciones: 20, 120 o 220 ppm (Lu, 2018).

En resumen, la nutrición mineral representa un desafío en la producción porcina, especialmente en las cerdas reproductoras que pasan por diferentes etapas en un mismo ciclo reproductivo que se va repitiendo, cambiando sus necesidades en el medio y largo plazo. Más concretamente, conviene recordar la importancia de la nutrición con minerales traza, indispensable cuando el principal propósito de la cerda es la reproducción y la cría de lechones, primeros en afectarse ante un desajuste en estos microelementos. Para ello, no solo habrá que adecuarse a las necesidades del animal, etapa, edad y capacidad productiva, sino que las fuentes a suplementar deberán de garantizar los niveles de minerales en la dieta, su estabilidad y su óptimo uso en el animal sin perjudicar el medio ambiente.

Referencias

  • Byrne L, Murphy RA (2022). Relative bioavailability of trace minerals in production animal nutrition: A review. Anim. 12:1981. https://doi.org/10.3390/ani12151981
  • Haberl B, Perryman KR, Usry JL (2018). Effect of dietary mineral source on the clearance time of porcine epidemic diarrhea virus in the saliva of commercial gilts. J Anim Sci. 96(S2):120. https://doi.org/10.1093/jas/sky073.223
  • Lu L, Wang RL, Zhang ZJ, Steward FA, Luo X, Liu B (2010). Effect of dietary supplementation with copper sulfate or tribasic copper chloride on the growth performance, liver copper concentrations of broilers fed in floor pens, and stabilities of vitamin E and phytase in feeds. Biol Trace Elem Res. 138:181-189. https://doi.org/10.1007/s12011-010-8623-3
  • Lu N (2018). Long-term effects of dietary copper source and level on performance and health of sows and piglets. Theses and Dissertations – Anim Food Sci. 85. https://uknowledge.uky.edu/animalsci_etds/85
  • NRC (2012). Nutrient requirements of swine. 12a ed. National Academies Press: Washington, DC. https://doi.org/10.14456/tjvm.2021.76
  • Suttle NF (2010). Mineral nutrition of livestock. 4a ed. Cabi: Cambridge, MA.
  • Villagómez-Estrada S, Pérez JF, van Kuijk S, Melo-Durán D, Forouzandeh A, Gonzalez-Solé F, D’Angelo M, Pérez-Cano FJ, Solá-Oriol D (2021). Strategies of inorganic and organic trace mineral supplementation in gestating hyperprolific sow diets: Effects on the offspring performance and fetal programming. J Anim Sci. 99(7):1-14. https://doi.org/10.1093/jas/skab178

                                                                

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