Febrero es el mes de los carnavales y festivales en la mayoría los países de Latinoamérica, muchas personas están de vacaciones y según las estadísticas aumentan los consumos de carne, sin embargo, no pasa lo mismo con los precios pagados al productor de cerdo en algunos países. En un análisis de los precios de Chile y Colombia en los últimos 3 años se puede concluir que en esta época los precios tienden a la baja. En la gráfica 1 se observa que desde el año 2015, los precios en Colombia tienden a la baja desde enero y al inicio del segundo semestre se elevan para alcanzar su "pick" en el mes de diciembre.
Lo mismo se observa en Chile (gráfica 2), pues en enero los precios tienden a la baja, aunque a diferencia de Colombia, se elevan en marzo/abril. Por lo que el periodo de tendencia bajista es más corto que el colombiano. Se especula que la baja de los precios en Chile se debe a la baja exportación de carne de cerdo en el primer trimestre, ya que los grandes exportadores del hemisferio norte se encuentran en esta época con una gran oferta de carne de cerdo, por lo que inundan el mercado internacional. Para los productores de cerdo chilenos es común esta baja en el año, además en los últimos 3 años no ha llegado a valores que generen pérdidas económicas, por lo que ser productor de cerdo en Chile es muy bueno, ya que el mercado ha estado positivo por largo tiempo, la única debilidad es que el rebaño de hembras ha disminuido.
En Brasil los hechos negativos afectan constantemente las cotizaciones del cerdo en su mercado nacional. En los últimos años no se ha podido establecer un patrón estacional del mercado porcino brasileño (gráfica 3), pues de forma frecuente los precios están a la baja a causa de los diferentes problemas que ocurren en el mercado internacional. En enero de 2018 las exportaciones de carne de cerdo decrecieron un 17% respecto al mismo mes de 2017. El veto de Rusia a algunas empresas exportadoras de carne de cerdo, ha generado serios problemas. Algunos productores critican a la empresa JBS, implicada en el problema con Rusia, por la mala gestión en sus envíos y que, debido a esto, están pagando justos por pecadores. Cuando me preguntan sobre el mercado de Brasil, siempre menciono el mismo ejemplo: “cuando algo sube rápido, tiende a bajar muy rápido”. El gran error de Brasil fue subestimar la importancia de ser un proveedor “serio” de proteína animal en el mundo. Este país tiene una gran oportunidad para ser un gran exportador de carne, pero las negligencias de algunas de sus empresas han generado una mala impresión en el mercado internacional, algo que costará de reparar.
En Argentina todo es de color de rosa, como su casa de gobierno. Los porcicultores argentinos están muy animados en el crecimiento de sus granjas y ven con optimismo el futuro del cerdo. En el país del tango sucede algo muy particular, hace 10 años atrás comer carne cerdo era considerado como un hábito de personas de bajos ingresos económicos, hoy sucede al revés, los argentinos cada vez vierten a la parrilla la carne de cerdo y se vuelve una tradición culinaria. Las estadísticas del 2017, según la Asociación Argentina de Productores de Cerdos, sostienen que la cantidad de cerdos faenados superó los 7 millones, totalizando 663.000 toneladas de carne.
Con estos números, la producción aumentó un 11% respecto al 2016, y el consumo de carne de cerdo se elevó a 17,5 kg/per cápita, de los cuales 14kg corresponden a carne fresca y 3,5kg a embutidos.