Objetivo
Uno de los objetivos prioritarios de nuestra explotación es el control de celos en las cerdas de reposición para cubrirlas a una edad y un peso adecuados y así sacar el máximo potencial productivo de nuestra genética.
Explicación
Un sistema muy sencillo y a la vez muy práctico para controlar los celos de nuestra reposición consiste en crotalar a las cerdas en cada uno de los dos celos que observamos en la cuarentena. En el tercer celo, momento en que realizaremos la cubrición, la cerda ya estará alojada en jaula.
El primer celo crotalamos las cerdas en una de las orejas y en el segundo celo se crotalan en la otra oreja; en estos crotales pondremos su número de control. Así sabemos que hemos controlado dos celos en estas cerdas y que deben ser pasadas a jaulas de gestación lo antes posible una vez detectado el segundo celo.
El momento ideal para el alojamiento en jaulas es tres semanas antes de la cubrición, con el objeto de que la adaptación a jaula y en muchos casos a una alimentación individualizada viniendo de una alimentación conjunta en tolva haya sido superada. De este modo evitaremos pérdidas y fallos reproductivos debidos al estrés de alojar las nulíparas en jaulas de gestación muy cerca de la fecha de cubrición.
De una manera muy sencilla, podemos controlar los celos en cuarentena y organizar los espacios de nuestra gestación. Además, si no sincronizamos celos, podemos calcular las cubriciones de cerdas jóvenes que incorporaremos a la banda.
Figura 1: Cerda con una chapa y cerda sin chapa; en una hemos detectado un celo y en la otra ninguno.
Además, cada cerda tendrá dos crotales, con lo que la pérdida de uno de ellos no supone un gran inconveniente ya que siempre nos queda otro.