Para el lechón, el destete es el momento de mayor estrés de su vida, hasta ese momento, ya que antes:
- Tiene su propia mama para tomar leche de su madre
- Su madre los llama para comer
- Comen de 12 a 24 veces al día
- Toman alimentación líquida muy digestible: leche materna
Y sin embargo, tras el destete:
- Tiene que compartir el comedero
- Tiene que comer cuando pueda o cuando le dejen sus compañeros
- Pasan a alimentación mayoritariamente sólida
Por lo tanto, es un momento muy complicado y muy delicado en el que tenemos:
- La separación del lechón de la madre
- Un cambio de alimentación de la leche de la madre a alimento sólido
- Un cambio de lugar (muchas veces con transporte incluido)
- La mezcla en muchos casos con nuevos compañeros
Durante una serie de 3 artículos, hablaremos con un enfoque muy práctico de cuáles son las tareas y puntos clave que debemos analizar y poner en práctica en nuestras granjas para conseguir un destete con éxito.
El destete empieza “antes del destete”
Un destete con éxito comienza en la MATERNIDAD, donde los objetivos clave deben ser obtener:
- Un lechón con un peso y edad adecuados al destete
- Un lechón con un aparato digestivo sano y preparado para el destete
- Un lechón bien inmunizado
- Si es posible, un lechón ya socializado
1. Un lechón con edad y peso adecuado al destete
Un lechón de calidad que tenga un correcto arranque en transición debería pesar al destete mínimo de entre 6 y 6,5 kg.
Un peso al nacimiento adecuado marcará un buen peso al destete. Es difícil intervenir en el peso al nacimiento, pero las consecuencias de un peso demasiado bajo pueden ser críticas. En un reciente estudio realizado conjuntamente con la Universidad de Zaragoza sobre 3483 lechones, vimos como animales con menos de 1,07 kilos tienen una mayor mortalidad (gráfico 1).
Otro aspecto clave para obtener el peso deseado al destete es la edad del lechón. La media del grupo debería estar entre 26 y 28 días, evitando lechones de menos de 24 días de edad al destete.
2. Un lechón con un aparato digestivo sano y preparado para el destete
Una buena sanidad es clave para reducir la incidencia de diarreas en maternidad, lo que ayudará a un correcto desarrollo de la flora intestinal. Para ello, será fundamental controlar los problemas por rotavirus.
Además de una buena sanidad, un manejo que garantice que el lechón tenga siempre unas condiciones idóneas ayudará a disminuir los riesgos de problemas digestivos. Un buen control térmico en esta fase es obligatorio.
Tras garantizar las condiciones ambientales idóneas, tenemos que empezar su proceso de adaptación digestiva a la alimentación que tendrá posteriormente en transición. Para ello debemos aplicar el “creep feeding”.
Lo ideal es empezar alrededor del quinto día y, desde mi punto de vista, debería tener dos fases:
Fase 1. El objetivo es que aprendan a comer, del día 5 al 15 aproximadamente:
- Alimentos con aromas y sabores que ayuden al aprendizaje.
- Alimento que incluya proteína altamente digestible.
- Preferiblemente en harina ya que queda pegada al morro y les obliga a relamerse.
- Poca cantidad (150 gr por camada) y ofrecido en varias tomas al día para que esté siempre fresco, alejado de focos de calor, de rincones, de la madre y de los bebederos.
Fase 2. A partir del día 16:
- Alimentos en micro-gránulos, de alta digestibilidad y palatabilidad pero con menos azúcares y menos lácteos que el pienso anterior. Buscamos la adaptación y el desarrollo del aparato digestivo del lechón.
- Mejor dar poca cantidad y varías tomas al día.
- El alimento debe ser el mismo que se utilizará al destete y en días posteriores.
Tampoco debemos olvidar suministrar agua al lechón. La leche tiene un alto porcentaje de agua, pero el único aporte de agua en transición será la que el lechón consiga por sí mismo. Por tanto, en maternidad hay que proporcionar agua de calidad y en cantidad suficiente para que el lechón la tome con facilidad. Utilizar sistemas similares al que encontrará en transición ayudará a su adaptación.
3. Un lechón bien inmunizado
Es esencial que el lechón tome calostro:
- De su propia madre
- Durante las primeras 24 horas tras nacer
Según Chantal Farmer en su artículo publicado en 3tres3 un lechón necesita ingerir 178 gramos de calostro por kilo de peso vivo. Para ello serán indispensables un manejo que asegure su confort térmico en maternidad y prácticas como el encalostramiento secuencial.
Un lechón que, a través del calostro, haya adquirido una adecuada inmunidad pasiva de su madre, tendrá muchas más opciones de desarrollar una buena inmunidad activa posterior y por lo tanto menor riesgo de sufrir patologías en destete.
4. Un lechón ya socializado
En un estudio realizado por Jaime Figueroa y Deborah Temple, se comprobó que, durante los primeros días tras el destete, los lechones procedentes de camadas sin socializar presentaban más interacciones agresivas y menos positivas. Además, el número de heridas severas también fue significativamente mayor y su rendimiento productivo fue peor.
Cada vez existen más estudios que lo demuestran pero, si bien los resultados evidencian el beneficio de esta socialización previa, esto solo será posible en aquellas granjas con un adecuado estatus sanitario en las que la mezcla de estos lechones no suponga un grave riesgo de desestabilización sanitaria.