Experiencia de implantación de un pienso de periparto

Por qué utilizar un pienso específico para periparto

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la producción con cerdas hiperprolíficas es la elevada mortalidad de lechones y el peso de los lechones al destete como consecuencia de la limitada producción de leche.

Figura 1. Cerda recién entrada en maternidad (cortesía de Granja Escoda).

Cada vez hay más evidencias en la bibliografía reciente que indican que determinados nutrientes y pautas de consumo de pienso en periparto ayudan a mejorar la supervivencia y crecimiento de los lechones durante la lactación. Algunos ejemplos son:

• Un elevado aporte de fibra en la última semana de gestación aumenta el % de grasa en el calostro, la ingesta de calostro de los lechones más pequeños y disminuye la mortalidad predestete (F. Loisel 2013)
• Cuando el aporte de nutrientes por la dieta es bajo, o si se raciona excesivamente antes del parto, la cerda entra en catabolismo. Esto incrementa la producción de cuerpos cetónicos, que pueden causar cetosis que, aunque generalmente no produce síntomas clínicos, puede dar lugar a una producción subóptima (Theil et al 2013).
• Las cerdas que están catabólicas en las últimas semanas de gestación tienen menor producción de calostro (Decalowe 2013)
• Cuanto menor es el balance electrolítico del pienso (Na + K – Cl), menor es el pH de la orina y la contaminación bacteriana (DeRouchey 2003).
• Las cerdas gordas al parto (>23 mm P2) producen menos calostro, por lo que se debe evitar un engrasamiento excesivo durante la gestación (Decalowe 2014).
• Cerdas con una elevada ingesta de pienso (>4 kg vs 1,5 kg) en la última semana de gestación producen más calostro (3,999 kg vs 3,503 kg) (Decalowe 2014).
• Cuanto mayor es la ingesta de calostro por kg de PV del lechón, mayor es la ganancia diaria de peso y supervivencia de los lechones (Decalowe 2014).

Por esto, cada vez son más las empresas de nutrición y genética que recomiendan mantener el consumo de final de gestación hasta el día del parto, o incluso aumentar la ingesta de nutrientes en periparto, bien mediante un aumento de consumo o de la concentración del pienso en este periodo.

El periparto comprende el periodo que va de 5-7 días antes del parto hasta 2 días después del parto. En este periodo sucederán cambios substanciales y bastante bruscos en la cerda.

Al final de la gestación hay cambios hormonales drásticos. Los fetos empiezan a sintetizar cortisol por el estrés que sufren, desencadenando el parto, ya que afecta a la síntesis de esteroides de la cerda. Suben los niveles de estrógenos, induciendo la síntesis de prostaglandinas, que provocarán la luteolisis y la consecuente disminución de la progesterona. Esto sucede aproximadamente dos días antes del parto.

Otro aspecto al que se debe prestar atención es el estrés en la cerda, que puede aumentar sus niveles de cortisol y provocar problemas tales como partos lentos y reducción en la secreción láctea.

Para intentar minimizar los riesgos que hay en el periparto y ayudar en la transición gestación-lactación, se utiliza una dieta específica con un bajo balance electrolítico y que incorpora ácidos orgánicos con el objetivo de mejorar el estado sanitario de la cerda y reducir el riesgo de infecciones urinarias. También tiene altos niveles de fibra para reducir el riesgo de constipación y omega 3 que aumentan la vitalidad de los lechones.

Figura 2. Cerda recién parida (cortesía de Granja Escoda).

Como se usó en la práctica

Veamos cómo se ha realizado la implantación del uso de un pienso para el periparto y los resultados obtenidos en una granja comercial de producción de lechones de 48 partos semanales.

Las cerdas entran en la sala de partos los miércoles según los días medios de gestación, que son 116 días.

El miércoles comen en gestación. Los jueves se empieza con el preparto, sobre los 2,8 kg en dos tomas. Esto se mantiene así hasta el lunes.

A primera hora de la mañana del lunes, se inyecta prostaglandina en la vulva de las cerdas que no han parido. A las 24 horas se les administra oxitocina para desencadenar el parto. El día del parto se las deja en ayunas, salvo que la cerda se levante y muestre inquietud y apetito: en ese caso se le daría una toma de pienso (algo más de un kg).

Al día siguiente se dan 3 kg de preparto en dos tomas, siempre que se lo acaben. El día segundo ya se dan 5 kg de preparto en dos tomas y el tercer día con 5 kg de pienso de lactación.

Desde el uso de una alimentación específica en el periparto, el número de partos asistidos es similar a la que había anteriormente, pero se han observado las siguientes mejorías:

• Menos cerdas con estreñimiento
• Mayor rapidez en el incremento de la ingesta del pienso de lactación
• Mayor producción láctea durante la lactación
• Reducción de bajas de cerdas en la sala de partos en un 30%
• Menor uso de antibióticos debido a la menor presencia de patología

Resultados que se han obtenido tras 6 meses desde la implantación de la dieta específica para el periparto, comparando con dos semestres anteriores (tabla 1 y gráficos 1 y 2):

Tabla 1. Resultados medios de parámetros reproductivos obtenidos durante el último semestre en que se ha utilizado un pienso periparto respecto al semestre previo y al mismo periodo del año anterior (periodos en que no se usaba pienso específico de periparto).

Gráfico 1. Supervivencia de lechones destetados respecto a nacidos totales durante el último semestre (uso de pienso de periparto) respecto al semestre previo y al mismo periodo del año anterior (periodos en que no se usaba pienso específico de periparto).

Gráfico 2. Número de lechones nacidos vivos, totales y destetados por camada durante el último semestre (uso de pienso de periparto) respecto al semestre previo y al mismo periodo del año anterior (periodos en que no se usaba pienso específico de periparto).

Conclusiones

El periparto es un periodo crítico, del que puede depender lo que sucederá tanto en el parto como en la lactación. Desde la nutrición se pueden aportar pequeños avances que suponen mejoras significativas en la producción porcina.

Si bien en este caso hemos incrementado más los nacidos totales que los nacidos vivos, éstos han presentado mayor vitalidad y supervivencia que anteriormente.

Los inconvenientes de manejo que supone el hecho de añadir un pienso más al programa de alimentación de las cerda, y tenerlo que dar manualmente, con el hándicap de tener que entrar dentro de la paridera, ya que están dispuestas cara a la pared, se ven compensados por la mejora de resultados productivos y por la disminución de problemas en parideras, con la consecuente disminución del uso de antibióticos y del trabajo, al tener que tratar menos camadas.

También hemos visto un incremento en la ingesta total del pienso de lactación cuyo resultado es mayor homogenidad y peso de las camadas. Esto también ha reducido las bajas y los lechones atrasados en transición.

Figura 3. Cerda lactante (cortesía de Granja Escoda).