Daños nada "colaterales"
Si ya de entrada no es normal que se repare en la incidencia del calor en los reproductores y que sólo mediante una demostración de fuerza como es una batería de datos nos demos cuenta de su importancia, es mucho menos habitual que nos demos cuenta del efecto del calor en los animales en crecimiento.
Existe una gráfica que por sí sola explica el "daño" que nos hace el calor en nuestras explotaciones y es la de la evolución anual de precios. Si nos fijamos veremos como cada año se repite un patrón estacional (en la gráfica hemos escogido los últimos 4 años) caracterizado por un aumento de precios entre las semanas 20 y 36 (precisamente en los meses más calurosos del año, entre junio y septiembre). La razón por la que se da este aumento de precio es doble; por una parte en estos meses existe más demanda (pues corresponde a la entrada masiva de turistas en nuestro país) pero por otra parte la oferta disminuye (precisamente por el efecto del calor). Más demanda con menos oferta sólo tiene una salida, un aumento de precios.
Evolución semanal de precios de cerdo cebado en España
Con una reducción simple de 50 gramos por día los animales tardarán una semana más en ir al matadero. Este efecto, el del retraso en salida a matadero, es el que hace que exista una menor oferta de cerdos al mercado.
El calor es el claro responsable de la baja ingestión de los animales y una disminución en la ingestión tendrá no sólo los efectos del retraso en la salida a matadero en los animales más grandes, sino también en los más pequeños ya que son muy sensibles a los cambios térmicos. En un trabajo publicado en el 2008 por M.C. Brumm se vieron los dos siguientes puntos que acaban ratificando lo comentado:
- Periodos de ayuno dieron lugar a unas disminuciones de la ganancia media diaria (GMD) de 68 g/d durante las primeras 8 semanas del periodo experimental y de 35g/d durante todo el periodo experimental en comparación con los cerdos que no fueron sometidos a ayuno.
- Los periodos de falta de alimento (no ingestión) tienen un mayor impacto sobre los cerdos en fase de crecimiento que sobre los cerdos en fase de engorde.
A pesar de que cualquier estrategia es válida para disminuir los efectos del calor en animales en crecimiento podríamos decir que serán más efectivas las estrategias nutricionales para los lechones y las de manejo y ambiente para los cerdos de cebo.
Las ayudas con la dieta
De la misma manera que podíamos intentar ayudar a los reproductores con la dieta también podemos hacer lo mismo con los animales en crecimiento. En este caso es necesario diferenciar hambre de apetito, el hambre surge de la necesidad de cubrir una necesidad fisiológica mientras que el apetito supondrá el querer repetir una experiencia que fue agradable. Los mecanismos que hacen desencadenar o saciar estas dos experiencias son además totalmente diferentes. Siempre que queramos afrontar estrategias nutricionales que nos ayuden en épocas cálidas tenemos que considerar el superar estos dos conceptos teniendo en cuenta que para "matar" el hambre nos basta con comer (es decir aportar calorías) mientras que para estimular el apetito tenemos que hacerlo con productos que den palatabilidad. La palatabilidad dependerá a su vez de varios factores como el gusto, la textura y el olor.
Ante este escenario proponemos una serie de cosas que tenemos que evitar y otras que tenemos que potenciar:
Evitaremos:
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Potenciaremos: | |||
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