La sarna en cerdos es una enfermedad parasitaria de la piel causada por uno o dos parásitos: Sarcoptes scabiei, que produce la sarna Sarcoptica y/o Demodex philloides que produce la Sarna Dermodéctica. Actualmente, Demodex philloides no tiene importancia práctica alguna en la clínica habitual de las explotaciones porcinas intensivas, mientras que Sarcoptes scabiei, var. suis es el ácaro que provoca la enfermedad de la sarna en los cerdos de todo el mundo. No se trata de una enfermedad nueva que afecta a pocos animales, sino que es una infestación muy extendida en todo el mundo, y contra la que, hasta hace muy poco tiempo, lo único que podíamos hacer era convivir con ella.
El control de las enfermedades de la producción ha adquirido una gran importancia en la empresa porcina intensiva, donde existe una inversión de capital notable y una presión continua para optimizar los rendimientos. La sarna porcina es una enfermedad parasitaria susceptible a erradicación dentro de las explotaciones intensivas. En la evaluación del binomio costo-beneficio es importante saber detectar la presencia de la enfermedad en una granja y estimar su prevalencia y gravedad relacionando estos hechos con los efectos finales de la enfermedad en la producción, y actuando en consecuencia según modelos de control o erradicación dependiendo del retorno económico esperado de cada actuación a nivel sanitario.
PREVALENCIA E IMPACTO ECONÓMICO
Los datos actuales de prevalencia de sarna sarcóptica en las explotaciones porcinas de los principales países productores demuestran que el empresario y el técnico veterinario parecen haber aceptado la presencia de la enfermedad en su granja, a pesar de la existencia de técnicas de diagnóstico sensibles y específicas, así como de fármacos eficaces para poder erradicar esta parasitosis sin necesidad de despoblar las explotaciones, basándose únicamente en la aplicación de los tratamientos de forma estratégica. Esta tolerancia viene determinada por la naturaleza encubierta de las pérdidas atribuibles a la reducción en la ganancia de peso y en la eficacia de la conversión sin presencia de mortalidad. Por tanto, está claro que es una enfermedad que se subestima siempre, pero que tiene un impacto económico muy importante en la explotación.
Además, la aplicación de estos programas de eliminación de la infestación sin despoblación de la granja supone una mejora inmediata en los parámetros zootécnicos y una rápida amortización del tratamiento. Al respecto de la amortización del tratamiento, el control efectivo y rentable se alcanza cuando el retorno que se obtiene de un programa de erradicación es igual o superior al coste que se produce al aplicar dicho programa. En este caso, el coste del tratamiento de erradicación se iguala en un año de tratamiento de control, por lo que en principio económicamente es rentable iniciar un programa de erradicación.
En segundo lugar, el técnico veterinario no debe tener ninguna duda sobre la efectividad del programa o sobre la capacidad de realizarlo. Además, el desarrollo de un programa de erradicación supone un reto profesional para cualquier técnico dedicado a la clínica porcina.
Juan Eladio Oliva Tristante. Dpto. Técnico de CEFU,S.A. España.