La patología asociada a circovirus porcino tipo 2 (PCV2) y sus consiguientes pérdidas productivas en la cabaña porcina ha sido objeto de estudio desde que se le asociara en 1998 con la circovirosis porcina, también denominada en la actualidad como enfermedad sistémica por PCV2 (ES-PCV2). Desde entonces se le ha vinculado a diferentes patologías que requieren una infección sistémica como son la ES-PCV2 y la infección subclínica (IS-PCV2) en animales de transición y engorde, así como a enfermedad reproductiva (ER-PCV2) en cerdas gestantes. PCV2 también se ha asociado a enfermedades que afectan, aparentemente, a órganos específicos, como es el caso de la enfermedad pulmonar o la entérica. Además, todavía hoy se asocia PCV2 al síndrome de dermatitis y nefropatía porcino, a pesar de considerarse una enfermedad mediada por inmunocomplejos sin etiología definitivamente demostrada.
La infección sistémica de un individuo se da cuando el PCV2 se extiende por el organismo, siendo la circulación sanguínea el vehículo para su diseminación. Este fenómeno en el que el virus está presente en la sangre se denomina viremia. En granjas convencionales, es frecuente encontrar animales virémicos durante el final del periodo de transición y la fase de engorde. Se ha observado que la presencia de animales virémicos por PCV2 ocurre con mayor frecuencia y de forma más temprana en granjas con ES-PCV2 (Figura 1). La instauración o no de viremia se asocia a la presencia de inmunidad frente al virus en el momento de la infección. Así, la inmunidad maternal puede proteger al lechón durante las primeras 4-12 semanas de vida, aunque posteriormente suele presentarse una viremia hasta que el lechón desarrolla una respuesta activa. Sin embargo, el establecimiento de esta respuesta no siempre conlleva la eliminación de la viremia, aunque sí su reducción de carga vírica. De hecho, a diferencia de otros virus porcinos, las viremias por PCV2 tienen una dinámica variable - independientemente de la presencia o no de ES-PCV2 en la granja -, donde es frecuente encontrar una proporción importante de animales con viremias intermitentes y/o de larga duración que pueden prolongarse hasta las 28 semanas de edad. Así pues, no es extraña la coexistencia de viremia y anticuerpos frente a PCV2 durante el engorde. Recientemente se está comenzando a implementar el seguimiento de las infecciones en las granjas a través del análisis de fluidos orales debido a su menor coste económico, habiéndose podido constatar de forma eficiente también con este método la larga persistencia del virus en animales en crecimiento, incluso en granjas en las que se vacuna frente a PCV2.
Fig 1. Porcentaje de lechones virémicos a PCV2 en granjas con y sin ES-PCV2 (adaptado de Sibila et al., 2004 Am J Vet Res).
La ES-PCV2 es probablemente la enfermedad producida por PCV2 con mayor impacto económico por causar pérdidas en la ganancia de peso media, índice de conversión e incrementar notablemente la mortalidad. Las diferentes experiencias en granjas con la enfermedad y sin ella – aunque en ambos casos infectadas por PCV2 – han indicado que la presión de infección tiene un impacto directo en la merma productiva de los animales en crecimiento. Este hecho se ha podido comprobar tras aplicar diferentes medidas de manejo dirigidas a limitar la transmisión de infección como pueden ser los 20 puntos de Madec propuestos en el año 2000. De la misma manera, se ha visto en numerosos estudios que los animales con clínica de ES-PCV2 presentan una carga vírica en sangre significativamente superior en comparación con lechones sanos; de hecho se propusieron niveles de viremia por encima de los cuales se podía considerar que un animal sufría ES-PCV2 (variando de > 104.7 a 107.4 copias de genoma de PCV2/ml de suero, dependiendo del laboratorio de análisis). Estos resultados indican que niveles elevados de PCV2 en sangre son críticos para la expresión de la enfermedad. Así pues, las pérdidas asociadas a PCV2 no sólo están relacionadas con la presencia o no de viremia, sino también con la cantidad de virus. En este sentido, actualmente se conoce que para que el PCV2 cause pérdidas por reducción en la ganancia de peso media no es necesario que la carga vírica sea tan elevada como la que se da en los animales con ES-PCV2. Cargas víricas bajas a moderadas ya causan pérdidas de crecimiento significativas como ocurre en el caso de la IS-PCV2, lo cual se ha evidenciado mediante el uso de vacunas en granjas sin ES-PCV2 en las que los lechones vacunados o procedentes de cerdas vacunadas presentaban una ganancia de peso diaria de entre +20-51 g/día. Este punto ha sido sin duda una vuelta de tuerca más al conocimiento de la patología asociada a PCV2 y es el que explica que granjas que consideraban que PCV2 no era un problema se hayan decidido a vacunar con resultados rentables.
En animales adultos la viremia es menos frecuente que en animales en crecimiento ya que el contacto previo con el virus durante las fases de transición y/o engorde les confiere inmunidad. Así, la viremia en las cerdas durante la gestación puede resultar en ER-PCV2 ya que el virus puede traspasar la placenta y causar cuadros diferentes en función del momento de infección durante la gestación, como se explica en la Tabla 1. Además, existe la posibilidad de que nazcan lechones virémicos de cerdas virémicas por haberse infectado transplacentariamente durante la gestación, siendo una fuente de infección para los animales que le rodean. No obstante, estas situaciones se han descrito principalmente en cerdas seronegativas, hecho poco frecuente dada la elevada seroprevalencia frente a PCV2 en este colectivo debido al contacto previo con el virus durante las fases de transición y/o engorde y a recirculaciones del virus en las reproductoras. Aún y así, cabe comentar que el hecho de presentar inmunidad, ya sea derivada de una infección previa o vacunal, no excluye la viremia, así que la infección transplacentaria también es posible en cerdas seropositivas.
Momento de infección del feto durante la gestación | Consecuencia en parámetros reproductivos |
1-35 días | Muerte embrionaria Retornos a estro regulares Pseudogestación Camadas pequeñas |
35-70 días | Fetos momificados Abortos |
70-115 días | Fetos momificados Nacidos muertos Nacidos débiles Partos retrasados Abortos |
Tabla 1. Problemas reproductivos asociados a PCV2 en función del momento de infección del feto durante la gestación (adaptado de Opriessnig and Langohr., 2012 Vet Pathol).
Así pues, la viremia por PCV2 es el indicador de una infección sistémica por el virus, capaz de causar pérdidas productivas en lechones en crecimiento y reproductoras gestantes. La forma más eficaz de evitar pérdidas productivas asociadas a PCV2 es evitar que se produzca la viremia, induciendo una inmunidad pasiva o activa que minimice la circulación del virus en la granja. En este sentido, las vacunas han demostrado reducir significativamente el porcentaje de lechones virémicos así como la carga vírica en sangre (Figura 2) y su excreción, y es aquí donde parece estar la clave de su éxito en la notable mejora de los parámetros productivos. Aún y así cabe comentar que las vacunas frente a PCV2 tanto en cerdas como en lechones no producen una inmunidad esterilizante, pudiendo mantenerse así la infección en la granja.
Figura 2. Comparativa de la dinámica del porcentaje de lechones virémicos (líneas) y carga vírica media en los lechones virémicos (barras), ambos medidos por PCR cuantitativa, en animales vacunados a 3 semanas de vida y no vacunados frente a PCV2.