Una inmunización adecuada de las reproductoras es un elemento indispensable para la prevención de la diarrea neonatal.
La inmunización de la cerda debe ser básicamente mediante vacunas pero, en ocasiones, ante la falta de vacunas comerciales o autovacunas frente a algún agente, o la ausencia de eficacia de las mismas, se opta por exponer a las cerdas mediante Exposición Oral Controlada (EOC).
En este artículo compartimos con los cuatro expertos su opinión sobre esta técnica, si la utilizan o no, de qué manera, en qué situaciones, y con qué precauciones.
¿En qué situaciones se usa?
Cantín y Guedes coinciden totalmente. Ellos lo usan como la principal medida cuando en una granja hay un problema grave de diarrea neonatal causada por Rotavirus. En concreto por Rotavirus C, ya que el Rotavirus A suele tener una respuesta a la prevención vacunal.
Ackerman se declara "poco amigo" del EOC. Él lo considera una herramienta importante en el protocolo de adaptación de las primerizas cuando entran en la granja, pero prefiere no usarlo en las cerdas gestantes. Cuando lo usa en gestación, tiene que ver con casos de diarrea epidémica, gastroenteritis transmisible o diarrea por deltacoronavirus. En este caso se administra a todas las cerdas de la granja a la vez. En casos graves de Rotavirus prefiere administrarlo a todas las cerdas durante unas pocas semanas, pero evita su uso rutinario en granja.
Vraeghe cuenta que en su caso lo utilizan más para la prevención de problemas de E. coli y Clostridium, pero siempre cuando el uso de vacunas comerciales y/o autovacunas no ha sido exitoso.
¿Qué protocolo se usa habitualmente?
Vraeghe lo usa en las fechas habituales de la vacunación de E. coli: dos veces a cada lote a los 80 y 100 días de gestación.
Cantín considera que el EOC es muy útil en cerdas de primer y segundo parto aunque, en situaciones graves, también lo administra a las cerdas multíparas de manera rutinaria. En su opinión, para la prevención del Rotavirus debe proporcionarse 1-2 semanas antes de la entrada a parideras, "cuanto más nos acerquemos a los 15 días preparto mejor", insiste.
¿Qué material se recoge?
Vraeghe, nos explica que ellos usan un protocolo muy definido y fácil de utilizar por los operarios: los lechones de los que se vaya a coger la muestra de diarrea no pueden estar tratados, no utilizan intestinos u otros órganos, sólo diarrea. Para recogerla utilizan unos tapetes de papel (imagen 1) que ponen en las placas térmicas para que se empapen con la diarrea de los lechones. Mezclan esas heces con leche y las calientan a 24ºC para que proliferen los patógenos, administrándolo posteriormente a las cerdas. Nos cuenta que en Bélgica muchas granjas utilizan sistemas de bandas a 3-4 semanas, por lo que congelan esta preparación para tener material para los distintos lotes.
Cantín prefiere el siguiente protocolo: utilizar heces lo más frescas posible, paquete digestivo de lechones recién muertos, administrando una cantidad suficiente. Recomienda mezclar 2 kg de carbón activo y 2 kg de pienso, añadir 2 litros de agua y mezclar con las heces de 2 lechones (paquete intestinal cortado) aportando 150 gr de esta mezcla por cerda. El carbón ayuda a neutralizar las toxinas que la cerda pueda tener en su digestivo (imagen 2).
Los riesgos del EOC
Los 4 expertos inciden en que estos protocolos no están exentos de riesgos puesto que se pueden transmitir más agentes que los deseados y se deben utilizar siempre cuando las otras medidas han fracasado.
Uno de los principales riesgos tiene que ver con el PRRS. Esta es una de las razones por las que Ackerman lo utiliza poco: la mayoría de mis clientes son granjas PRRS positivas y el riesgo de reinfección con el EOC es importante.
Guedes coincide con esta opinión, pero como Brasil es un país libre de PRRSv, en este aspecto la técnica tiene menos riesgo para ellos.
Cantín aplica el sentido común: si PRRSv está activo en una granja, esto por si sólo favorece las diarreas neonatales y causa fallos en su tratamiento. Este virus genera problemas en las cerdas de hipogalaxia y agalaxia por lo que, cuando está activo, evidentemente son prioritarios otros abordajes y no la aplicación de una EOC. Y añade, tampoco debería realizarse en granjas con disentería porcina, por el aumento de presión de infección que supondría.
A parte del riesgo de diseminación de otras enfermedades, hay otros aspectos que se deben tener en cuenta:
- Vraeghe hace hincapié en la falta de respuesta homogénea, ya que se desconoce la carga vírica o bacteriana del material que se está administrando. Además explica que, cuando lo congelan, a veces pierde su eficacia.
- En este sentido Guedes recomienda, cuando se usa para rotavirus, realizar PCR cuantitativa del material recogido para certificar la presencia del virus y la carga viral.
- Los cuatro profesionales coinciden en que uno de los principales problemas y limitantes en esta técnica son curvas de aumento y disminución de la diarrea ya que, cuando se soluciona el problema, es complicado conseguir el material para realizar un feed-back correcto, con lo que vuelve a darse la situación y a aparecer el problema.
- Cantín también hace notar que, como son protocolos engorrosos, los ganaderos suelen abandonarlos cuando perciben que el problema ha mejorado.
En resumen, como estrategia preventiva el EOC es muy útil para la prevención de diarreas neonatales. Deben realizarse correctamente los protocolos tanto de recogida del material infeccioso como de la administración a las cerdas (imagen 2). No obstante no está exenta de riesgos y sólo debe utilizarse cuando ha sido recomendado por un veterinario y cuando el diagnóstico y la ausencia de otras medidas eficaces lo permitan.