En realidad, sólo hay 4 síntomas clínicos.
1. Los estornudos indican un cuadro de vías altas (de la nariz a la nasofaringe) y habitualmente algún tipo de rinitis.
2. La tos indica ante todo una patología que afecta a la laringe, la tráquea y las vías aéreas bajas de gran calibre hasta las últimas generaciones de bronquios y es un indicio de la presencia de agentes que afectan a esas estructuras, como la Neumonía Enzoótica o la Influenza porcina.
3. La disnea indica que están afectados los bronquiolos terminales y las estructuras alveolares como consecuencia de infecciones del parénquima pulmonar (PRRS, PMWS, Actinobacillus pleuropneumoniae o P. multocida en particular).
4. Los efectos sistémicos, como pérdida de peso, depresión, postración, flojedad, etc. son signo de los efectos generales de citoquinas producidas a nivel local y comprenden prácticamente todas las enfermedades de más de 2-3 días de duración.
Un exámen post-mortem macroscópico le mostrará indicios de enfermedad en el tracto respiratorio superior (hemorragia, exudación, pus; una deformidad pronunciada puede indicar rinitis). La exudación en la tráquea y los bronquios mayores, desde serosa hasta purulenta, será sugerente de infección del tracto respiratorio medio y puede indicar Influenza o Neumonía Enzoótica.
El examen de los pulmones es más difícil de evaluar. La presencia obvia de pleuritis y pericarditis sugiere infecciones por P. multocida, S. suis, A. pleuropneumoniae o H. parasuis. La presencia de lesiones en el lóbulo craneal sugiere la existencia de lesiones de Neumonía Enzoótica (micoplasma), y la presencia de lesiones generalizadas sugiere Influenza primaria por virus inhalados o liberación septicémica (hematógena) a los pulmones, por ejemplo A. pleuropneumoniae, P. multocida, H. parasuis, etc. La palpación de un pulmón denso y elástico sin componente líquido evidente sugiere una neumonía intersticial relacionada con PRRS, PRDC (PCV2, PRRS + micoplasma + bacterias) o Influenza porcina sin complicaciones.
En el animal vivo hay pocas cosas que nos sirvan de ayuda, excepto los hisopos nasales (que pueden estar muy contaminados) para el aislamiento de Pasteurella (en particular las cepas toxígenas de P. multocida) y B. bronchiseptica. Se pueden obtener muestras de lavado pulmonar y de punción traqueal en situaciones experimentales, pero no se utilizan habitualmente en la práctica. Un análisis hematológico normal nos puede indicar si existe desviación a la izquierda (neutrofilia) que indica la presencia de sepsis o posiblemente inmunosupresión si los recuentos de leucocitos totales son bajos.
Las muestras de sangre se pueden emplear para serología diagnóstica. Hay que recordar que en el neonato puede haber anticuerpos maternos, pero por otra parte indicarán la existencia de exposición y una muestra comparativa puede indicar infección activa demostrando títulos crecientes. La serología es especialmente útil para infecciones virales, como PRRS y Influenza porcina (los 4 subtipos), pero no tanto para PCV2 del que todos los cerdos tienen cierta cantidad de anticuerpos medibles. Se emplea para infecciones bacterianas, incluidas A. pleuropneumoniae, H. parasuis y S.suis, y P. multocida, pero resulta menos fiable para algunos organismos como los que están presentes en la nasofaringe en pequeñas cantidades.
La propia necropsia permite recoger dos materiales - en primer lugar, tejido para aislamiento o demostración de virus o bacterias y, en segundo lugar, tejido para histopatología. Lo más apropiado es disponer de material reciente y próximo al borde de las lesiones agudas.
Lo más importante de todo es emplear animales recién sacrificados, antes de que transcurra una hora desde la muerte, especialmente si busca organismos sensibles al medio ambiente como es el caso de Haemophilus parasuis. Obviamente, también serán mejores para estos estudios los animales no tratados con antibióticos ni promotores del crecimiento. Es posible hacer la demostración de antígenos a partir de estas muestras por aislamiento mediante técnicas avanzadas como PCR e HIS (Hibridación "in situ") e IHQ (Inmuno-histo-química) (M. hyopneumonie, PRRS, viris Influenza porcina). Si esto se combina con la histopatología, se vinculará la demostración de patógenos con la presencia de alteraciones patológicas. La demostración del antígeno sin patología hará más difícil un diagnóstico etiológico significativo.
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