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Cuando la demanda lo es todo, la prosperidad es esencial

Dennis DiPietre está cada vez más convencido de que 2019 se convertirá en el año del gran espejismo del precio del cerdo.

Los cerdos están llegando, esto lo sabemos. ¿Habrá suficiente demanda para generar unos precios de mercado rentables en 2019? Esto no lo sabemos. Prepárate, porque vamos a preguntarnos sobre la economía global ahora que termina el año. No hay que olvidar que algunos definen la economía como "sentido común en palabras complicadas", y podríamos estar de acuerdo con ellos.

Cada vez estoy más convencido que 2019 será el año del gran espejismo de la carne de cerdo. A medida que avancemos en el tiempo hacia la promesa de una mejora en la demanda y los precios, siempre a 2-3 meses vista, veremos como ésta se desvanece para reaparecer en el horizonte, invitándonos a avanzar una vez más.

Actualmente los mercados de cerdo de EEUU están anticipando una mejora importante para el verano, aunque se espera que la producción total en EEUU y en el mundo crezca, pero a un ritmo más lento que en 2018. El gran salto adelante del verano parece depender del tropiezo que pueda suponer, para la producción china, la combinación de la PPA con la capacidad para resolver los problemas arancelarios a principios del primer trimestre de 2019. Este escenario preve que las importaciones chinas de cerdo estadounidense aumenten dramáticamente a medida que avance el año. Por desgracia, hay otras cosas en marcha que podrían frenarlo, aunque todo suceda según lo previsto.

La guerra comercial entre China y EEUU, junto con una reducción de la demanda de fabricación de tecnología, está disminuyendo significativamente el progreso de la renta per cápita en China a corto plazo y, por lo tanto, reducirá su demanda interna. Aunque es difícil tener cifras, en la mayoría de los países también costará mantener el mismo consumo de carne de cerdo, igual que ha pasado en China, tras brotes locales de PPA, independientemente de cuántas veces se explique que no tiene efectos sobre la salud humana. Hay otros desafíos al avance del globalismo que están empezando a aclarar el futuro y podrían empezar a afectar la demanda mundial.

El consumo en EEUU (y en cualquier país) se produce básicamente en función de los ingresos, pero también de las sensaciones de prosperidad o seguridad, que son percepciones de futuros ingresos. En otras palabras, alguien con unos ingresos mensuales adecuados, o altos, perfectamente capaz de permitirse un nivel de vida moderadamente alto, puede decidir posponer o repensarse una compra si su prosperidad disminuye temporalmente por una fuerte caída de las acciones o fondos de jubilación. Esto sucede aunque sus ingresos actuales no se vean afectados.

La incertidumbre política en EEUU, impulsada por un ataque implacable a la presidencia de Donald Trump, está potenciando el nerviosismo del mercado bursátil estadounidense. Cuando las percepciones de la gente sobre bienestar económico se ven perturbadas, tanto en el momento actual como si la perspectiva futura es pesimista, se reducirá la demanda total para construir un "fondo de emergencia" para los tiempos difíciles que se avecinan.

Cada vez hay más rumores de recesión el año que viene, o en 2020, en EEUU. Las perspectivas de una política gubernamental bipartidista y efectiva orientada al crecimiento, pese a las esperanzas en algunos temas como la inversión en infraestructuras, se están desvaneciendo como el espejismo del precio del cerdo. Globalmente, en Europa están pasando cosas parecidas. El movimiento francés de los "chalecos amarillos", que surge de un pesimismo arraigado sobre la prosperidad futura del ciudadano de a pie, ha paralizado la economía, por lo menos de momento. El prolongado y tambaleante proceso del BREXIT, que pide a gritos un segundo referéndum, está minando la percepción de que los políticos sean competentes para crear un entorno futuro capaz de producir una prosperidad duradera. Esta percepción desacelerará el consumo personal y aplazará la inversión actual. Los cerdos están llegando.

La carne falsa, hecha a base de proteínas vegetales, pero con aspecto y sabor a carne real, y la carne producida en laboratorio están empezando a atraer grandes inversiones de figuras reconocidas de los Gigantes de Agroindustria. De momento esto no altera casi nada la demanda del canal principal del mercado, pero estas inversiones podrían sugerir que está disminuyendo el optimismo sobre la resolución de problemas como residuos antibióticos, resistencia a antibióticos, enfermedades zoonóticas, desafíos ambientales...

Además de los cerdos hay otras cosas que están llegando. Una nueva perspectiva, una nueva oportunidad, una nueva posibilidad, un cambio de las formas tradicionales de pensamiento, que traerán buenas noticias y no un espejismo. Este es el significado de esta época del año, por lo que os dedico sinceramente mis mejores deseos de paz y me comprometo a seguir en enero para ayudar a comprender qué pasa cuando los cerdos empiecen a llegar.

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