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Estrategias para controlar la variabilidad de peso del lechón en transición (2/2): alimentación y comederos

Se discuten estrategias diversas: ofrecer hasta 3 tipos de pienso distintos, alimentar por presupuesto, densidad de lechones por boca, ...

Controlar y reducir la dispersión de peso vivo a lo largo del ciclo productivo del cerdo es uno de los mayores retos al que nos enfrentamos ganaderos y técnicos actualmente.

En este artículo y en el anterior nos centramos en las medidas de manejo y productivas que podemos aplicar en la fase de transición, para reducir esa dispersión. En el artículo anterior, tratamos del impacto que tiene en la dispersión la segregación de pesos y la importancia del confort de los animales. En este, trataremos algunos aspectos claves del manejo de la alimentación y la importancia del espacio del comedero.

 

Aspectos clave de la alimentación

La utilización de piensos altamente digestibles, con materias primas garantizadas, ricas en derivados lácteos (caseinatos, leche descremada, sueros) y de alta calidad, constituye una de las estrategias destinadas a mejorar la adaptación de todos los lechones al post-destete (y en particular de los más pequeños). Aspectos como la palatabilidad del pienso, contribuirían a incentivar el consumo voluntario al destete, favorecerían la maduración del sistema digestivo con mayor rapidez y, así, ayudarían a reducir la variabilidad del peso vivo (PV). La forma de presentación en gránulo sería preferible a la harina y en cuanto a la forma de administración es normalmente en seco. En algunos casos durante el arranque de los lechones puede ser de gran ayuda ofrecer papillas varias veces al día y estimular el consumo de agua. Paralelamente, el desarrollo de núcleos (entendidos como una combinación sinérgica de aditivos) y programas nutricionales más precisos para maximizar consumo, digestibilidad y salud intestinal, constituye el principal objetivo de varias empresas de nutrición animal.

De todos modos, tan importante como la fórmula de los piensos, es el manejo que se hace de ellos; adaptar el tipo de pienso a la edad y peso de los animales ayudará a controlar mejor la dispersión del PV y optimizará la utilización de la dieta. No debe renunciarse en esta fase a ofrecer hasta 3 piensos distintos (se utilizan distintas denominaciones y es mejor referirse a ellos como pienso 1, 2 y 3) y cambiar de forma gradual de uno a otro si la logística lo permite.

Una recomendación importante es trabajar con programas de alimentación globales para todo el periodo de transición en lugar de recurrir a piensos individuales de orígenes distintos. Otro aspecto a discutir sería el alimentar "por presupuesto", decidiendo de antemano la cantidad de cada pienso a administrar por lechón. Ello llevaría a realizar los cambios de pienso en lotes de lechones contemporáneos a distintas edades dependiendo del consumo individual. Es esperable que los lechones más pequeños coman los piensos 1 y 2 durante más días, favoreciendo de este modo su arranque y crecimiento. Evidentemente, si los lechones del mismo lote se trasladan a la instalación de crecimiento y cebo a día fijo, los pequeños consumirán menos días el pienso 3. Este sistema "por presupuesto" debería reducir la variabilidad del PV del lote al final de la transición, si bien en ocasiones es difícil de implementar en condiciones comerciales por motivos estrictamente logísticos.

A modo de ejemplo, y como guía general, la tabla 1 resume los valores "objetivo" a registrar, para las condiciones medias españolas, en una transición de seis semanas de duración con lechones destetados a los 21 días. No cabe duda que tanto el potencial genético de los animales como su estatus sanitario y condiciones de manejo pueden desviar al alza o a la baja las previsiones. Sin embargo, es importante señalar que los valores recomendados durante la primera semana (semana 4) posiblemente sean los más discutibles, habida cuenta que justamente el periodo de arranque sea el momento donde más importancia se adjudica a conseguir un buen equilibrio entre los rendimientos productivos y el equilibrio digestivo.

Tabla 1. Valores objetivo de una transición estándar en las condiciones actuales españolas.
Se supone un peso vivo medio del lechón al destete de 6,2 kg.

  FASE 1 FASE 2 FASE 3 TOTAL
Semanas de vida Sem 4 Sem 5-6 Sem 7-9 Sem 4-9
PV final (kg) 7,25 11,45 20,10 14,95
Crecimiento (g/d) 150 300 410 331
Ingestión (g/d) 225 450 720 548
IC (g/g) 1,50 1,50 1,80 1,65
Consumo total (kg) 1575 6300 15120 22995

 

El papel del espacio y tipo de comedero

Garantizar que todos los lechones del lote o corral tengan acceso suficiente al pienso ayuda a incrementar el consumo y favorece que la dispersión de pesos disminuya. Resultados de nuestro propio grupo (Solà-Oriol et al., 2015) apuntan a que existe un efecto significativo del espacio de comedero (entendido como el número de lechones/boca, de acuerdo al tipo de comedero y densidad de los animales) en la reducción del CV de hasta un 12% en los animales con acceso a un comedero que permita una menor densidad de lechones por boca (2,2 lechones/boca para 5 bocas vs 5,5 lechones/boca para 2 bocas). En este ensayo, se probó la respuesta a estos dos tipos distintos de comederos en dos grupos de animales que partieron de un mismo PV y CV al final de la fase de transición, entrada al engorde y hasta el sacrificio.

Los lechones que fueron asignados al comedero de 5 bocas tendieron a un mayor PV y consumo de pienso respecto a los animales asignados al comedero de 2 bocas (tabla 2). El estudio concreto se realizó de los 64 a los 92 d de vida, y sugiere que una estrategia de este tipo podría tener el mismo efecto o similar en la fase de transición. Ciertamente, en transición el número de bocas suele ser elevado en parte porque la densidad de los corrales es normalmente mayor, y controlar que todos los lechones tengan acceso correctamente al pienso es ciertamente importante. Paralelamente, el tipo de comedero (y su adecuada regulación) también podría tener cierta relevancia, especialmente durante el arranque de los lechones.

Tabla 2. Resumen del peso vivo (PV) y consumo medio diario (CMD) final en función del tipo
de comedero asignado desde los 64 a los 92 días de vida (Solà-Oriol et al., 2015).

Ítem Comedero 2 bocas Comedero 5 bocas p-valor*
PV (Kg) 32,5 33,1 0,061
CMD (g/d) 562 583 0,062

*Significación estadística fijada en P<0,05

En definitiva, y de manera general, estas son algunas propuestas que, por su carácter marcadamente práctico deberían poder ser de utilidad para ayudar a maximizar la homogeneidad de los lechones en la transición. Del mismo modo, la aplicación de una estrategia no tiene porqué excluir otras, siendo recomendable en muchos casos optar por más de una, dependiendo de cada explotación, para conseguir reducir la variabilidad de PV y aumentar la eficiencia global del sistema productivo.

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