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El virus del PRRS continúa siendo un reto para la industria porcina de Estados Unidos, costando a la industria entre 560 millones de dólares/año (en 2005) a 664 (en 2013). El Proyecto Morrison Swine Health Monitoring Project (MSHMP), mostró una incidencia del 24% de nuevos brotes durante el un período de 12 meses (julio de 2020 - junio de 2021). Los datos de laboratorio mostrados como parte del Sistema de Notificación de Enfermedades Porcinas (Swine Disease Reporting System – SDRS en inglés) han verificado desde una perspectiva de diagnóstico, que un número creciente de nuevas introducciones de PRRS en las granjas son de la variante RFLP 1-4-4, Linaje 1C, una cepa asociada con cargas virales más altas.
La bioseguridad y la bioexclusión son de especial importancia en la prevención y el control del vPRRS para evitar infecciones en granja. Las granjas de cerdas, situadas en zonas con una densidad porcina cada vez más alta, se infectan con mayor frecuencia. Esta mayor frecuencia de infección está asociada al número de granjas de engorde circundantes. Se ha demostrado que la filtración reduce con éxito la frecuencia de introducción del vPRRS en las granjas de cerdas. Los aditivos para mejorar la seguridad biológica del alimento también se han utilizado como herramienta para limitar el riesgo de entrada de nuevos virus en una granja. Una parte a menudo olvidada de la bioseguridad es la biocontención, el concepto es limitar la propagación del virus tanto como sea posible desde una granja infectada, y es un apartado en el que necesitamos seguir para reducir también la propagación en el área.
Los signos clínicos de esta cepa coincidían con lo descrito anteriormente para el virus del vPRRS, incluyendo un aumento de la tasa de abortos, una reducción de la tasa de partos y un aumento en la mortalidad de las cerdas, los nacidos muertos y la tasa de momificados, así como de la mortalidad pre-destete. En la fase post destete, el virus provocó una reducción de la ganancia media diaria (GMD) y un aumento de la mortalidad, especialmente en la fase de transición.
La diferencia con el vPRRS 1-4-4 L1C es la magnitud y la duración de los signos observados
Parece existir protección cruzada por exposición previa a otros virus y vacunas y parece que permite que las granjas se estabilicen y vuelvan a generar un flujo negativo de animales más rápidamente. Desde el punto de vista del diagnóstico, este virus es igual que los anteriores y la prueba PCR funciona bien. Lo único que ha sido diferente con estos virus son los valores de CT (valor umbral del número de ciclos) mucho más bajos observados en algunas granjas, lo que indica cargas virales relativamente más altas en los animales afectados.
Las medidas de control coinciden con las que hemos utilizado para anteriores cepas de vPRRS, e incluyen permitir que una granja se estabilice y luego avanzar en la eliminación del virus utilizando protocolos de entrada de un número importante de animales de reposición, cierre de granja y exposición al virus. Las granjas con recría interna de primerizas están preparadas para hacer esto más fácilmente. El monitoreo continuo del proceso se ha vuelto más fácil y mejor en detectar las granjas con baja prevalencia mediante el uso de fluidos del procesado. Los cerdos que van a ser destetados deben seguir siendo monitoreados para asegurarnos de que no pasamos por alto una posible infección en parideras. Las granjas tardan más tiempo en llegar a un status negativo o baja prevalencia. 
La figura 2 muestra los cambios en lechones destetados/cerda cubierta a lo largo del tiempo de doce granjas de reproductoras en Estados Unidos que tuvieron brotes entre noviembre de 2020 y julio de 2021 con virus PRRS similares, todos los cuales mantuvieron una homología superior al 98% en la secuenciación del ORF 5.
Figura 2. Cambios en los lechones destetados/cerda cubierta/año a lo largo del tiempo tras el brote de PRRSv (variante 1-4-4 L1C en 12 granjas diferentes, demostrando que la caída de la productividad tarda hasta 30 semanas en recuperarse).
Parece que las variantes 1-4-4 1C de PRRS actúan de forma similar a otros virus de PRRS que hemos sufrido en el pasado. La gravedad del brote depende de la inmunidad existente en la granja, de la rapidez con la que el virus se desplaza por la granja y del tiempo transcurrido desde el brote hasta el cese. Debido a todos estos factores, es por lo que vemos diferentes resultados en las distintas granjas. Las granjas han eliminado este virus con éxito y han vuelto a los niveles previos de producción tanto en la población de cerdas como en la de lechones destetados.
