La harina de soja es la fuente de proteína y aminoácidos de elección a nivel mundial en especies monogástricas, por lo que la uniformidad de su calidad y valor nutricional es de especial relevancia. A este particular, la composición química y el valor nutricional de las harinas de soja puede variar en función de las condiciones del procesado (Grieshop et al., 2003), del almacenaje y del origen del haba (Ravindran et al., 2014; García-Rebollar et al., 2016). Como resultado, el perfil, y la digestibilidad de los aminoácidos y el contenido energético de las harinas de soja pueden sufrir variaciones a tener en cuenta cuando se precisa optimizar los resultados productivos. Por su importancia económica, la industria debe conocer los factores que influyen en la valoración correcta de la calidad de las harinas de soja a fin de optimizar la formulación de piensos.
La composición nutricional de la harina de soja varía en función del tipo de haba y de las características de los procesos de troceado y descascarillado a los que se somete para facilitar la extracción del aceite (Karr-Lilienlahl et al., 2005). El procesado previo de descascarillado del haba puede originar partículas con contenidos diferentes en fibra. Además, en ocasiones, parte de la cascarilla separada al inicio del proceso vuelve a ser añadida a la harina, reduciendo el contenido proteico y la digestibilidad de los aminoácidos. El contenido en proteína bruta (PB) varía entre 46,7 y 48,5% para la harina de alta proteína y 43 y 45% para la harina estándar, mientras los niveles de Lys quedan comprendidos entre valores de un 2,7 y un 3,0% (FEDNA, 2017). Sin embargo, la composición química de la harina de soja varía también en función de la latitud de la zona de siembra, horas de luz, climatología y condiciones ambientales durante la época de recolección (Goldflus et al., 2016; Thakur y Hurburgh, 2007). En este sentido, las harinas de soja procedentes de EE.UU., Brasil y Argentina (principales exportadores a nivel mundial) pueden presentar diferencias nutricionales superiores a lo esperado (figura 1). Ravindran et al. (2014) y Lagos y Stein (2017) encontraron que las harinas de soja de origen brasileño contenían más PB que las harinas de origen EE.UU. o Argentina. Asimismo, debe tenerse en cuenta que existen diferencias entre harinas de soja en relación con la composición de su fracción proteica. Las harinas brasileñas suelen contener menor cantidad de lisina, aminoácidos azufrados y treonina por unidad de PB que las harinas de origen EE.UU. o Argentina. Además, las harinas de soja procedentes de EE.UU. suelen contener menos fibra y más sacarosa que las harinas brasileñas, con valores intermedios para las harinas de origen argentino. Para el contenido energético de la harina de soja, se debe tener en cuenta el contenido de azúcares o la posible variación en la digestibilidad de la proteína, así como la presencia o ausencia de factores antinutricionales (FAN) o reacciones de Maillard. Estos parámetros pueden variar considerablemente en función tanto del origen del haba como de su procesado (García-Rebollar et al., 2016).
Tabla 1. Composición química, perfil de aminoácidos e indicadores de calidad de la proteína de las harinas de soja y su valor de energía neta porcino1 (García-Rebollar et al., 2016)
Argentina | Brasil | EE.UU. | ESM8 | P-valor | |
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Nº muestras | 170 | 165 | 180 | ||
Análisis determinado, % | |||||
Cenizas | 6,6x | 6,3y | 6,7x | 0,04 | <0,001 |
Proteína bruta (PB) | 45,5y | 46,8x | 46,8x | 0,1 | <0,001 |
Ext. Etéreo (hidr. Ac.) | 1,7y | 1,8x | 1,7y | 0,04 | 0,04 |
Sacarosa | 6,8y | 5,7z | 7,4x | 0,07 | <0,001 |
Estaquiosa | 5,0y | 4,6z | 5,6x | 0,04 | <0,001 |
Rafinosa | 1,2y | 1,4x | 1,0z | 0,02 | <0,001 |
FND2 | 9,0y | 10,4x | 7,9z | 0,12 | <0,001 |
Perfil aminoácidos, % PB | |||||
Lisina | 6,11y | 6,07z | 6,17x | 0,005 | <0,001 |
Metionina | 1,37x | 1,33y | 1,37x | 0,002 | <0,001 |
Cisteína | 1,51x | 1,48y | 1,51x | 0,003 | <0,001 |
Treonina | 3,94x | 3,89z | 3,92y | 0,002 | <0,001 |
Triptófano | 1,37x | 1,35y | 1,37x | 0,002 | <0,001 |
Indicadores calidad de PB | |||||
AU3, mg N/g | 0,014y | 0,026x | 0,022x | 0,002 | <0,001 |
PDI4, % | 16,0y | 15,0y | 19,5x | 0,324 | <0,001 |
KOH5, % | 81,2y | 82,0y | 86,1x | 0,328 | <0,001 |
AIT6, mg/g MS | 2,8y | 2,9y | 3,5x | 0,053 | <0,001 |
Análisis calculado | |||||
EN7, kcal/kg | 2,051y | 2,022z | 2,085x | 3,78 | <0,001 |
1 Todos los resultados están expresados para un 88% de materia seca
2 Fibra neutro detergente.
3 Actividad ureasa.
4 Índice de dispersibilidad de la proteína.
5 Solubilidad de la proteína en KOH.
6 Actividad inhibidora de tripsina.
7 Energía neta. Calculada según Noblet et al. (2003)
8 Error estándard de la media
Los inhibidores de tripsina (IT) son los principales FAN presentes en la harina de soja, y pueden afectar a la digestibilidad de los aminoácidos. Además, la presencia de oligosacáridos (estaquiosa y rafinosa) debe tenerse en consideración al valorar su calidad nutricional. No obstante, la cantidad y actividad de los IT se reducen con un correcto tratamiento térmico, lo que aumenta el valor nutricional y la digestibilidad de los aminoácidos de la harina de soja. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que un tratamiento térmico insuficiente no reduce la actividad de los IT, así como que un sobrecalentamiento puede generar reacciones de Maillard que disminuyen la digestibilidad de la fracción proteica (Fontaine et al., 2007; González-Vega et al., 2011). Los métodos más utilizados por la industria para determinar la calidad de la proteína de la harina de soja son el test de la ureasa, la solubilidad en KOH y el índice de dispersión de la proteína (PDI). Por lo general, estos indicadores de calidad benefician la utilización de las harinas de soja de origen EE.UU. frente a la utilización de harinas de soja de origen brasileño o argentino, posiblemente debido a un procesado térmico menos agresivo o a diferencias en el comportamiento de las habas según el país de origen, frente al tratamiento térmico. La industria de fabricación de piensos para porcino debe tener en cuenta, en base a su importancia económica por los elevados niveles de uso, la variabilidad nutricional de las harinas de soja disponibles en el mercado. Por tanto, el origen del haba, las características de su procesado y almacenamiento se deben tener en cuenta para una adecuada valoración de la calidad nutricional de las harinas.