En anteriores artículos hemos señalado la importancia de manejar los datos generados en la granja de una forma correcta, generalmente mediante el uso de programas de gestión, y de cómo esa actividad nos puede ayudar a mejorar los resultados y en último término la rentabilidad. Resulta evidente que el proceso supone un esfuerzo y tiene un coste económico que para muchos productores no se justifica, ya que consideran que han de tener:
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Debemos tener muy presente que todos los anteriores son medios para un fin, como es el de disponer de información de calidad y a tiempo para ser eficaces, y por tanto competitivos y rentables. Cada productor debe decidir en función de las características de su granja o de su empresa, del personal disponible y su cualificación y de la calidad de la información exigida, cual es la mejor opción. Debemos tener muy presente que no debemos interpretar estas opciones en términos de precio sino en términos de rentabilidad. Ésta estará asegurada cuando el productor pueda conocer su sistema y analizar junto con el técnico de la granja las tendencias hacia las que evoluciona su producción, eliminar las cerdas hipoproductivas a tiempo, restar días no productivos de los intervalos de donde sea posible o tomar decisiones de cambio de manejo (por ejemplo, variar la edad al destete en función de los resultados en el siguiente parto, decidir la edad a la 1ª cubrición siguiendo el sistema tradicional, en torno a 220 días, o bien de cubriciones a mayor peso siguiendo el sistema Danés, etc.).
Una idea de la rentabilidad podemos obtenerla con una de las mejoras más frecuentes obtenidas cuando podemos controlar con detalle lo que ocurre en nuestra granja. Se trata del control de los días no productivos (DNP's). Supongamos una granja de 100 cerdas en la que los DNP/cerda /año son 45 (cifra más frecuente de lo que pensamos) en lugar de 30 (objetivo habitual sin tener en cuenta a las cerdas de renovación). A partir de aquí y teniendo en cuenta el coste de 1 DNP, que en España oscila entre 2,0 - 2,5 €, podemos calcular el ahorro que supondría la reducción desde 1 DNP menos/cerda/año (200 - 250 € de ahorro al año) hasta alcanzar el objetivo, es decir, reducir los 15 DNP/cerda/año "de más" (3.000 - 3.750 € de ahorro al año).
Y para terminar, debemos recordar otro error muy frecuente relacionado con la introducción de datos, sobre todo al comienzo, como es el intentar introducirlo 'todo'. Sin embargo, en términos de tratamiento de la información no conviene obsesionarse y tratar de introducir absolutamente todos los sucesos que tienen lugar en la granja cada día, ya que eso puede llevar al productor a realizar un trabajo especialmente tedioso que puede terminar en el fracaso del sistema. Evidentemente, cuantos más datos introduzcamos en el programa más información podremos sacar de él, pero a veces ser demasiado minuciosos puede complicar mucho el trabajo y la viabilidad del sistema. Es decir, no siempre 'más es mejor' ya que debemos valorar qué datos se introducen en el programa y qué información obtenemos de los mismos. Por ejemplo, tratar de anotar todas las adopciones o acoples de lechones entre cerdas en lactación, identificando cada cerda de origen y destino, es una tarea bastante exigente y que no siempre nos reportará información imprescindible o incluso completamente fiable, ya que el riesgo de introducir datos erróneos o incompletos es elevado. Estos registros sí serán interesantes cuando queramos obtener información sobre la duración de la lactación o mortalidad pre-destete (MPD) de las camadas con adopciones frente a las camadas intactas, y particularmente en núcleos genéticos o multiplicadoras donde estos registros resultan casi obligatorios.
Como conclusión, debemos señalar que conviene emplear algún tiempo en decidir qué sistema es el mejor para nuestra situación y así poder asegurar que en cualquier momento tendremos capacidad para conocer lo que pasa en nuestra granja, corregir problemas y prevenir su aparición.