Se utilizaron 96 cerdos alimentados en dos fases: I = de 15 a 30 kg de PV y II de 30 a 45 kg de PV. Los animales se dividieron en 4 tratamientos distintos.
T1- fase I 18,1% de PB, fase II 15,9% de PB
T2- fase I 18,1% de PB, fase II 18,1% de PB
T3- fase I 18,1% de PB, fase II 20,4% de PB
T4- fase I 22,3% de PB, fase II 20,4% de PB
De esta forma el grupo 4 fue el control positivo (recibieron una dieta estándar durante todo el experimento) y el grupo 1 fue el control negativo (recibieron una dieta baja en PB durante todo el experimento).
Durante la fase I los cerdos T4 comieron menos pienso (0,96 vs 1,08 kg/d; p<0,05) pero crecieron igual que el resto de animales. Los cerdos T1, T2 y T3 eran más grasos, tenían menos agua corporal y tenían una relación grasa:proteína superior al final de a fase I (0,86 vs. 0,67 g/g, respectivamente).
En la fase II los cerdos T3 fueron los que tuvieron menos retención de grasa (49 vs 106 g/d; p<0,05) y tuvieron la relación más baja entre el depósito de grasa y depósito de proteína (0,38 vs. 0,82; p<0,05).
Se puede concluir que los cerdos muy grasos por desequilibrios nutricionales van a restablecer su contenido normal en lípidos cuando reciben una dieta equilibrada.
N. S. Ferguson y B.K. Theeruth. South African Journal of Animal Science 2002, 32 (2): 97-105