El pienso del primer experimento se suplementó, en la Fase 1 (días 1 a 14), con 0, 125, 250, 375 o 500 ppm de Zn en forma de polisacárido o con 2.000 ppm de ZnO. Ésta misma pauta se usó en las fases 2 (días 15-28) y 3 (días 29-42). En el segundo experimento se suplementaron las dietas de las dos primeras fases con 0, 50, 100, 200, 400, o 800 de Zn en forma de complejo proteínico o 2.000 ppm de ZnO. En la tercera fase se suplementó la dieta base con 0, 200 o 400 ppm de Zn en forma de complejo proteínico o 2.000 ppm de ZnO. Para determinar las concentraciones de Zn y de Cu en plasma se tomaron muestras de sangre los días 14 (Exp. 1), 28 (Exp. 2) y 27 (Exp. 3).
No se detectaron diferencias en la GMD, IMD o G:I (P=0,15, 0,22, y 0,45, respectivamente). Sin embargo, durante la primera semana del Exp. 1, los lechones alimentados con 2.000 ppm de ZnO tenían mayor GMD y G:I en comparación con los cerdos alimentados con la dieta base. En todos los experimentos los animales suplementados con 2.000 ppm de ZnO tenían concentraciones más altas de Zn en plasma (P<0,10) que los alimentados con la dieta base. En los experimentos 1 y 3, los cerdos suplementados con 2.000 ppm de ZnO tenían concentraciones fecales más altas de Zn (P<0,01) en comparación con el resto.
El estudio concluye que el Zn orgánico, ya sea como polisacárido o complejo vitamínico, no tiene ningún efecto sobre el crecimiento a bajas concentraciones. Sin embargo, alimentar con bajas concentraciones de Zn orgánico disminuyó considerablemente la cantidad de Zn excretado.
M. S. Carlson, C. A. Boren, C. Wu, C. E. Huntington, D. W. Bollinger and T. L. Veum. 2004. American Society of Animal Science. nº82 pág. 1359-1366