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Para ello se utilizaron 40 nulíparas distribuidas en 4 grupos: A, con fitasa [4,2 g de fósforo total (Pt)/kg en gestación y 4,5 g de Pt/kg en lactación]; B, sin fitasa (con suplemento de fitasa durante la cría) y el mismo contenido de P que el grupo A; C, sin fitasa pero con mayor contenido de Pt (5,0 g Pt/kg en gestación y 5,5 g de Pt/kg en lactación) y D, con la misma dieta que B (pero sin fitasa durante la cría). Se utilizó una fitasa-6 a 750 U/kg pienso.
La concentración media de P en suero disminuyó durante la gestación y la lactación. Pero no hubo diferencias significativas entre los grupos. La fosfatasa alcalina específica de los huesos (un marcador de la formación ósea) disminuyó al principio de la lactación, mientras que los marcadores de la reabsorción ósea aumentaron. La densidad mineral y el contenido mineral de la tibia fueron ligeramente mayores en los grupos alimentados con altas concentraciones de P y fitasa. Las cenizas y contenidos minerales de la tercera falange fueron más elevados en el grupo C. La digestibilidad aparente de P aumentó durante la gestación, especialmente en el grupo A (57 vs 69 %).
En conclusión, un alto contenido de P y la adición de fitasa a la dieta inducen a un ligero aumento del contenido de cenizas en los huesos. los autores recomiendan el uso de fitasa durante la gestación con un bajo nivel de P en la dieta para evitar consecuencias negativas para los huesos.
A Liesegang, L Loch, E Bürgi y J Risteli. Journal of Animal Physiology and Animal Nutrition. 89(3-6):120
