Un grupo control (GC) recibió pienso de engorde con carbonato cálcico como fuente de calcio (en las dos últimas fases del cebo) y un grupo problema (GP) formato cálcico como fuente de calcio (primera fase) y el mismo pienso pero con cloruro cálcico como fuente de calcio (segunda fase). El formato cálcico se probó en 4 granjas y el cloruro cálcico en una de estas 4.
El formato cálcico no redujo el pH ni en la orina ni en el purín, por lo que probablemente no tenga ningún efecto sobre la emisión de amoníaco. En comparación con el carbonato cálcico, el formato cálcico aumentó la productividad alrededor del 8% cuando se subministraba como pellet, mientras que no se observaron efectos cuando se añadía en la granja. La adición de formato cálcico supuso un sobrecoste de 0,5 € por 100 kg de pienso. Esto se compensaba con un aumento del 7% del valor de producción.
De este modo la adición de formato cálcico fue económicamente neutol si se utilizaban pellets, pero no fue rentable si se mezclaba en la explotación.
En un segundo experimento el cloruro cálcico redujo el pH de la orina y purines en 1,2 y 0,3 unidades de pH, respectivamente. Sin embargo, redujo la GMD (-34 g/día) y afectó positivamente el porcentaje de magro (0,4 unidades porcentuales) a causa de una reducción del consumo. El valor de producción se redujo un 5 % anual. Asimismo comportó un sobrecoste de 0,44 € por 100 kg de pienso. Una parte de la reducción de la GMD (unos 10 g) pueden explicarse por la pérdida de 3% de energía del pienso que contiene cloruro cálcico.
Cuando se reemplaza el carbonato cálcico con cloruro cálcico, se reduce la emisión de amoníaco alrededor de un 30 %, aunque disminuye la GMD.
N Morten Sloth. 2005. The National Committee for Pig Production. Report nº. 690