Según el Dr. Philip Griebel, estos compuestos no sólo protegen a la vacuna si no que aumentan la respuesta inmune. Durante el último año los investigadores han estado caracterizando sus características biológicas y determinando su seguridad demostrando finalmente que son compuestos seguros. Además estos compuestos, fabricados sintéticamente, son relativamente baratos.
El siguiente paso dentro de la investigación es determinar el tipo de protección inmune que se puede conseguir cuando estos compuestos se utilizan con diferentes vacunas. Se estima que los estudios para identificar los compuestos óptimos duraran entre 1 y 2 años y se tardará más de 3 años hasta que estos productos puedan ser definitivamente comercializados.
Miércoles, 6 de agosto de 2003/Farmscape/Canadá
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