El comportamiento sexual agresivo constituye un problema en la producción porcina tanto desde el punto de vista del bienestar animal como de la calidad de la canal y, junto con el olor sexual de la carne, es una de las principales razones por las cuales se castra a los cerdos machos de modo rutinario.
Gracias al empleo de Improvac, los cerdos vacunados presentan un comportamiento similar al de los animales castrados o a las hembras, de forma que se evitan las agresiones entre los animales y los factores de manejo asociados habitualmente a la producción de cerdos enteros, además de reducir el riesgo de pérdidas derivadas de los daños producidos en la canal.
Con esta nueva indicación, Improvac se consolida como la única alternativa registrada a la castración quirúrgica para combatir el olor sexual de la carne de porcino, que permite criar a los animales enteros de un modo acorde con el bienestar animal. Asimismo, Improvac responde a las exigencias de los consumidores en cuanto a calidad de la carne, seguridad alimentaria y forma de producción.
Miércoles 19 de diciembre de 2011. Pfizer Salud Animal