IMPORTANCIA DE LA PROLIFICIDAD EN LAS GRANJAS PORCINAS ACTUALES
En la producción porcina, siempre se ha dicho que el 90% del éxito se logra a través de una buena gestión, y muy posiblemente en la mayoría de los casos. En la casa de parto, una buena gestión permite a los agricultores destetar lechones más sanos y pesados. Paramantener el mejor entorno posible para el lechón y la cerda, la alimentación correcta, la distribución homogénea de las camadas, el manejo de lechones enfermos, la prevención de enfermedades, etc., deben coordinarse para garantizar las mejores prácticas. En el parto, este correcto manejo puede significar éxito, pero destetar más lechones por cerda, hoy en día ya no solo depende de una buena práctica de manejo sino de tener un mayor número de lechones nacidos (vivos) por parto.
En los cerdos, a diferencia de otras especies, no solo es importante la fertilidad de la cerda sino, aún más, es la prolificidad. La prolificidad es el promedio del total de lechones nacidos (vivos o muertos) por parto. Al principio, todos los esfuerzos en la reproducción de cerdos se dirigieron a mejorar la fertilidad. De ahí que la inseminación artificial haya permitido a los criadores de cerdos alcanzar tasas de fertilidad cercanas al 94% en muchas explotaciones y no sólo ha permitido acortar el tiempo improductivo sino un aumento de la producción de lechones y acelerarla mejora genética.
Las razas de cerdos híbridos de hoy en día están cada vez más diseñadas para tener una alta prolificidad a diferencia de las razas puras que tienen una prolificidad mucho menor. Una alta prolificidad permite un mayor número de lechones nacidos que, con un buen manejo, permitirán tener un mayor número de lechones destetados.
Pero, ¿de qué depende la prolificidad?
Aquíhay dos factores que afectan en gran medida la prolificidad, que son externos a la granja. Una es la genética de la madre. Esto depende de losdiferentes proveedores de genética, donde parece que los daneses a menudo obtienen mejores resultados. Elegir la genética correcta y asegurarse de que funcione en la granja es un factor determinante. Pero hay otro factor al que posiblemente se le da menos importanciapero que es vital, es la calidad de la dosis de semen.
Se han hecho muchos avances para tener dosis de la mejor calidad posible. Actualmente, los centros de inseminación porcina son instalaciones de alto nivel con estrictos estándares de seguridad biológica. Los controles de las dosis se han llevado al extremo del análisispor PCR, si hay PRRS presentes en cada dosis antes de que salgan del centro, las formas anormales, la concentración delion eyaculación, la motilidad de los espermatozoides seanalizan, pero todo esto afecta solo a alrededor del 6% de la fertilidad en la granja.
Aunque el efecto sobre la fertilidad masculina es actualmente muy bajo, estudios recientes están viendo que la calidad de la dosis seminal puedeafectar hasta el 50% de la prolificidad expresada en un factor inherente a la calidad del movimiento de los espermatozoides: la progresividad seminal.
La progresividad se calcula como la relación entre la velocidad media ponderada (VAP) de un espermatozoide y su velocidad de línea (VSL). Es un parámetro que expresa la calidad del movimiento de un espermatozoide dentro de una dosis seminal. No es la capacidad de ir en línea recta, sino la capacidad de "avanzar" que tiene el espermatozoide, y esto es vital porque no solo es importante que el espermatozoide se mueva sino que si no "avanza" le será muy difícil llegar al ovocito y conseguir queseafértil.
Por lo tanto, y tras estos nuevos descubrimientos, la progresividad debe comenzar a ser considerada como un elemento igual o más importante dentro de la calidad seminal y cada granja debe pedir a su proveedor dosis seminales que, junto con los importantes valores de concentración, motilidad y formas anormales, también se incluya el valor objetivo de progresividad. Esto se debe a que cuanto más progresivos sean los espermatozoides, más lechones naceremos lograremos. Si hacemos bien el resto, claro. Al final, la gestión representa el 90% del éxito en la producción porcina. Casi siempre.