¿Cómo hacer posible lo imposible? Una revisión y actualización de la vacunación frente a parvo y mal rojo
El control de la enfermedad de Parvovirus y Mal Rojo se ha venido realizando durante los últimos 25-30 años, mediante el uso de la primo vacunación en la reposición antes de la primera inseminación, y con la vacunación en ciclo frente a estas dos enfermedades, aun cuando la epidemiología de ambas no es similar.
Las modificaciones de las condiciones sanitarias de las granjas a raíz de las nuevas normativas relacionadas con el bienestar animal y el uso responsable de antibióticos están provocando situaciones sanitarias distintas incluso entre granjas de una misma pirámide de producción. Frente a esta nueva realidad, es necesario plantear estrategias de control versátiles y adaptadas a cada granja. Porque no existe un protocolo único de vacunación, la mejor opción es la que se adapta a las necesidades de tu granja.
LOS AGENTES Y LA ENFERMEDAD
Parvovirus (PPV): es un virus muy estable en condiciones ambientales y su trasmisión es feco-oral (el virus se replica en el intestino y se excreta con las heces). También se han reportado casos de trasmisión vía semen (1).
El SMEDI (2) (Stillbirth, Mummification, Embryonic Death and Infertility) es como conocemos al síndrome producido por la infección de PPV en las reproductoras.
Este virus ha tenido una actualización en su nomenclatura, pasando a llamarse Protoparvovirus Ungulados 1 (3). Las células diana de PPV son aquellas que presentan un alto grado de índice mitótico, de ahí su letalidad en las fases embrionaria e inicial de los fetos porcinos.
Mal Rojo (MR): es una enfermedad producida por Erysipelothrix rhusiopathiae, que puede aislarse del suelo, restos de comida y agua contaminada por animales infectados (en suelo sobrevive durante varias semanas (4)). Erysipelothrix rhusiopathiae, afecta a multitud de especies, principalmente a los cerdos, infecta también a los seres humanos siendo pues una zoonosis, y han sido documentados infecciones en otras especies como pavos y otros pájaros, ovejas, bueyes, caballos, cetáceos y marsupiales (4).
La afectación de los animales por estas dos enfermedades incide directamente en varios parámetros productivos, que son: la tasa de partos, la cantidad y calidad de nacidos vivos, y el porcentaje de eliminación de reproductoras asociado a cojeras (5,6 y7).
LA SITUACIÓN SANITARIA
¿POR QUÉ LA SITUACIÓN SANITARIA ACTUAL SE HA VISTO MODIFICADA SUSTANCIALMENTE?
La reducción del uso de antibióticos y, por lo tanto, la eliminación de su uso para tratamientos generales al menos una o dos veces al año, así como la elevada tasa de reposición que lleva a tener un hato reproductor totalmente renovado cada año y medio, o el alojamiento libre a partir de los 28 día de gestación, son factores determinantes para concluir que la situación epidemiológica de las granjas ha variado sustancialmente con respecto a los 5-10 últimos años. Esto ha favorecido que ambos agentes incrementen la presión de infección en las granjas.
Las situaciones sanitarias en las mismas frente a estos dos agentes son variables en el tiempo y distintas para cada momento en cada granja, incluso entre granjas de una misma pirámide productiva, lo cual produce un entorno sanitario cambiante, específico de cada granja y desafiante para el veterinario responsable.
EL DIAGNÓSTICO
Parvovirus: el diagnóstico laboratorial frente a PPV no es sencillo, una vez que sospechamos estar frente a un SMEDI. Para confirmar esta sospecha es interesante tomar muestras de suero de mortinatos para hacer serología y ver si existe respuesta inmunológica y realizar PCR de tejido pulmonar de fetos momificados. La serología de reproductoras y nulíparas solo nos permite aseverar la no infección en animales negativos, ya que el rango de titulación es muy amplio y los positivos se producen por contacto con el virus y por la vacunación.
Mal Rojo: el diagnóstico laboratorial frente a Mal Rojo en presentaciones agudas de la enfermedad se realiza por medio de PCR para confirmar la presencia del agente en tonsila, piel, sangre, hígado y bazo. El uso de la serología nos ayuda a tener una visión más cercana a la realidad, que no concluyente.
En ambas enfermedades, el uso de la serología necesita de dos momentos diferentes en el tiempo para poder comparar y confirmar la seroconversión. Una seroconversión potente indicaría contacto con el agente.
Es muy complicado, por no decir imposible, resumir todas las situaciones sanitarias y, por lo tanto, todas las variables a tener en cuenta en el diagnóstico de estas enfermedades. Por lo que, en mi opinión, el mejor diagnóstico es aquel que se obtiene a través de la epidemiologia y la etiopatogenia de la enfermedad, junto con el conocimiento exhaustivo de la granja, en la que el veterinario responsable es el principal protagonista y la persona más indicada para realizarlo.
¿POR QUÉ ACTUALIZAR Y REVISAR LA VACUNACIÓN DE MAL ROJO Y PARVOVIRUS?
El plan vacunal de uso generalizado desde hace más de 25-30 años es la vacunación en ciclo de las reproductoras, junto con la primo vacunación de nulíparas antes de su cubrición. Durante este largo periodo de más de 25 años, hemos podido comprobar que en un escenario de baja presión de infección esta pauta de vacunación ha controlado de manera eficaz ambas patologías. Solamente los fallos vacunales, sobre todo en nulíparas, eran responsables de la casuística de episodios agudos de estas enfermedades.
Tal y como hemos explicado antes, las tres variables (reducción uso de antibióticos, elevada tasa de reposición y alojamientos en bienestar animal) han provocado que un plan vacunal estático, uniforme y de fácil manejo (vacunación en ciclo) no sea tan efectivo como ha venido siendo hasta el momento de la implementación de estos cambios en el escenario actual.
¿Cómo podemos ser capaces de controlar dos enfermedades tan diferentes, con un solo protocolo vacunal, en un ambiente tan dinámico y particular para cada granja?
HACER POSIBLE LO IMPOSIBLE
Para hacer posible lo imposible, lo cual no deja de ser una figura retórica (una hipérbole, o, si me lo permites, una contradicción, una utopía), es necesario que ese imposible deje de serlo.
¿Y cómo conseguimos que el imposible, controlar un hato reproductor, con una vacunación bivalente en ciclo, de un virus y una bacteria, que tienen diferentes momentos de desafío sanitario en un escenario tan dinámico y particular para cada granja, sea posible?
Pues, simplemente, vacunando en esos momentos de desafío, complementando y adaptando la vacunación para aquel agente con mayor presión de infección en el momento de ese desafío sanitario, así como realizando un programa vacunal en la recría que tenga en cuenta las distintas epidemiologías de las dos enfermedades.
O lo que es lo mismo: aplicar protocolos coherentes y eficaces que optimicen recursos para conseguir los mejores resultados en la granja. No existe un protocolo único de vacunación; la mejor opción es la que se adapta a las necesidades de tu granja.
PROTOCOLOS DE VACUNACIÓN ADAPTADOS (8)
El desarrollo de técnicas analíticas y de nuevas vacunas para el control de la enfermedad en los últimos años permiten dar una solución más específica y versátil a las distintas situaciones sanitarias que se presentan en las granjas en cada momento.
La primo vacunación de nulíparas debe de realizarse a las 10-12 semanas de vida, puesto que si esta primo vacunación se retrasa hasta las 20-22 semanas de edad, se produce una ventana de desprotección en la recría de las futuras reproductoras frente a Mal Rojo, en la que cabe la posibilidad de la creación de futuros portadores. Porque la duración de la inmunidad maternal para cada enfermedad es diferente.
La vacunación de las reproductoras dependerá de la situación sanitaria en la que se encuentre en ese momento la granja. En una situación de estabilidad con baja prevalencia de Mal Rojo y de sintomatología asociada, una vacunación convencional en ciclo sería suficiente.
En una situación sanitaria con alta prevalencia de Mal Rojo, además de la vacunación en ciclo frente a PPV (incluyendo o no Mal Rojo), será necesario añadir un refuerzo a la vacunación de Mal Rojo. Este refuerzo puede ser en forma de revacunación a 90 días de gestación, o bien realizando una sábana en la granja cada 5 meses.
Cuando las titulaciones de PPV no son homogéneas en una granja, es preciso revisar el protocolo vacunal y su aplicación. Una vez realizado esto, para poder homogeneizar el nivel de anticuerpos, es necesario realizar una vacunación en sábana frente a PPV como punto de partida en el control de la homogenización de la respuesta inmunitaria a la vacunación.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.- Cartwright, S.F., and Huck, R.A. (1967). Viruses isolated in association with herd infertility, abortions, and stillbirths in pigs. Vet. Rec. 81, 196–197.
2.-Ruckerbauer, G.M., Dulac, G.C., and Boulanger, P. (1978). Demonstration of parvovirus in Canadian swine and antigenic relationships with isolates from other countries. Can. J. Comp. Med. 42, 278–285.
2-. Mengeling, W.L., Lager, K.M., and Vorwald, A.C. (2000). The effect of porcine parvovirus and porcine reproductive and respiratory syndrome virus on porcine reproductive performance. Anim. Reprod. Sci. 60-61, 199–210.
3.- EC 45, Edimburgo 2013; International Committee on Taxonomy of Viruses.
4-. Diseases of swine 10 th edition.
5.-Case study 2002: Chronic Erysipelas of the Sow a Subclinical manifestation of reproductive problems. CW Hoffmaann and G Bilkei.
6-. Factors Affecting length of productive life in Swedish Commercial Sows. Journal of animal science 86 (febrero de 2008). Engblom et al.
7-. Removal of Sows in Spanish Breeding herds due to lameness. Preventive veterinary medicine (junio de 2020). L Ryosuke, C Piñeiro y Yuzo Koketsu.
8-. Servicios Técnicos de Porcino Syva, Álvaro Aguarón y Rafael Barbero.
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