¿Podemos tener granjas inteligentes gracias a incorporar sensores de precisión?

22-sep-2023
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Por Xavi Olba Consultor de transformación digital especializado en el ecosistema sanitario

La incorporación de sensores, de plataformas que procesan los datos recogidos, la conexión a Internet y el uso de la inteligencia artificial constituyen lo que llamamos la Industria 4.0. Este conjunto integrado de herramientas digitales nos está aportando soluciones innovadoras a los retos y problemas actuales. Uno de los sectores que más se pueden beneficiar de estas tecnologías de la Industria 4.0, altamente utilizadas en otros sectores, es el de la producción animal.

El uso inteligente de estas herramientas digitales en las granjas se denomina Smart-Farming. Este concepto explica la aplicación de técnicas avanzadas en la ganadería para para monitorear, modelar y gestionar la producción animal. Su objetivo es aumentar la capacidad del ganadero para estrechar el contacto y el entendimiento de sus animales pudiendo así mejorar sus resultados. Mediante las técnicas de Smart-farming, los ganaderos pueden monitorear mejor las necesidades de los animales individuales y ajustar sus prácticas de manejo en consecuencia, previniendo así problemas de salud y bienestar y mejorando el estado de los rebaños.

En este artículo queremos centrarnos exclusivamente en el valor añadido que aporta la incorporación de diferentes sensores de precisión en nuestras granjas, con el objetivo de que podáis convertir vuestras granjas en “instalaciones inteligentes”.

¿Podemos mejorar el bienestar de los animales gracias a estos sensores? ¿Podemos ofrecer un mejor producto final al mercado con un menor consumo de alimento, agua, energía, medicamentos y tiempo de trabajo? ¿Podemos mejorar el impacto medioambiental de la granja? ¿Podemos optimizar la eficiencia de los recursos necesarios en nuestro sistema de producción? ¿Es posible ser más competitivos de lo que somos actualmente?

Nuestra respuesta a todas estas preguntas es contundente: ¡SÍ, PODEMOS!

Con la incorporación de diferentes tipos de sensores (de contacto, ópticos, térmicos, de humedad, magnéticos, infrarrojos, de pesado, de velocidad, de proximidad, de sonido o de color) somos capaces de detectar situaciones que el ojo humano o la falta de tiempo no nos permite identificar.

Los sensores permiten estudiar el comportamiento de los cerdos en las granjas y medir las condiciones ambientales de nuestras instalaciones, lo cual nos capacita para monitorizar de forma continuada el bienestar de nuestros animales. Y no solo eso, sino que podemos identificar situaciones anómalas sobre las que podemos actuar con antelación para corregirlas. Está demostrado que los animales antes de enfermar cambian su patrón de alimentación y si eso lo podemos detectar con sensores antes que aparezcan signos clínicos, el ganadero puede actuar de forma precoz aplicando protocolos de medicina preventiva y así mismo, aplicar los tratamientos necesarios en el momento en que son más eficaces.

Estos sensores recogen datos de forma automática y continua en los diferentes puntos de la cadena de valor. Esta valiosa información se centraliza en los programas de gestión, donde se procesa, se analiza y se presenta en informes para conocer el comportamiento, la salud y el rendimiento de los cerdos. Igualmente, este conocimiento está accesible de forma remota a través de cualquier dispositivo y nos presenta predicciones para que podamos tomar mejores decisiones a tiempo real en cualquier momento.

  • A continuación, me gustaría mostrarle ejemplos de diferentes sensores que se están utilizando y la multitud de beneficios que pueden aportar:
  • Acelerómetros que se aplican en patas, cuellos y orejas del cerdo que permiten el registro continuo de su actividad. Estos sensores son capaces de identificar cambios de postura o cambios en el comportamiento de paso de los cerdos. Estos acelerómetros se pueden combinar con alfombrillas digitales de presión que detectan menor velocidad de marcha, menor longitud de zancada, el mayor tiempo de reposo o identificar cojeras por diferencias en la carga de peso entre las patas.
  • Micrófonos para la vigilancia de los ruidos de los cerdos. Los decibelímetros pueden registrar en continuo el nivel de ruido. El ruido es un factor de estrés que afecta al bienestar de los animales.  A través de estos sistemas de vigilancia del sonido, podemos medir el nivel de estrés, detección de gritos o identificación de tos causadas por infecciones pulmonares. En esta categoría, Boehringer Ingelheim está introduciendo en las granjas porcinas SoundTalks®, un sensor que facilita la monitorización y detección precoz de enfermedades respiratorias.
  • Sensores de temperatura o cámaras termográficas que nos permiten detectar cambios de temperatura (fiebre o hipotermias) en los cerdos.
  • Sensores de pesaje. Ayudan a medir el peso de los animales de forma automática, lo que permite un seguimiento preciso del crecimiento y una mejor gestión de la alimentación.
  • Las cámaras de videovigilancia también se utilizan para medir la distribución espacial de los cerdos dentro de un corral y el nivel de confort del rebaño. Asimismo, pueden detectar comportamientos agresivos de alguno de los cerdos para separarle del grupo y permiten identificar a las cerdas que están en celo.
  • Cámaras 3D que escanean a los animales y son capaces de estimar el peso y controlar el crecimiento de los cerdos. Estas cámaras funcionan incluso sin luz.
  • Los sistemas de radiofrecuencia (RFID), los conocidos ‘chips’ identificativos, nos permiten identificar y rastrear a los cerdos individualmente. Del mismo modo, registran patrones de alimentación y comportamiento de bebida de los cerdos individuales en un contexto de alojamiento grupal.
  • Sensores que evalúan el estado sanitario a tiempo real de los animales, ya que son capaces de monitorizar la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y los movimientos individuales de los animales (¿ralentización movimientos?).
  • Sensores que miden la calidad del aire, detectando emisiones de amoniaco, dióxido de carbono, óxido nitroso, metano, etc… , tanto en edificios cerrados de la granja, como en balsas de purines, permitiendo implementar medidas para su reducción.
  • Anemómetros electrónicos que miden la ventilación de los espacios donde tenemos a los cerdos. Un error en su ventilación tiene un impacto directo en el bienestar y la salud del animal.
  • Regulación automática de la luz. Se utilizan interruptores que programan el encendido de luz para adecuarse al calendario astronómico. La influencia de las horas de luz tiene un impacto directo en la fertilidad de las reproductoras.
  • Sensores de agua. Controlan el acceso y consumo de agua por parte de los cerdos, asegurando que siempre tengan acceso a agua limpia y fresca. Además, estos sensores, no solo controlan el consumo de cada animal, sino su gasto en toda la granja pudiendo identificarse de forma temprana posibles fugas en el sistema de reparto.
  • Otro de los puntos críticos de la cadena de valor es el transporte. Existen sensores que monitorizan las condiciones de todos los traslados para reducir la tasa de mortalidad y prevenir enfermedades que se podrían desencadenar en esta etapa.
  • Sistemas de geovallado (o vallado electrónico) que permiten controlar quién entra y sale del recinto. También se pueden monitorizar los movimientos del personal entre las distintas áreas, así como validar, autorizar y registrar automáticamente el acceso a personal autorizado.

La adopción de estos sensores varía considerablemente. Las cámaras, la tecnología RFID y los acelerómetros están bien integrados, pero otras tecnologías aún tienen que ser adoptados en mayor medida.

Esperamos que gracias a estas reflexiones, tengáis interés en poder incorporar alguno de los ejemplos mencionados. Un uso adecuado puede mejorar vuestro producto, optimizar vuestros procesos clave y reducir los costes en vuestra granja.

Sin embargo, todavía son varios los retos que debemos superar para impulsar la digitalización en la industria ganadera.

Las tres principales barreras son:

  • La falta de infraestructura tecnológica. Estos sensores se han de interconectar con otros dispositivos informáticos a través de Internet y no todas las granjas tienen buena cobertura y conexión.
  • La falta de formación en habilidades digitales y la falta de experiencia en digitalización de los ganaderos implica una baja adopción de la digitalización.
  • Finalmente, debe ajustarse a la baja aún más el coste de las herramientas digitales, ya que es una inversión costosa. Sin embargo, la experiencia de los que han apostado por la digitalización en la cadena de valor demuestra que el retorno de la inversión siempre es positivo.

Desde Boehringer Ingelheim os queremos acompañar en este proceso compartiendo conocimiento sobre los beneficios de las herramientas digitales.

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