Bacillus coagulans : uniendo estabilidad y producción de ácido láctico para un rendimiento óptimo

El complejo microecosistema del tracto gastrointestinal de las cerdos, repleto de billones de microbios, influye significativamente en la digestión, la absorción de nutrientes y la defensa inmunitaria. Los probióticos – bacterias beneficiosas – se utilizan a menudo para favorecer la salud intestinal y mejorar la productividad.

Los bacterias probióticas utilizadas en la producción porcina se dividen en dos grandes categorías: bacterias formadoras de esporas y bacterias productoras de ácido láctico (BAL). Los probióticos formadores de esporas, en su mayoría Bacillus, son adecuados para los procesos de granulación, pueden inhibir las bacterias patógenas grampositivas y producen enzimas digestivas.

Por otro lado, las BAL producen grandes cantidades de ácido láctico, una molécula que presenta muchos modos de acción, entre ellos inhibir el crecimiento de bacterias patógenas sensibles al pH, al tiempo que sirve de sustrato para otras bacterias intestinales beneficiosas para la salud. Además, estas BAL son colonizadoras rápidas, por lo que sus efectos beneficiosos se perciben mucho antes. No obstante, las BAL son sensibles al calor y a la presión, lo que las hace inadecuadas para los piensos granulados.

Existe un probiótico que combina lo mejor de ambos mundos: el Bacillus coagulans, un probiótico que produce ácido láctico y es termoestable (Figura 1). Gracias a su formación de esporas, este probiótico resiste los factores de estrés ambiental durante la granulación, el almacenamiento y la manipulación, además de sobrevivir a la acidez estomacal para germinar finalmente en el intestino delgado.

Figura 1: producción de ácido láctico de B. coagulans DSM 32016 en comparación con otros probióticos comunes. BAL, bacterias acidolácticas (izquierda). Tasa de recuperación de B. coagulans DSM 32016 tras el proceso de granulación. *Valor medio de las pruebas de granulación entre 80 °C y 100 °C (derecha).

Además de la producción de ácido láctico y la alta estabilidad, el B. coagulans DSM 32016 aporta otros beneficios fundamentales para la salud intestinal y la salud general de los animales. Descubra los principales mecanismos que existen detrás de B. coagulans y la mejora del rendimiento de las aves.

Una microbiota equilibrada: la base para un rendimiento óptimo

B. coagulans crea, por un lado, un entorno intestinal favorable para las bacterias beneficiosas y, por otro lado, menos favorable para las potencialmente perjudiciales. Los modos de acción detrás de esta modulación positiva son muy diversos e incluyen mecanismos directos e indirectos:

(A) Exclusión competitiva: B. coagulans reduce la disponibilidad de nutrientes y el espacio que pueden utilizar las bacterias perjudiciales (exclusión competitiva). Este modo de acción incluye la producción de una amplia gama de enzimas digestivas, lo que a su vez optimiza el índice de conversión y la eficiencia alimentaria.

(B) Inhibición directa: tanto la producción de compuestos específicos inhibidores del crecimiento, como la liberación de protones de hidrógeno por el ácido láctico pueden reducir directamente la abundancia de bacterias perjudiciales.

(C) Inmunomodulación: la compleja interacción entre la microbiota y el sistema inmunitario del huésped puede ser modulada tanto por la producción de ácido láctico, como por las moléculas de superficie celular asociadas al probiótico. De esta forma indirecta, la estimulación del sistema inmunitario por los probióticos mejora la capacidad de defensa contra bacterias y virus.

(D) Estimulación de bacterias beneficiosas: se ha demostrado que el B. coagulans DSM 32016 no solo inhibe las bacterias perjudiciales de diversas formas, sino que también estimula el crecimiento de otras bacterias beneficiosas para la salud, cada una con sus propios modos de acción para favorecer la salud intestinal y general de los animales.

Ácido láctico: un factor clave para la salud intestinal y general

El ácido láctico y las bacterias productoras de ácido láctico están estrechamente relacionados con una serie de beneficios para la salud, como la integridad intestinal, la función inmunitaria y la defensa general contra patógenos. De hecho, la producción continua de ácido láctico a lo largo de todo el tracto intestinal es la que hace que todos estos beneficios sean posibles.

Por ejemplo, como probiótico productor de ácido láctico, B. coagulans mejora la función barrera intestinal, favorece la regeneración epitelial y reduce la respuesta inmunitaria a los lipopolisacáridos. Además, otras bacterias intestinales beneficiosas pueden utilizar el ácido láctico para favorecer el rendimiento y la salud general de los animales.

Además de los efectos beneficiosos del ácido láctico sobre el medio y la microbiota intestinal, este ácido orgánico también es conocido por ser un importante mediador metabólico que determina el destino y la función de las células inmunitarias del huésped. Por tanto, el ácido láctico contribuye a la homeostasis inmunitaria, incluido el control de las células inmunitarias innatas y adaptativas.

El ácido láctico también tiene efectos secundarios en otros órganos. Por ejemplo, como fuente importante de energía para el cerebro, puede vincular el metabolismo, la disponibilidad de sustratos, el flujo sanguíneo y la actividad neuronal. También puede servir como fuente de energía para el corazón y puede ser utilizado por el hígado y los riñones para la gluconeogénesis.

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