Anita L. Tucker, Abdolvahab Farzan, Glen Cassar, and Robert M. Friendship. Effect of in-water iodine supplementation on weight gain, diarrhea and oral and dental health of nursery pigs. Can J Vet Res. 2011 October; 75(4): 292?297.
10-ago-2012 (hace 12 años 4 meses 7 días)El yodo es un compuesto asequible y fácilmente disponible para el tratamiento de agua. Ofrece un amplio espectro de actividad antiséptica y se ha demostrado eficaz contra bacterias resistentes a antibióticos. Además de reducir los patógenos ambientales, el yodo ha demostrado ser un potente antiséptico oral y por lo tanto puede ser eficaz en la prevención del desarrollo de malas condiciones orales. Una de las ventajas de tratar el agua en lugar del pienso en el período post-destete en lechones es que estos a menudo pasan por un período de anorexia durante el cual el consumo de pienso es bajo o inexistente, mientras que por contra la ingesta de agua es elevada.
El objetivo del presente estudio fue evaluar el efecto del yodo en agua en el crecimiento de los lechones, la incidencia de la diarrea y el desarrollo de condiciones perjudiciales orales. Los investigadores predijeron que los lechones que recibieron el tratamiento desinfectante de yodo a través del agua de bebida tendrían un mayor crecimiento, menor incidencia de diarrea y mejores condiciones orales en comparación con los lechones sin tratamiento.
El estudio se llevó a cabo en una explotación comercial libre de antibióticos y se utilizaron un total de 208 lechones procedentes de 38 camadas. La edad del destete osciló entre los 17 y 27 d. Al día siguiente al destete, la mitad de los lechones de cada camada fueron asignados aleatoriamente al tratamiento con yodo y la otra mitad a un tratamiento control. Los lechones se pesaron 3 veces: a las 24 horas y a las 3 y 6 semanas tras el destete. La concentración final de yodo fue de 1 ppm.
Se tomaron muestras de agua de todos los chupetes y líneas de agua 3 veces: antes de introducir a los lechones en los corrales de destete, 3 semanas después y al final del periodo experimental. Los mismos días que se realizaron las tomas de muestras de agua se tomaron también muestras fecales (5 a 7 muestras/corral). Se recogieron también muestras fecales de las cerdas en el momento de destetar. Las muestras fecales fueron analizadas para presencia de Salmonella y E. coli. En relación con el examen bucal, inicialmente se seleccionaron aquellos lechones que no mostraron ninguna evidencia de un problema de salud actual o anterior y presentaban un buen peso. A las 24 horas tras ser pesados los animales se realizó un examen oral completo para presencia de erupción dentaria así como para presencia o no de manchas en los dientes o caries dentales, gingivitis alrededor de algunos dientes y lesiones orales de la encía, lengua, mejillas o garganta.
No se encontraron diferencias significativas en el crecimiento o condiciones dentales entre los grupos tratamiento y control durante el período que el yodo se añadió al agua potable. De las 3 condiciones nocivas orales examinadas, la presencia de gingivitis se asoció con el peso, ya que los lechones afectados eran menos pesados (16,05 ± 1,44 kg vs. 17,30 ± 1,38 kg para los lechones afectados por gingivitis y los no afectados, respectivamente, a las 6 semanas tras el destete). En relación con las muestras fecales, de las 72 muestras de los lechones en destete y las 38 de las cerdas, Salmonella se cultivó sólo dos veces a partir de muestras fecales: Salmonella Livingstone de los animales del grupo control y Salmonella Agona de los cerdos tratados. Sólo una cerda dio positivo para Salmonella , en este caso, Salmonella Agona. No se detectó Salmonella de ninguno de los 72 hisopos que se obtuvieron de los chupetes de los bebederos. E. coli se cultivo sólo en raras ocasiones de las muestras de los chupetes de los bebederos (E. coli serotipo O139:K82 y O157:K"V17. No se observó diarrea durante todo el estudio.
Contrariamente a lo esperado y predicho por los autores, no se observaron diferencias significativas en el aumento de peso de los lechones tratados con yodo o no tratados. Para sorpresa de los investigadores, no hubo casos de diarreas post-destete. La prevalencia de E. coli en los chupetes de los bebederos era bastante baja, lo que sugiere que el suministro de agua era relativamente limpio y seguro. Con respecto a la condición oral y dental, este es el primer estudio, según los autores, en el que se ha examinado la progresión de condiciones perjudiciales. En general, la presencia de manchas y caries en los incisivos primarios aumentaron entre el destete y las 3 semanas, mientras que la mayor incidencia de gingivitis se dió entre las 3 y 6 semanas. Las lesiones orales aumentaron durante el período de estudio de 6 semanas. Sin embargo, no hubo diferencias entre tratamientos.
En conclusión, la adición de un suplemento de yodo en agua para lechones destetados no proporcionan una ventaja ni en el crecimiento ni en la condición oral.