Rendimientos productivos y microbiota gastrointestinal de lechones que recibieron productos fermentados por Saccharomyces cerevisiae después de ser retados con Escherichia coli (K88)

E Kiarie, S Bhandari, M Scott, DO Krause and M Nyachoti, 2011. Journal of Animal Science, 89: 1062-1078. http://dx.doi.org/10.2527/jas.2010-3424

16-ago-2011 (hace 13 años 2 meses 30 días)

Diversos estudios han evaluado productos fermentados por levaduras (PFL) como alternativas a los antibióticos promotores del crecimiento, pero las respuestas obtenidas han sido variables. Por este motivo el presente estudio investigó los efectos de los productos fermentados por Saccharomyces cerevisiae sobre el crecimiento y la microbiota gastrointestinal (GIT) en 90 cerdos destetados a los que se les retó con Escherichia coli K88+ (ECET). Los PFL utilizados fueron un PFL original (XPC) y un prototipo de fermentación por levaduras suspendible en agua (WSYFP) proporcionados por una empresa comercial. Los tratamientos consistieron en un control negativo (CN, ausencia del aditivo en la comida y en el agua), carbadox (AB, 55 mg de carbadox/kg de pienso), XPC (en la comida, 0,2%), y WSYFP (en el agua, 0,5, 1 o 2% g/cerdo y día). Cada tratamiento se asignó a 5 corrales (3 cerdos/corral). Las raciones cumplieron con las especificaciones del NRC 1998. Los cerdos se adaptaron a los tratamientos durante un período de 7 días, antes de que fueran retados con ECET. Al día 8 se tomaron muestras de sangre de los cerdos para determinar el hematocrito basal (HCT), y se prosiguió a administrar ECET por vía oral. Después del reto, y en varios puntos en el tiempo, se realizaron extracciones de sangre, se registraron los parámetros productivos y el índice de consistencia fecal, y se tomaron muestras de digesta intestinal y de tejido para evaluar la morfología GIT, la ecología microbiana y los metabolitos.

Los cerdos que recibieron los PFL presentaron un CMD superior que el de los cerdos de los grupos CN en el día 3 (424 vs. 378 g/d; P = 0,01) y 7 (506 vs. 458 g/d; P = 0,03) después del reto. Este mayor CMD por parte de los grupos que recibieron los PFL fue similar al del grupo AB a día 3, pero a día 7, los cerdos que recibieron AB comieron más (576 vs. 506 g/d; P = 0,03) que los cerdos que recibieron PFL. Después del reto con ECET, los cerdos presentaron un HCT inferior (P < 0,001). Sin embargo, a las 72 h del reto, los cerdos que recibieron los tratamientos con aditivos mantuvieron un mayor (P < 0,05) HCT en comparación con el de los animales del grupo CN. En comparación con los cerdos del CN, los cerdos que recibieron PFL mostraron un menor (P < 0,05) número de ECET adheridas a la mucosa ileal y una menor prevalencia de bacterias del orden Enterobacteriales en la digesta ileal, y por consiguiente, un menor contenido en amonio (5,09 vs. 6,97 mg/dL; P = 0,03) en el colon, 7 días después del reto. La mayoría de los índices de riqueza y diversidad bacteriana de la digesta ileal fueron superiores (P < 0,01) para los cerdos PFL en comparación con los de los cerdos CN. Sin embargo, los resultados indicaron que la influencia de los PFL sobre el microambiente intestinal de los lechones puede ser diferente según se administre este aditivo por alimento o por agua durante el reto con ECET.

En conclusión, los cerdos que recibieron PFL mostraron un mayor apetito frente a la presencia de ECET, lo que, junto con la mayor riqueza y diversidad bacteriana de la digesta ileal, la disminución de ECET adheridas a la mucosa, y la reducción del contenido en amonio a nivel del colon, es indicativo de un ambiente GIT más saludable.