Escribe G. Fructuoso gonzalo@nutricionespecial.com
17-mar-2006 (hace 18 años 8 meses 6 días)La cosecha de cereales se podría considerar, desde el punto de vista de una fábrica
de piensos, como inicio de año, ya que es en este momento cuando se realizan previsiones,
compras, contratos, etc, que van a afectar a todo el año o a una gran parte del
mismo, tanto a nivel económico como a nivel productivo.
Por regla general es una época en la que se ponen muchas expectativas, bajan los
costos de producción, se fijan precios para un largo periodo de tiempo, se planifican
compras, etc. En esta última campaña ha ocurrido al contrario, ya que los stocks
estaban bajo mínimos y se le sumó una cosecha pobre en cantidad y calidad, por
lo que los precios comenzaron a subir rápidamente, y lo que es peor aún, con problemas
de garantía de suministro, por lo que se convirtió en una campaña totalmente atípica,
creando mayor incertidumbre en el sector.
En el tema concreto del porcino, estos factores afectan incluso en mayor grado,
ya que un porcentaje muy alto de la dieta son cereales, y con un corto margen
para reducir dicha cantidad.
Desde el punto de vista nutricional, a todos los problemas comentados, se le unen
los siguientes factores:
- Incapacidad del
cerdo para digerir polisacáridos no amiláceos (NSP).
- Mayor porcentaje
de humedad del cereal.
- Mayor riesgo
de contaminación en el cereal.
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El contenido en NSPs es más alto en los cereales de nueva cosecha que en los más
añejos. Los principales NSPs que afectan a la producción porcina son las pentosanas
y los ß-glucanos.
Estas sustancias tienen una acción antinutritiva en el pienso, ya que al ser indigestibles
por el animal, crean una barrera o estructura alrededor del resto de nutrientes,
como grasas, proteína y aminoácidos, minerales, vitaminas, etc, impidiendo la
acción de enzimas digestivas del animal, disminuyendo la digestibilidad general
de la dieta. A su vez también los NSPs tienen mayor capacidad de acumular agua.
Ambas acciones en conjunto producen aumento de la viscosidad intestinal, traduciéndose
a nivel práctico en un aumento de heces blandas o líquidas, empeoramiento de datos
productivos (como ganancia diaria y conversión) y aumento de problemas digestivos.
Para corregir estos problemas, se realiza en campaña un uso de enzimas específicas
como son pentosanasas y beta-glucanasas. Estas enzimas realizan una hidrólisis
de los NSPs, disminuyendo los efectos perjudiciales de los mismos y los problemas
que se presentan al aumentar el uso de cereales de nueva cosecha.
Como segundo factor a tener en cuenta es el mayor contenido en humedad de los
cereales nuevos, que es variable según condiciones de cosecha, pero suele ser
mayor a los de la campaña anterior. Este mayor contenido en humedad hace que haya
que tener mayor control sobre la materia prima que entra en fábrica y ajustar
las matrices nutricionales para una correcta formulación de las dietas.
A su vez, esta alta humedad favorece el tercer punto a tener en cuenta y es un
mayor riesgo de contaminación fúngica y bacteriana, por lo que es una época donde
se deben extremar los controles de entrada de estas materias primas, así como
poner los medios preventivos para evitar problemas digestivos, como el uso de
ácidos orgánicos para higienización de pienso.
En la zona de mi desarrollo profesional (sur de España ), este tema preocupa tanto
a los productores como a las fábricas que le suministran, que destinan varios
silos de sus instalaciones para que al introducir cereal de nueva campaña pueda
incluir en sus fabricaciones simultáneamente cereal nuevo y cereal viejo, con
el fin de que no se produzca un cambio brusco en este sentido, con el fin de reducir
al mínimo los efectos negativos mencionados.