Epidemiología y control de la gripe porcina

Thomas JL Alexander
30-dic-2005 (hace 18 años 11 meses 25 días)

La gripe porcina ha sido una enfermedad aguda autolimitante frecuente en la mayoría de los países productores de cerdos durante muchos años. Está bien representada en la bibliografía y no necesita aquí muchas repeticiones. Los serotipos del virus de la gripe común porcina son el H1N1, H1N2 y H3N2. Las diferentes cepas de estos serotipos varían en su patogenicidad.

Los recientes artículos alarmistas aparecidos en la prensa sobre una nueva cepa del serotipo H5N1, que es sumamente patógena en la industria avícola y que ha provocado la enfermedad mortal en seres humanos (por fortuna relativamente pocos) que han estado en contacto con las aves infectadas, han suscitado la alarma de que podría volverse más infectivo para las personas y provocar una pandemia humana semejante a la de 1918. También ha provocado inquietud entre algunos ganaderos porcinos perspicaces así como sobre un posible papel de los cerdos en su futura difusión y el efecto que podría tener esto sobre el personal de la ganadería porcina y sobre las ventas de productos porcinos.

Utilizo deliberadamente el término alarmista. Es cierto que los cerdos han jugado un importante papel de intermediarios en la difusión de los virus de la gripe de las aves a las personas y pueden hacerlo así con variantes de la nueva cepa aviaria, pero la situación actual en Europa y América es muy diferente de la de 1918. Entonces, el nivel de vida era mucho más bajo, nadie sabía lo que era un virus, las vacunas no estaban tan avanzadas como lo están en la actualidad y no había antibióticos. Hoy en día es probable que la mortalidad humana fuese considerablemente menor. No obstante, parece conveniente que los veterinarios refresquen sus conocimientos de aspectos destacados de la epidemiología de los virus de la gripe en los cerdos.

El virus de la gripe en las aves se propaga en sus excrementos y no mediante aerosoles como sucede en los mamíferos. Las aves de caza, a diferencia de las aves de corral domésticas y otros pájaros salvajes, se infectan habitualmente en grado subclínico. Pueden migrar a largas distancias propagando dichos virus, por ejemplo, hacia el sur a través de América desde el ártico donde el virus puede invernar en el hielo y ser todavía viable en el agua fría, recién deshelada, en primavera. A pesar de la depresión y los dolores generalizados que se manifiestan en las personas y probablemente en los cerdos con la gripe clínica, el virus tiende a permanecer confinado en el tracto respiratorio y sólo se difunde por exhalación. Donde los cerdos tienen acceso a los excrementos de aves, en particular a los de aves salvajes o ánades domesticados que hayan sido infectados por aves salvajes, pueden ser infectados por nuevos serotipos de virus y las personas en contacto con los cerdos infectados pueden llegar a infectarse también por los aerosoles. No es sorprendente que muchas de las pandemias humanas de gripe se creyera que se habían originado en China que tiene poblaciones enormes de gente, cerdos y aves de corral viviendo a menudo en estrecha cercanía. En el momento de escribir, esta cadena de acontecimientos no parece haber ocurrido con la nueva cepa aviaria, aunque se ha difundido desde el sudeste asiático, donde ha estado circulando durante tres años, hasta Europa donde ha sido aislada recientemente de aves en Rusia, Kazajstán, Rumania, Turquía e Inglaterra. Parte de esta propagación puede haberse producido por aves migratorias aunque no parece haber informes de aislamiento del virus de aves salvajes que probablemente las hubieran enfermado o matado.

Un factor clave en la epidemiología de la gripe es la capacidad del virus para mutar o, cuando las células están infectadas por dos cepas diferentes, recombinarse para producir nuevos virus. Cualquiera de estos cambios genéticos provoca la aparición repetida de nuevas cepas con diferentes estructuras inmunogénicas y/o virulencia, incluida su capacidad para infectar diferentes huéspedes. Estos cambios podrían producirse en los nuevos virus aviares y podrían entonces provocar la enfermedad en los cerdos y las personas, pero si esto ocurre, o cuándo pueda suceder o lo grave que pudiera llegar a ser, es totalmente impredecible. Se ha descrito al menos una nueva cepa, es decir una cepa resistente a los fármacos. Afortunadamente es menos virulenta que la cepa de origen.

Mientras tanto, merece la pena reconsiderar las medidas sencillas para el control de los virus de la gripe en los cerdos y en las personas que están en contacto con ellos. Los cerdos pueden transmitir algunas cepas de virus de la gripe a las personas y las personas pueden transmitir algunas cepas a los cerdos, lo que debería tenerse presente cuando se produzcan brotes de gripe humana. Los ganaderos porcinos deben ser conscientes de esto y actuar en consecuencia, incluida la posibilidad de vacunar al personal de la granja. Las granjas porcinas deberían estar protegidas de los pájaros de modo que los cerdos no pudieran tener acceso a los excrementos de las aves, por ejemplo en pasillos sin protección, rampas de carga, repisas de ventanas, pienso o materiales usados para cama. También se deben examinar las fuentes de agua. Por desgracia, nada de esto se puede aplicar en las explotaciones al aire libre en las que la bioseguridad constituye un problema.